Atrás quedaron los días de angustia por el problema de salud que Silvina Luna vivió tras operarse con el cirujano plástico Aníbal Lotocki, con quien mantiene un litigio legal por las sustancias que le inyectó en su cola.
Con el apoyo incondicional de sus amigos, familiares y su novio, el DJ Manuel Desrets, la bella modelo logró dar vuelta la página y depositar sus energías en el trabajo, con la obra Algunas mujeres a las que le cagué la vida, que se presenta en Carlos Paz: “Estaba buscando una oportunidad para volver a mostrarme como actriz y esta obra es ideal”, contó Silvina en diálogo con la revista Gente.
El espectáculo que encabeza junto a Miriam Lanzoni, Magui Bravi, Laura Bruni y Pablo Rago en el Teatro del Sol –proyecto que la vuelve a tener arriba de las tablas tras dos años de ausencia- la llena de muchas emociones: “Me subo a un éxito súper probado y me genera dos cosas: por un lado, mucha responsabilidad para estar a la altura, y por otro, la tranquilidad de saber que sólo me tengo que concentrar en actuar”, detalló.
“Ser madre es algo que con mi novio lo hablamos y lo pensamos, pero a los 35 años no tengo la necesidad de serlo. No me obsesiono con el tema para nada. No soy una persona que se rija por los mandatos ni los deseos de la sociedad. Soy una convencida de que vendrán el día que tengan que venir”.
Pero el trabajo no es todo. La actriz se divide entre las responsabilidades laborales y su relación con su novio, con quien sortea las dificultades de la distancia: “Es difícil porque nos extrañamos mucho. Aprendimos a vivir así. Por suerte, siempre me acompaña algún familiar.
Por otro lado, la morocha se apoya en el budismo, un estilo de vida que lo hizo propio. “Me da mucha paz. Encontré un equilibrio que estaba buscando desde hacía mucho tiempo y eso me hace feliz”
Por último, se refirió a sus ganas de agrandar la familia: “Es algo que con mi novio lo hablamos y lo pensamos, pero a los 35 años no tengo la necesidad de ser mamá. No me obsesiono con el tema para nada. No soy una persona que se rija por los mandatos ni los deseos de la sociedad. Soy una convencida de que vendrán el día que tengan que venir”.