Cada paso de Sol Pérez (28) en su carrera fue un tira y afloje entre su propia necesidad de desmarcarse del rol de mujer exuberante y el imperativo de cumplir con la fantasía de la “chica del poster”. Así llegó a Nosotros a la mañana, un lugar donde puede opinar de un asalto a un jubilado en el conurbano o del beso de Cachete Sierra con su nueva novia en ShowMatch.
En una charla con Ciudad, la flamante incorporación del ciclo del Pollo Álvarez y Sandra Borghi cuenta por qué este es un gran momento profesional, mientras sigue avanzando en sus estudios de derecho y goza del respeto del medio que la vio crecer desde sus inicios como la “bomba sexy del clima”. Hoy, su búsqueda no tiene límites.
Mientras se luce en teatro, cine, incluso radio o cocinando (¡tercer lugar en MasterChef Celebrity!), Sol cuenta que en su vida personal su máximo sueño es ser madre junto a su novio Guido Mazzoni (39), que le encantaría casarse, pero que celebra este momento donde las mujeres pueden “hacer lo que les pinta y lo sienten” sin ponerse reparos a lo impuesto.
-¿Cómo es esta vuelta a la televisión con Nosotros a la mañana?
- Estoy muy contenta. Me llegó el proyecto de la vuelta de Nosotros a la mañana y ya me copaba el programa desde antes. Es un equipo nuevo, porque la mayoría no estábamos en la etapa anterior, y cuando llegó la propuesta dije “qué buena onda”. Sentí que podía encajar bien ahí y es el lugar justo. Hay un muy buen grupo y eso está bueno para laburar.
-¿Cómo es tu relación con el Pollo Álvarez y con Sandra Borghi?
-El Pollo y Sandra son espectaculares, rebuenos compañeros, te dan el lugar para opinar. Creo que eso es esencial cuando uno ocupa el rol de panelista y necesitás de un conductor que te de el espacio.
-Eso es importante, imagino, cuando son varios y todos quieren opinar.
-Sí. Tenemos un sistema bastante bueno para poder opinar sin pisarnos, porque eso pasa en la televisión y queda raro para el que está mirando. No se termina de entender nada. Acá vamos levantando la mano y ellos van teniendo en cuenta quién quiere preguntar y en qué orden. Eso está bueno para que cada uno pueda expresarse y no tenga que apurarse porque sabe que el otro le va a pisar la pregunta.
"¡Mi novio va a ser un padrazo! Es divertido, es muy cariñoso, disfruta y lo veo rebien en ese rol. Él es todo amor, esa persona que te da todo para que estés bien".
Sol Pérez y un mal recuerdo de sus comienzos
-¿Te pasó de estar en un lugar donde no te daban el lugar para poder hacer tu trabajo?
-Yo en sí siempre fui bastante de meterme. Lo aprendí desde chica, que si uno no se mete, “chau, fuiste”. Aprendí eso y creo que hoy no me cuesta el tener que interrumpir o levantar la mano para hacer una pregunta. Sí me acuerdo que cuando recién empezaba fui a un programa, que hoy ya no está al aire, y lo pasé muy mal. Me fui llorando por eso.
-¿Qué te pasó?
-Nadie me dejaba preguntar. Pensé una pregunta, yo ya estudiaba derecho y la pregunta tenía que ver con las leyes. Sentí que estaba buena, se la digo a mi compañero y él la dijo al aire. Me robó la pregunta, yo era muy chica y todavía ni siquiera estaba en la tele de aire. Era el cable, no entendí mucho el juego y me fui recontra mal. Hoy me llega a pasar y me río…
"Me parece que la vida pasa por tomar decisiones y no por hacer lo que te imponen. Si no te pinta y no lo sentís, no hagas algo para estar bien con el otro porque es tu vida".
-¿Te reís o salís al cruce?
- Le paro el carro. O espero al corte y le digo “a mí no me lo hagas más”. Sino me río porque sé que después se la voy a devolver a largo plazo. En ese momento era muy chica y no encontré otra forma. Estuve casi una hora y media en un lugar donde no pude opinar, nadie me daba el lugar. Me había acompañado mi mamá y yo llorando diciendo “no vuelvo nunca más”.
-Imagino que fue un bajón, pero también un aprendizaje.
-Si, quedó para la historia. Me sirvió para aprender a no hacérselo a nadie porque es duro, sobre todo cuando estás recién empezando y todavía tenés que ganarte un lugar. Que te hagan esas cosas, ese vacío es muy duro.
"A Carmen le mandé un mensaje diciéndole que nunca jamás estuve enojada con ella. Terminó siendo una bola y por eso prefería aclararlo con ella. Hoy estamos bien, realmente fue un malentendido".
-¿Es difícil estar en un programa donde tenés que opinar de gente que conocés o ser vos misma noticia?
-Una cosa es que yo vaya de invitada a un lugar y otra es si yo estoy en mi lugar de trabajo y me toca ser la protagonista. Ahí me siento rara porque no sé desde qué lugar estoy opinando. Es parte de mi trabajo y yo me divierto con esas cosas, salvo que sea algo recontra mega grave. Pero si vos estás en un buen programa uno puede negociar, pedir no ir por determinado lugar. Si tengo que opinar de alguien trato de que sea con respeto, desde el lado de la información y no desde mi crítica personal. Me parece que es la mejor manera. Muchas veces ve un programa de televisión y te das cuenta que no se está aportando información, sino que te están agrediendo o que son agresiones todo el tiempo. ¡Pará, no me conocés! Intento no repetir las cosas que me molestan. No me gusta el “a mi me parece bien, a mí me parece mal”.
La polémica con Carmen Barbieri
-¿Cómo te sentiste cuando se dio esta confusión con Carmen Barbieri?
-Yo estaba volviendo a casa y me mandó mi mamá lo que ella había dicho. Re consumo el programa de Ángel de Brito, me encanta. No entendía bien, le mandé un mensaje al toque, por supuesto, aclarándole la situación porque es alguien que yo quiero. Empecé trabajando con Carmen en teatro de revista y ella me enseñó ese mundo, me enseñó a caminar en un escenario. Como trabajé muchos años con ella me fue puliendo. Es alguien que quiero mucho, que para mí es una grosa y como ya es alguien que conozco de forma personal, no tanto del medio, hay cosas que uno las tiene que arreglar en privado.
-¿Qué se dijeron?
-Le mandé un mensaje diciéndole que nunca jamás estuve enojada con ella, pero muchas veces ocurre eso de alguien que dice que vos dijiste… Termina siendo una bola y por eso prefería aclararlo con ella, de manera privada para que esté todo bien entre nosotras porque es una persona que yo quiero mucho. Hoy estamos bien, realmente fue un malentendido. A ella le está yendo espectacular y me pone contenta verla de vuelta en la televisión.
-Le preguntamos a Carmen Barbieri a quién elegiría si se hiciera una serie sobre su vida y contó que le gustaría que vos hagas de ella en sus inicios.
-¡La amo a Carmen! Es lo más, aparte nunca podría hacer de Carmen cuando era joven. Más allá de que hoy es una potra, ves sus fotos de ella y no podés creerlo. Es una diosa total. Me parece una grosa, una artista completa que canta, baila, pisa el escenario, es cómica. Es de esos artistas que son muy completos con lo que uno, lo único que puede hacer, es intentar aprender un poco. Y si tenés la oportunidad de estar al lado de Carmen Barbiero poder absorber un poco para mejorar.
El gran amor de Sol Pérez
-¿Cómo estás hoy con tu novio? ¿En qué momento de la pareja están?
-Estamos en el mejor momento. En octubre cumplimos dos años y en diciembre, dos años de convivencia. Nos llevamos muy bien, tenemos una muy buena convivencia y Guido, más allá de ser mi novio, yo le digo que es mi marido. Él es un gran compañero para mí. Me apoya, me ayuda, me acompaña. Creo que los dos formamos un muy buen equipo. Está en las buenas y en las malas ahí para darte un beso. Guido es lo más.
"Siempre soñé con ser mamá. Uno dice 'yo nací para ser feliz'. Bueno, yo siento que nací para ser madre, es algo que disfrutaría".
-Antes era un mandato muy fuerte el tener que casarse, los hijos. ¿Cómo tomás eso?
-Yo siempre fui muy Susanita en el hecho de que quiero casarme, quiero tener hijos, quiero iglesia, Registro Civil, fiesta, luna de miel y todo. Pero también entiendo a la gente que dice “yo no quiero ser madre, no siento que tenga ganas” y lo recontra mega respeto. Eso uno lo va aprendiendo con los años. Tal vez si yo era más chica y él me decía que no quería ser padre…
-¿Cuál es tu visión sobre las mujeres que deciden pasar de la maternidad?
- Yo tengo un montón de amigas que me dicen que no quieren ser madres y ni siquiera tiene que ver con que no le gustan los chicos. No quieren eso para su vida y está buenísimo tomar esa decisión. Me parece que la vida pasa por ahí y no por lo que te imponen. Si no te pinta y no lo sentís, no hagas algo para estar bien con el otro porque es tu vida y es algo que vas a tener que llevar para siempre. En mi caso es algo que me encanta y siempre soñé. Yo lo vivo desde mis ganas. Yo quiero quiero ser mamá. Uno dice “yo nací para ser feliz”. Bueno, yo siento que nací para ser madre, es algo que disfrutaría. No lo soy, pero tengo una sobrina y el tiempo que paso con ella me encanta. El llevar un bebé en tu panza me parece mega loco. Es algo que te pasa o no te pasa.
Sol Pérez, ¿esposa y madre?
-¿Tenés fechas de cuándo te gustaría ser mamá?
- Yo creo que eso va cambiando con el tiempo. Cuando era más chica yo decía “a los 24 quiero tener hijos y estar casada”, pero si vos me veías a esa edad pensabas “nena, te faltan cincuenta sopapos para hacerte cargo de una criatura” y de una familia. Hoy lo pienso también sobre las cosas que tengo ganas de hacer. No es que no pueda hacer ciertas cosas, pero quiero dedicarme a cuidar a mi hijo, estar ahí.
-¿Cómo te ves en ese rol?
-Hablo desde la ignorancia total, porque no me tocó vivirlo, pero siento que cuando tenga una hijo quiero tener ese rol de mamá presente y acompañar, sin dejar de hacer mis cosas. También es una realidad que uno no tiene tiempos, que tenés una criatura a tu cargo, tenés que ocuparte de tu vida y la de alguien más. Y eso es igual que el papá. No quiero que él “me ayude”. Quiero que él se haga cargo de su rol de padre. Yo no creo en eso de “el padre ayuda”. Tiene que cumplir con su rol, al igual que la madre. Hoy lo pienso como un plan de acá a cuatro años, pero sí me casaría hoy.
"Me casaría cuando pase la pandemia. Con el barbijo, el distanciamiento y que hacés una fiesta y no sabés si alguien está contagiado, es un embole".
-¿Te casarías en pandemia?
-Sería cuando pase porque con el barbijo, el distanciamiento y que hacés una fiesta y no sabés si alguien está contagiado, es un embole. Prefiero saber que todos los invitados vienen a disfrutar y que nadie va a estar pensando en si alguien le respiró cerca o no.
-¿Cómo lo proyectás a Guido como padre?
-¡Va a ser un padrazo! Él es… Bueno, yo estoy enamorada, así que no tomen nada como cierto (risas). Él sería un re buen padre; es divertido, es muy cariñoso, disfruta y lo veo rebien en ese rol. Él es todo amor, esa persona que te da todo para que estés bien y si lo hace conmigo, me imagino cómo sería con un hijo. Es lo más.
Video y edición: Leandro Bevilacqua