Federico Álvarez Castillo y Lara Bernasconi jamás pensaron que la supuesta broma de un amigo terminaría en un escándalo internacional. El empresario y la modelo grabaron cómo una persona les arrojaba un chancho desde un helicóptero a la pileta de la casa que habían alquilado, en Punta del Este.
Luego de la enorme repercusión mediática, la intervención policial y la posterior investigación de la justicia uruguaya, Álvarez Castillo y Bernasconi tomaron una radical decisión. Según pudo saber Ciudad, el empresario, la modelo y su pequeño hijo, Iñaki, abandonaron la propiedad.
La familia armó sus valijas y dejó la casa, ubicada en el Barrio privado Pinar del Faro, tras el repudio generalizado de sus vecinos. “Estábamos en la pileta y vemos que había un helicóptero arriba nuestro, muy cerca de las casas. Nos pusimos a mirar y, de repente, vimos que tiraron algo y pensamos que era un perro”, dijo una testigo de la escena.
“Salimos todos corriendo, fuimos muy preocupados y asustados a la casa a la que había caído y la dueña nos respondió ‘no, tranquilos, fue una joda que nos hicieron unos amigos’. En ese momento, todos tomamos conciencia de lo que había pasado. Cayó la seguridad del lugar y nos dijeron que era un cordero y todo el mundo les decía de todo y ellos se divertían”, completó indignada la vecina.
La fiscal uruguaya a cargo del caso, Ana Carolina Dean, brindó más detalles de lo ocurrido. “Álvarez Castillo estaba en su casa, con su familia, escucha el estruendo y cuando sale vio que era un cerdo en su piscina. Lo retiraron (del agua), lo asaron y se lo comieron. Todo indica que fue una broma. Nadie está esperando que llueva un animal del cielo, y esto fue filmado y se escuchan risas en el video. Nadie va a comerse un animal que le tiran de arriba”, precisó la funcionaria en Crónica TV, desconfiando de la declaración del empresario.