En cinco meses, la vida de Francisco Delgado cambió rotundamente. El joven había ingresado a Gran Hermano 2015 para "limpiar su imagen" tras ser señalado por Gisela Bernal como el supuesto padre de su hijo. Por ese entonces, su vida privada se había hecho pública, y también se hablaba de su reciente separación de Barby Silenzi, luego de que la bailarina quedara embarazada de él. Pero cinco meses después, hoy el modelo se encuentra feliz con su paternidad de Elena, con una cuenta bancaria pronta a sumar los 470.000 pesos que ganó por ser el campeón del reality y con dos contratos laborales: para sumarse a Infama y para hacer temporada de verano en El champán las pone mimosas, la obra teatral que se repondrá de la mano de Gustavo Sofovich, el hijo de Gerardo. Todo esto, a la espera de la orden de la Justicia para someterse a un ADN que determinará si también es papá del hijo de Bernal.
Luego de que Jorge Rial anunciara el nombre del gran ganador, Francisco fue el encargado de apagar la luz y dar por finalizada esta explosiva edición de GH. Feliz y emocionado por su nuevo presente, el chico oriundo de General Roca, Río Negro, salió de la casa con una sonrisa plasmada en su rostro… que alguien logró borrar temporalmente.
Con Jimena Cyrulnik esperándolo del otro lado de la puerta de la casa más famosa del país, Delgado apareció y comenzó a saludar a muchos de sus seguidores apostados sobre la calle Ravignani, en el barrio de Palermo Hollywood. Sin embargo, mientras caminaba por un pasillo que lo llevaba hasta una pastilla ubicada para que los finalistas digan unas palabras, varios objetos que le tiraban algunas personas de la tribuna, aparentemente de los seguidores de Matías, el subcampeón, comenzaron a impactar sobre él.
"Fue el premio más lindo saber que, después de cinco meses de pasar un montón de situaciones -desde dislocarme el hombro hasta ser padre- y volver a decidir entrar y dejarla a Elena con Barby afuera, fue como ganar la batalla más dura que era ganar el juego”, comenzó diciendo en diálogo con Pamela David en El Debate de Gran Hermano.
Aunque luego, agregó: “Tenía miedo cuando pasé por la calle porque nos mostraron muchas veces el estudio. Iba leyendo y eran ‘plagas’, ‘plagas’, ‘plagas’ (como se autodenominan los fans de Matías), y digo 'ahora me linchan'. Me revolearon un par de cosas y me golpearon un poquito en la boca. Creo que a Matías le tiraron alguna que otra cosa también. Pero la alegría no me la podía quitar nada. Incluso cuando estaba hablando con Jorge yo escuchaba ‘¡acomodo!’ o ‘¡arreglo!’ y la verdad no me importaba nada. Estaban mis viejos, mis amigos, Fer, Brian, las chicas. Pamela, no opacaron nada. Estaba feliz. De hecho, vine corriendo haciendo el paso de cangrejo loco, ese que hago... ¡y me le colgué a Jorge!".
“El único momento en el que sentí miedo fue cuando Jimena (Cyrulnik, quien recibía a cada finalista en la puerta de la casa) me atajó, porque venía volando algo y ella misma se asustó, y como que corrimos hasta la entrada. No pude ir a la pastilla que había en la entrada. Ahí tuve miedo… ¡mal! Porque dije ‘¿qué pasó?’. Pero después, no. Después todo fue lindo”, cerró.
Un pequeño susto que no logró empañar su gran noche.