Desde los primeros episodios de ATAV 2, el personaje de Gloria Carrá, Sara Machado, mostró signos de debilidad frente a Tolo Montes de Oca (Alan Daicz), el esposo de su hija Luján (Belén Chavannne), y en el último episodio se pudo ver una suerte de coqueteo que movió el amperímetro de la trama.
Todo comenzó cuando Sara decide llamar a su marido Rafael (Federico D´Elía) a su consultorio para pedirle que pase por la florería a abonar una deuda, pero no lo encuentra en el mejor momento ya que este acaba de asesinar a Pedro Salvat (Rafael Ferro) porque descubrió todas sus maquinaciones.
Molesto por la interrupción, Rafael le corta a Sara, y esta protesta, justo en el momento en el que Tolo entra al living de la casa y le pregunta a su “suegrita” qué es lo que le ocurrió, lejos de los raptos de furia que deja salir frente a Luján.
“Bueno, lo mismo de siempre. Una se esfuerza para que todo esté impecable y, bueno, los hombres cada vez más antipáticos”, le dijo la mujer a su yerno. “Pero mirá como está la casa, impecable. Vos estás en todos los detalles, Sarita”, reconoció Tolo.
SARA, MUY PICANTE CON SU YERNO, RECORDÓ EL ROMANCE VINTAGE DE SUSANA GIMÉNEZ Y DARÍN, 13 AÑOS MENOR
“Sí, y mi marido sigue sin darse cuenta. Si sigue así, voy a hacer la gran Susana Giménez: me voy a buscar un chiquito quince años más joven”, dijo la mujer, lanzándole una mirada a Tolo más que sugestiva, al punto de que este se sorprendió: “Epa”, dijo.
“Bueno, podrías tranquilamente. Si estás bárbara. Chau, suegrita”, le dijo él, siguiéndole el juego en una escena impecable. Susana Giménez (79) y Ricardo Darín (66) se coocieron en 1972 cuando el actor tenía 15 años y ella 28 en la filmación de He nacido en la ribera.
El actor quedó obnubilado con la futura Diva de los teléfonos, y por eso cuando se reencontraron en 1978, formaron una pareja “de avanzada” para la época ya que los trece años que los separaban no fueron obstáculo para que lograran vencer los pronósticos más pesimistas.
Nueve años pasaron juntos Susana y Ricardo, que se separaron en 1987 y pocos meses después rehicieron sus vidas, ella con Huberto Roviralta, y él con Florencia Bas, con quien tuvo dos hijos. Eso sí, la buena onda entre ambos prosiguió a través de las décadas siguientes.