Samanta llegó a la semifinal de Bake Off, el gran pastelero con grandes posibilidades de convertirse en la ganadora del certamen. Sin embargo, en la segunda y tercera prueba de esta etapa, la participante conoció sus propios límites y se quebró en llanto por la impotencia de no saber cómo solucionar dos situaciones límite.
En el desafío técnico del "petit gateau", Samanta se vio superada por varios inconvenientes: se le cortaba la crema, no se congelaba una preparación, y se sobrepasó con los ingredientes. Esto ocasionó que perdiera la noción de lo que tenía que hacer y Paula Chaves tuvo que acercarse a animarla. "Frena un segundo. Respirá hondo. Mirá adonde tengas que mirar, juntá energía, organizate y terminá bien", le señaló la conductora.
Sin embargo, a Samanta no le fue del todo bien en ese desafío y por eso, cuando se le quemó el bizcochuelo en la siguiente prueba, se desbordó. "¡Me quiero ir!", dijo entre lágrimas mientras Agus la contenía y la ofrecía ingredientes para hacer otra preparación. "¡No quiero hacer más nada!", exclamó mientras Pamela Villar la tomaba de los brazos y le indicaba que todavía quedaba tiempo.
"Tenés una sola enemiga: vos. Te juega en contra tu sensibilidad", le señaló Christophe Krywonis más adelante, cuando la situación se calmó.