Eran las 10 de la mañana cuando Roxy Vázquez (43) bajaba la escalera de la redacción de Artear, después de conducir “Tempraneros” como lo hace todas las mañanas de lunes a viernes, desde las 6 AM, junto a Sergio Lapegüe, por Todo Noticias.
Con un little dress rosa que resaltaba su pancita de 6 meses y medio de embarazo, un poncho verde botella sobre los hombros y unos stilettos color nude, tomó asiento en el set de Ciudad Magazine para empezar a hablar una de sus facetas que más le gusta: ser mamá.
El Día de la Madre de este 2021 la encuentra rodeada de amor, al lado de su hijo mayor Rocco (11 años) y empezando a transitar el tercer trimestre de gestación de su segundo bebé, que nacerá para mediados de enero.
“Es un Día de la Madre muy feliz para mí… estoy en un momento de mi vida muy pleno, muy contenta con todo el mundo que tengo alrededor y con la llegada de este nuevo varón”, empezó relatando Roxy con una sonrisa única y radiante.
“Me encanta hablar de maternidad. Yo no hablo de mi vida privada porque soy tímida, a pesar de todo. Pero la maternidad es lo más lindo que me pasó. ¡Soy una mamá muy feliz!”, confesó la periodista y locutora en la entrevista exclusiva que le brindó a Ciudad, en la previa de esta fecha tan especial.
- ¿Cómo te encuentra esta maternidad 11 años después de la primera, ya con un preadolescente y ahora volviendo a empezar?
-Y volver a empezar… Sí, todo el mundo me dice “volver a empezar”. Esto de “¡Uy! ¿Tenías ganas de volver a empezar?”. Y bueno. La verdad que sí, que ha cambiado mucho. Son 11 años, es un montón de tiempo. El embarazo, de hecho, lo estoy transitando de otra manera. Yo, en el embarazo de Rocco, a los 30 años, tenía mucha más energía, iba al gimnasio, hacía clases de yoga. Hacía el noticiero en un canal de noticias y después hacía radio, entonces estaba 9 horas laburando. No paraba un minuto. Este es distinto, totalmente distinto. Es otro embarazo.
"En el embarazo de Rocco, a los 30 años, tenía mucha más energía. No paraba un minuto. Este es distinto, totalmente distinto"
- ¿Cómo son esos cambios?
- Son más años en mi cuerpo, así que estoy más cansada, pero me lo tomo con mucha tranquilidad. Es lógico lo que me pasa: el cansancio, el sueño, el hambre constante, la acidez, los mareos que tengo por momentos, las náuseas del principio. Es todo normal. Lo tomo como parte de esta bendición que para mí es engendrar una vida, que un latido de corazón se transforme en una persona en 9 meses. Es algo muy mágico y difícil de transmitir para el que no lo vive. Es algo maravilloso, milagroso, así que estoy muy feliz.
- Este embarazo, ¿te encuentra más relajada?
-Sí, estoy más relajada porque antes le preguntaba todo al médico y ahora ya lo transité, lo vi alrededor mío y hay cosas que ya no voy a preguntar (ríe). Es distinto. Todas las mujeres que tuvieron varios embarazos me lo dijeron y es verdad: cada embarazo es distinto. Me imagino que cada hijo y cada experiencia de crianza es absolutamente individual. Te presentás y estás de otra manera.
- Ese hijo único hasta los 11 años, ¿cómo tomó que viene un hermanito?
- El hijo único, al principio, pensaba que era un chiste, no me creía (ríe). “Dale, mami… ¡no hinches! Si ya sos vieja”, me dijo… y para los hijos, ¡somos viejas! Después se lo confirmé y se preguntaba “¿Cómo? ¿Cómo?”. Se le llenaron los ojos de lágrimas de emoción, pero a la vez como diciendo “¡se me terminó el reinado! ¿Cómo puede ser?”. Imaginate que estuvo 11 años con todo el mundo a sus pies. Ahora está contento, me toca la panza, la besa, le habla. Me pregunta cuándo sale, cuándo viene, cuándo llega. Le guarda sus juguetes, sus autitos, peluches. Está contento.
"A mi hijo se le llenaron los ojos de lágrimas de emoción, pero a la vez como diciendo '¡se me terminó el reinado! ¿Cómo puede ser?'. Imaginate que estuvo 11 años con todo el mundo a sus pies"
- ¿Te gusta ser mamá de varones?
- ¡Me encanta ser mamá de varones! La verdad es que está bueno. Sigo aprendiendo todos los días a ser mamá, pero es lindo. Es un lenguaje que conozco además porque tengo cuatro hermanos hombres, ¡así que vengo de una familia con mucha masculinidad alrededor!
ROXY VÁZQUEZ Y EL AMOR INCONDICIONAL POR SU MAMÁ
- Hablemos de Roxy en su rol de hija, ¿cómo es la relación con tu mamá?
-La relación con mi vieja fue cambiando también. Fue mutando con tantos años. Uno, con los viejos, va teniendo momentos también… y ahora es de puro disfrute. Ella es una abuela muy presente con mi hijo. Entonces lo mima, le cocina, nos deja comida en mi casa. Es muy abuela. Está muy contenta en ese rol. Y a mí me cuida, me da consejos, su visión de todo. El otro día me acompañó con Rocco a la ecografía 5D. ¡Mi vieja es un crack! Me gusta en su rol de abuela, ese vínculo que armaron con su nieto que tienen sus códigos, sus momentos… Me gusta también la relación de mi viejo con él. Me gusta verlos en versión “abuelos” a los dos.
- ¿Qué tomás de lo que te transmitieron ellos en tu infancia para ahora repetir vos como madre?
-Todo lo que soy. Mis valores, mi honestidad, mi manera de ser vienen de ahí, de mi familia en general. De mi vieja, claramente tomé el sacrificio y el esfuerzo por el trabajo… la responsabilidad. Mi vieja fue una persona muy trabajadora. Estaba en la peluquería más de 13 horas por día. Gracias a eso, nosotros tuvimos una educación importante, fuimos a buenos colegios. Ese es su legado. Y de mi viejo tomé su buen humor, esta cosa más relajada de ir por la vida diciendo “bueno, ¡qué digan lo que quieran! ¡Está todo bien! ¡No pasa nada!”. ¡No le importa nada a él!
"¡Me encanta ser mamá de varones! La verdad es que está bueno. Sigo aprendiendo todos los días a ser mamá, pero es lindo"
LAS PASIONES DE ROXY VÁZQUEZ
- ¿Cómo hacés para combinar tu carrera (una carrera donde no hay días fijos ni horarios) con la maternidad?
-Ese es un capítulo difícil. Es muy difícil el combo “trabajo más maternidad”, sobre todo si te lo tomás en serio porque hay muchas maneras de maternar. Yo no juzgo a nadie pero mi manera no es poner cinco niñeras, laburar todo el día y me olvido. ¡No! No es mi manera, pero no juzgo a la que lo hace. Si querés maternar de verdad y estar… llevarlo a futbol, mirar su cuaderno y la tarea, hablar con los papás de los compañeros, todo eso requiere mucha energía y tiempo. El trabajo también. Entonces, la vas piloteando. Uno hace lo que puede, lo mejor que puede en ambos lugares. Siempre vas a faltar un poco.
- ¿Cómo vivís esa situación?
- No sos “10” en las dos cosas, pero se puede convivir y adaptarse mutuamente. ¡Sin culpa! Es un “laburazo”. Yo lo practico todos los días. Pero también es cierto que, cuando vos tenés tu pasión (una carrera, profesión, oficio o como quieras llamarlo) que te enciende cada mañana, sos más feliz. Entonces, vas a ser una mamá feliz. No te vas a quedar con ganas de hacerlo y decir “yo por vos dejé mi trabajo”. Yo soy una defensora de la libertad y de que cada mamá tiene que ser feliz con lo que hace y, a partir de ahí, fluye. Igualmente, es difícil estar al aire, que te escriba la niñera porque el nene está con vómitos y vos no poder hacer nada. Me ha pasado salir del estudio nerviosa o largarme a llorar en el medio del noticiero porque había pasado algo con Rocco. Me ha sucedido, pero siempre traté de sostener, de seguir para adelante y de bancar la parada.
Video y edición: Leandro Bevilacqua