La cuarentena encontró a la modelo Ailén Bechara convertida en madre y con la frustración de no poder celebrar sus primeros 30 años de vida con su familia ya que decidió postergar la fiesta para momentos de menor riesgo. La joven se encuentra conviviendo con su pareja, el representante de jugadores de fútbol Agustín Jiménez, y el pequeño hijo de ambos, Francisco (1 año y 10 meses), en una casa de fin de semana que tienen en Cañuelas.
A pura, y le contó al panel del ciclo Hay que Ver lo difícil que le resulta llevar una maternidad full time. “Con el nene lo llevo bien. La verdad es que felicito y aplaudo a las maestras jardineras porque tienen una paciencia...", comenzó Ailén. "Francisco es feliz cuando va al jardín. Le encanta ir, pero ahora estoy 24 horas yo con él y se porta bien, pero llega un momento en que se pone insoportable. Admiro a la gente que tiene más hijos; yo a veces pierdo la paciencia, pero es normal”, explicó.
“Demasiado bien se porta, y demasiado bien la está llevando. El otro día subí un video (a las redes) en el que se estaba escapando por la ventana. Acomodó todo para poder abrir la ventana y se estaba yendo”, relató Bechara. “Necesita libertad, necesita correr por el jardín”, justificó la mamá de Francisco.
Con respecto al cuidado de su cuerpo, la exazafata de Guido Kaczka explicó que hace lo que puede aunque se ve “cachetona”. "Me la paso comiendo y trato de equilibrar con la gimnasia porque voy a explotar. Soy muy dulcera, me gusta la pastafrola, el tiramisú, y me la paso haciendo tortas. Como mucha harina en esta cuarentena", contó, preocupada por su silueta.