Lejos de la tira adolescente Casi Ángeles y de la banda Teen Angels que la catapultó a la fama casi diez años atrás, Rocío Igarzábal apostó por una forma de vida más tranquila, conectada con la naturaleza y con su ser interior, despegándose de la vorágine que vivió en la época que trabajaba en las filas de Cris Morena.
Centrada en la música y en la actuación, la artista es la protagonista de Encontrados, una película de Diego Musiak en la que encarna a Malva, la novia joven de un hombre mayor, que le permitió ahondar en universos nuevos y hacer una valiosa "confesión": Rocío contó por primera vez que sufrió trastornos alimenticios producto de sus inseguridades y de los absurdos patrones de belleza que intenta imponer la sociedad.
"¿Qué te pasa a vos con esta transición personal y profesional del Rochi a Rocío?", le preguntó el periodista de La Nación. Y la actriz y cantante contestó: "La imagen viene conectada más por la percepción que tengo de mí misma que de lo que se ve para afuera, y eso lo vengo trabajando desde hace tiempo. Cuando me fui a vivir a México en 2014, la relación con mi pareja y todo lo que tiene que ver con la relación con mi cuerpo. En el caso de Encontrados, el desafío fue más actoral porque nunca había hecho un personaje así, me tenía que preocupar en cómo contarlo, cómo cuidarlo, hacer escenas más jugadas. Ese equilibrio fue el verdadero desafío, más que cómo lo recibiría la gente".
"Fue un trastorno general. Estaba angustiada, parar era abrazarme, ponerme como prioridad y recién ahí sentirme exitosa... Tuve ayuda profesional, hice un tratamiento con una psicóloga, una terapeuta y una nutricionista".
Atento a sus palabras, el entrevistador quiso saber si en esa época sufió bulimia, e Igarzábal habló por primera vez de la problemática que transitó: "En realidad fue un trastorno general. Estaba angustiada, parar era abrazarme, ponerme como prioridad y recién ahí sentirme exitosa. Porque atravesar y salir de eso era mucho más importante que todo lo demás. Ahí te das cuenta de lo que son las prioridades y lo que es el éxito en sí. Tuve ayuda profesional, hice un tratamiento con una psicóloga, una terapeuta y una nutricionista. Un grupo de mujeres que me ayudó a desarmar todo eso y sacármelo de encima. Fueron tres años, al mismo tiempo seguía trabajando. Eso me trajo un proceso de parar la pelota, de preguntarme qué quiero priorizar: ¿lo que llaman "éxito" o la manera en la que yo quiero sentirme exitosa en mi vida?".
"A las mujeres nos pasa que la presión que ejerce la sociedad sobre los ideales de belleza hacen que una lo viva muy sola, también que te cueste mucho hablarlo. Las dos cosas van de la mano. Desde lo energético, los trastornos alimenticios son cosas no dichas, que nos duelen".
"¿Por qué tardaste tanto años en contarlo?", le retrucó el periodista. Y Rocío Igarzábal respondió reflexiva, respetando sus tiempos: "No quiero excluir a nadie, pero a las mujeres nos pasa que la presión que ejerce la sociedad sobre los ideales de belleza hacen que una lo viva muy sola, también que te cueste mucho hablarlo. Las dos cosas van de la mano. Desde lo energético, los trastornos alimenticios son cosas no dichas, que nos duelen, que no podemos expresar y se canalizan de otra manera. Puede ser alimenticios, de ansiedad, o lo que sea".