A menos de 100 días de los tres recitales en el Movistar Arena, el astro puertorriqueño Ricky Martin regresó anoche a Buenos Aires con el mismo show denominado "Sinfónico", causó idéntico furor entre sus fans que colmaron el estadio de Vélez e inauguró así la temporada de grandes espectáculos en el predio del barrio porteño de Liniers.
Con otro par de antecedentes cercanos en el Anfiteatro de Villa María (donde cantó el 24 de febrero) y el Arena Aconcagua de Mendoza (se presentó el 26), la gira local terminará esta noche en el Autódromo de Rosario.
Al igual que en sus actuaciones de finales de noviembre, la velada en Vélez fue abierta por Nahuel Pennisi y el concepto de la propuesta (más allá de sumar una orquesta de 52 instrumentistas dirigidos por Ezequiel Silberstein), no alteró el universo romántico, pop y latino que Ricky domina a la perfección y sus seguidores (con abrumadora mayoría de mujeres) van a buscar.
Por eso, y apoyado en su banda habitual integrada por David Cabrera en guitarra y dirección musical, Carlos David Pérez en coros, Tony Escapa en batería, Paulo Stargano en percusión, Alberto Menéndez en piano, Pablo de la Bella en bajo, Gustavo Escobar en trompeta, Lester Perez en trombón y Andrés Vicencio en saxo, el exMenudo hizo una vez más lo suyo.
Tal vez la única diferencia entre aquella serie y este concierto fue que la versión de ?La copa de la vida? sumó imágenes de la Selección de fútbol campeona en Qatar en las pantallas.
La presencia de Martin dio inicio así a la serie que tendrá a Vélez como epicentro de masivas convocatorias musicales en una grilla que incluye mañana a Lali Espósito, a La Konga el 18, a Fito Páez el 1 y 2 de abril, a Romeo Santos el 22, y a Divididos el 13 de mayo.