El año pasado, Pinky regresó a la TV Pública con Memorias desordenadas, un ciclo pensado como una despedida a la altura de la "Señora Televisión” más que como una vuelta al ruedo, dado su estado de salud.
Y fue en el marco de ese debut que su hermana, Raquel Satragno, se refirió al tratamiento que la famosa conductora había realizado con Rubén Mühlberger, que se acercó a ella cuando estaba internada en una clínica de rehabilitación para volver a caminar, aquejada de Parkinson.
En un móvil con Confrontados, la exmodelo aseguró que el médico que hoy es investigado por la Justicia, terminó empeorando el estado de salud de su hermana y quiso sacar ventaja al atribuirse el reconocimiento de sus mejoras.
"Mi hermana había estado un año y medio en un centro de rehabilitación, preparándose para volver a la tele. Ahí apareció Mühlberger, en un momento en que necesitaba un incentivo, esperanza... Y este doctor se aprovechó", le dijo Raquel a Carla Conte y a Rodrigo Lussich en septiembre de 2019.
"Con ese tratamiento la realidad es que Pinky empezó a desmejorar semana a semana. No sé cuál era el tratamiento y si era algo normal. Pero desmejoró mucho y no fue nada maravilloso, al contrario", siguió.
"Con ese tratamiento la realidad es que Pinky empezó a desmejorar semana a semana. No sé cuál era el tratamiento, y si era algo normal".
Asimismo, señaló que en la polémica clínica le habrían practicado una intervención o tratamiento sin su consentimiento que le provocó "tics nerviosos que ella antes no tenía".
Dos meses antes de las declaraciones de Satragno, Mühlberger había mostrado los aparentes avances que había tenido en Pinky gracias a un "novedoso tratamiento regenerativo” a través de un video que se vio en Nosotros a la mañana.
"Tuve que trabajar y diseñar un tratamiento exclusivamente para Pinky. Para eso tuvimos que iniciar unos estudios y no teníamos mucho tiempo", contó el profesional en su momento. Y explicó que, para mejorar el cuadro de la periodista desde el punto de vista cognitivo, había aplicado “neurociencia combinada con un tratamiento regenerativo de la parte locomotriz”.
Al reaperecer Pinky en la televisión, Mühlberger se quejó en Infoveloz de que la familia le había dado la espalda.
"Yo me involucré con ella en un tratamiento de las mejores clínicas europeas, pudo salir del geriátrico en el que estaba atada a una silla de ruedas, pero lo que están haciendo ahora es mostrar un despojo humano. Es uso y abuso. Hice mucho por ella y me da pena. Es inhumano lo que hacen con Pinky. Esto es violar derechos humanos. Tanto a mi como a otros médicos, la familia nos cerró la puerta en la cara", dijo.