Hoy Silvia Peyrou (55) es una de las 9 actrices que brillan en Extinguidas, la obra de José María Muscari que reúne a los símbolos sexuales de los 80. Pero antes de que llegaran a su vida las luces del mundo del espectáculo, hubo un episodio oscuro que marcó su adolescencia, antes de ser fams. Y que a casi 40 años de ese doloroso momento, la exvedette se animó a revelar.
"Mi primera vez fue horrible porque fue una violación", aseguró Peyrou en De caño vale doble, ciclo de Radio 10, cuando fue consultada sobre su despertar sexual. Y posteriormente, en una entrevista con el periodista Juan Abraham para Clarín, se explayó al respecto. "De la primera vez una tiene sus mejores recuerdos, pero lo mío fue muy duro", contó, conmovida. "Yo tenía 16 años, estaba bailando en un boliche. Conocí a un chico, hablamos mucho tiempo. Habíamos coordinado tener nuestro primer encuentro de amor. Nos encontramos en la casa de sus padres, ellos se habían ido un fin de semana largo afuera. Y bueno, nada... fui con los nervios típicos de ver qué pasaba. Me sentía contenida por él", rememoró.
"Yo tenía 16 años, estaba bailando en un boliche. Conocí a un chico, hablamos mucho tiempo. Habíamos coordinado tener nuestro primer encuentro de amor. Nos encontramos en la casa de sus padres, ellos se habían ido un fin de semana largo afuera. Y bueno, nada... fui con los nervios típicos de ver qué pasaba. Me sentía contenida por él".
"Cuando llegué al departamento él me dijo "me olvidé de comprar algo". Se fue, me dijo "ya vengo". No recuerdo bien qué más me dijo. Pero me quedé sola en el departamento, él cerró la puerta. Ahí se abrieron otras dos puertas del lugar y salieron dos personas, que obviamente serían amigos de él. Y bueno (suspira)... No sé, es muy fuerte... Evidentemente no me dieron posibilidad de poder retirarme de ese lugar, sino que me golpearon. A ese chico nunca más lo vi, se fue. Había estado presionado por esas dos personas, supongo que como esas típicas jodas de adolescente. Me parece una cosa absurda, pero fue lo que pasó. Tengo un par de marcas. Me lastimaron la nariz, por ejemplo, porque yo quería huir de se lugar", describió Silvia.
"Cuando llegué al departamento él me dijo 'me olvidé de comprar algo'. Se fue, me dijo 'ya vengo'. No recuerdo bien qué más me dijo. Pero me quedé sola en el departamento, él cerró la puerta. Ahí se abrieron otras dos puertas del lugar y salieron dos personas, que obviamente serían amigos de él. Y bueno (suspira)... No sé, es muy fuerte...".
Si bien Silvia ya trabajaba como modelo y bailarina, por ese entonces aún no era famosa: "Después, cuando empecé a trabajar en el medio, sentía que ser famosa me iba a permitir entrar a la casa de esa gente por una pantalla y que vean que yo seguía viva, bien y creciendo. Creo que eso me sirvió para vengarme de alguna manera. Lo hablé mucho en terapia", contó. Y agregó: "Eso me marcó mucho tiempo. Es más, me alejé de mi vida sexual muchísimo tiempo. Para poder volver a ser una persona normal y empezar a creer en el hombre tuve que hacer muchísimos años de terapia. Fue complicado. Veía un hombre y sentía rechazo. Una cosa es contarlo y otra haberlo vivido. Es esa cosa de violación, de impunidad, de sentirte tan vulnerable. En un momento me desmayé de los golpes y al despertarme me vi toda llena de sangre. Yo no quería tener ningún acto sexual. Y entonces hasta me ataron. Fue muy brusco. Me lastimaron un músculo en el que tuve un desgarro. Querían su objetivo: tener sexo con alguien. No les importaba si ese alguien estaba de acuerdo o no. Fue una violación, crudamente. Me fui a mi casa y le dije a mi mamá que me habían robado. Cada vez que me veía esa marca recordaba todo eso. Yo veo las chicas ahora, el Ni una menos y todas esas cosas, y me pongo mal, yo no puedo creer que pasen estas cosas".
"En un momento me desmayé de los golpes y al despertarme me vi toda llena de sangre. Hasta me ataron. Fue muy brusco. Querían su objetivo: tener sexo con alguien. No les importaba si ese alguien estaba de acuerdo o no. Fue una violación, crudamente. Me fui a mi casa y le dije a mi mamá que me habían robado".
Cuando fue violada, Peyrou no quiso hacer la denuncia por miedo. Pero no por miedo a sus agresores: "Mi padre era policía y yo temía que se enterara. En vez de sentir que lo que yo tenía que hacer era defenderme, sentí que era mejor que eso quedara en mí, encerrado. Fue mucha angustia la que sentí, lo tuve oculto mucho tiempo, hasta que decidí empezar terapia. Me encerré mucho en eso por miedo. Creo que si hubiese hecho la denuncia por ahí lo hubiese solucionado mucho más rápido en mi cabeza. Yo no busqué esa situación. Me preguntaba por qué fui a ese departamento. Sentía hasta que la culpa era mía", recordó la actriz de Extinguidas. Y cerró: "Me lo guardé mucho tiempo. Creo que después de los 20 tuve una charla con mi madre. Tenía mucho miedo. Hoy por suerte está superado, no tengo ninguna secuela de eso".