La semana pasada, Sofía Zámolo le contó al mundo que lo que tanto esperaba al fin iba a poder concretarse: su deseo de tener un hijo con su marido, Joe Uriburu. Con una tierna foto de los dos, la modelo reveló cómo estaba viviendo este momento tan especial, en plena pandemia, puertas adentro y con esperanzas.
Pero para ella, como para tantas otras mujeres, llegar a este embarazo no fue un camino fácil. A la pareja le tomó tiempo poder emocionarse gracias a un test positivo. Y en el medio, hubo frustración y angustia. “Cuando buscás, lo primero que hacés es dejar de cuidarte. Cada mes que no llega es una decepción. Llorás, te frustrás y te empezás a preguntar: '¿Por qué yo no quedo?'. Y te empieza a doler cada vez más”, contó la modelo en una charla íntima con la revista Gente.
Zámolo comentó que en esos días de intentar y no poder se preguntaba por qué a todas las mujeres les decían que buscaran de la misma manera. “Después me di cuenta de que nadie te enseña ni te advierte cómo es, y que no todas ovulamos o somos fértiles al mismo tiempo”, dijo.
Sofía contó que, en su caso, si bien consultó con expertos en fertilidad y se hizo estudios, no llegó a recurrir a tratamientos. En cambio, tomó la recomendación de tomar vitaminas naturales para preparar el cuerpo y se hizo acupuntura. “Hay mucha sobreinformación que nos juega en contra. Te dicen: 'Tenés que estar relajada, cuando dejes de pensar vas a quedar'. Y no: yo no me voy a relajar”, siguió.
"Cada mes que no llega es una decepción. Llorás, te frustrás, y te empieza a doler cada vez más”.
Finalmente, Sofía señaló que la búsqueda de un embarazo es “un tema delicado” que se mantiene puertas adentro. “Como si estuvieras haciendo algo malo...”, reflexionó.
"Me compré una cajita con el plan de ovulación, con el que te levantás cada día, hacés pis y te va avisando cuándo tenés más probabilidades".
“La presión de intentar concebir es muy fuerte. ¿Por qué me tengo que esconder si me hago estudios en una clínica de fertilidad?”, cerró la modelo, que ya reveló que tendrá una nena.
¡Felicidades!