(desde la Riviera Maya)
El gran público argentino abrazó como propio a Santiago Segura (53) gracias a su desopilante personaje del incorrecto detective José Luis Torrente, con el que ha protagonizado cinco películas y ganado un premio Goya a la Mejor dirección novel. Nacido en España, donde forjó una prolífica carrera como actor, guionista, director y productor, una parte de su corazón se ha quedado para siempre en nuestro país.
En un mano a mano imperdible con Ciudad, Segura recordó sus días en Buenos Aires, contó con qué artista argentino le gustaría trabajar y habló también de la actualidad política del país. Elegido por segunda vez para conducir los Premios Platino, Santiago rompió el hielo haciendo gala de su humor. "A la velada le aporté mi carisma, mi inteligencia y simpatía. Aparte de mi belleza, que es por lo que se me conoce realmente", comenzó divertido.
-¿Qué recuerdos tenés de tus días en Buenos Aires?
-Siempre lo digo, adoro Argentina, siento que es mi segunda casa. Desde el primer momento en que pisé Buenos Aires... Además, la gente me conoce, es muy familiar. Me gustaría estar más tiempo en Argentina, incluso hacer teatro, no solo cine.
"Siempre lo digo, adoro Argentina, siento que es mi segunda casa. He tenido suerte de trabajar con Oscar Martínez, Ricardo Darín, Diego Peretti y muchos otros. Con el que nunca hice nada y me encanta es Guillermo Francella".
-¿Extrañás algo en particular?
-Todo, extraño todo, me gustaría ir una vez al año, pero está muy lejos y como siempre estoy trabajando. A ver si los Premios Platino se celebran en Argentina, ¿no? Y me llaman; Mar del Plata, por ejemplo. Seguro que ese año no me llaman a mí. ¡Sería terrible! La película que hice allí en Buenos Aires, Casi leyendas, me la pasé en grande con Diego Peretti y Diego Torres. ¡Qué tipos tan graciosos!
-¿Hay alguna anécdota que recuerdes especialmente?
-Cuando estuve la segunda vez, para presentar Torrente 4, me pareció un sueño cholulo porque fui a ver a Nacha Guevara a una obra de teatro. Me saludó súper amablemente y súper simpática. Fui al teatro a ver a Enrique Pinti y también estuve comiendo con Ricardo Darín y Juan José Campanella. Estuve con todos mis ídolos argentinos. Curiosamente, en la rueda de prensa me dijeron que mi humor tenía mucho que ver con el de Diego Capusotto y me dio mucha vergüenza porque no le conocía. Subí a la habitación y me pasé dos horas viendo videos de Capusotto y me enamoré también. Dije ‘¡esto es una maravilla!’. Y esa misma noche fui a una pizzería y estaba ahí. Lo saludé y al día siguiente fuimos a cenar. Fue una suerte de sueño cholulo.
-¿Con quién te gustaría trabajar de Argentina?
-He tenido suerte de trabajar con Oscar Martínez, Ricardo Darín, Diego Peretti y muchos otros. Con el que nunca hice nada y me encanta es Guillermo Francella. Se me nota demasiado que amo la Argentina.
"Ir a Argentina es un sueño cholulo. Conocí a Nacha Guevara, a Enrique Pinti, comí con Darín, Campanella y Capusotto. Es que hay tanto talento en Argentina, menos en la política. ¡Espero que después me dejen entrar!".
-Cambiando un poco de tema. Para la primera Torrente, de 1998, tuviste que subir más de 20 kilos y los mantuviste durante años para la saga. Desde hace ya tres años que estás mucho más flaco. ¿Te cuidás mucho la figura?
-Estoy pendiente del físico para no convertirme en Torrente porque yo soy un gordo por naturaleza, pero quiero reprimirme porque no quiero serlo. Además, nunca he visto gordos de 90 años y quiero llegar a esa edad, entonces los kilos no acompañan. Si me abandono, me pongo con una foca.
-Por último, ¿cuándo nos volvés a visitar?
-Pues cuando me lleve el destino, no tengo nada programado. Había pensado hasta hacer una obra de teatro para estar una temporada allá. La última vez que estuve lo vi a Favio Posca y luego vino a Madrid. Es que hay tanto talento en Argentina, menos en la política. Creo que los políticos argentinos no están a la altura de su pueblo. ¡Espero que después me dejen entrar!
-¿Sos de seguir la actualidad de nuestro país?
-Sí, quiero decir que en España tampoco andamos tan bien. Los políticos españoles tampoco. Me interesa, quiero saber cómo va la cosa, cuando hablo con amigos argentinos les pregunto. Como en España en un momento, la desaparición de la clase media me parece lo más terrorífico que puede ocurrir. La diferencia entre ricos riquísimos y pobres pobrísimos cuanto más abismal, los países se van a la mierda. Hay que intentar que haya una clase media trabajadora que tenga su utilitario (auto), su televisioncita, que disfruten de un bienestar. Y ese es mi miedo simplemente.
Agradecimientos: Javier Furgang y Sofía Maldonado, de The Remake.