La trágica muerte de Natacha Jaitt a los 41 años conmocionó a las figuras del espectáculo. La mediática fue encontrada sin vida en la madrugada del sábado 23, en un complejo para eventos de La Ñata, Benavídez, llamado Xanadú.
La mujer había asistido al lugar junto a un productor de nacionalidad paraguaya llamado Raúl Velaztiqui Duarte para, según su declaración judicial, tener una reunión laboral en pos de organizar un festival de hip hop junto a Lissa Vera, de Bandana. A las pocas horas de llegar, Jaitt murió en una habitación del salón de eventos. Pero el destino de Natacha había sido sellado tres semanas antes, cuando se reencontró con Velaztiqui y coordinaron el nuevo proyecto laboral.
"Yo fui el que la llevó y, a partir de ahí, vivo esta pesadilla. Yo a Natacha la conozco hace muchos años. Me encontré con ella el 31 de enero en el cumpleaños de Lissa (de Bandana) y proyectamos hacer una serie de eventos".
"Estoy alejado de la situación, pero fui el que la acompañó a Natacha, el que la llevó. Y bueno, a partir de ahí es (que vivo) esta pesadilla. Por eso es que le pido un poco de paciencia. Estoy muy aturdido. Se están diciendo barbaridades, cosas que no tienen sentido", dijo el hombre, en el programa dominical de Mauro Viale en A24.
Luego, el productor explicó cómo era su vínculo con Jaitt. "Fue así; yo a Natacha la conozco hace muchos años, si bien no éramos amigos íntimos ni teníamos una relación de afinidad cotidiana, yo soy muy amigo de Lissa, la chica de Bandana. Estábamos en un proyecto de hacer un campeonato de hip hop. Me encontré con Natacha el 31 de enero en el cumpleaños de Lissa. Ahí charlamos. Proyectamos hacer una serie de eventos de estos al que fuimos", contó.
"El Día de San Valentín fuimos a un restaurante para cenar y reunirnos con otras personas para generar otro proyecto junto con Lissa, porque estaba la gente de la Municipalidad, para ver qué posibilidades había para realizar ese campeonato (de hip hop). Ahí conocimos a un señor que era el dueño del lugar. Se hizo una buena conversación, quedamos en una nueva reunión. Después fuimos a su casa a otra reunión. Comimos, seguimos hablando del proyecto de trabajo y ahí surgió la posibilidad, por una cuestión de locación, de espacio, que él tenía un amigo que era el dueño de este lugar (Xanadú). Eso fue el martes de la semana pasada", completó Velaztiqui Duarte.