A minutos de que los peritos de parte y oficiales estamparan sus firmas en el documento final de la autopsia sobre el cuerpo de Débora Pérez Volpin, su viudo, Enrique "Quique" Sacco y su abogado, Diego Pirota, brindaron una conferencia de prensa desde la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Conmovido pero entero, el periodista saludó a sus colegas y aseguró: "Definimos el día de hoy como el día de la verdad que solicitamos y nos comprometimos a dar".
Luego, Quique continuó: "Nunca explicamos por qué tomamos la decisión que tomamos, y ese es el punto fundamental en el que necesitábamos explayarnos. Nos sorprendió lo que ocurrió el 6 de febrero y cuando empezamos a pensar qué había pasado, dijimos que Agustín y Luna (N del R: los hijos de Débora) tenían que tener una respuesta. Toda nuestra familia tenía que tener una respuesta. No podíamos quedarnos con la resignación, que el tiempo pasara y algún día en una reunión familiar preguntarnos qué pasó, y no saber qué decir".
Indignado, el periodista contó cuál fue la reacción de parte de las autoridades del Sanatorio de la Trinidad de Palermo: "La única respuesta que tuvimos fue la incertidumbre. Nadie nos sabía decir qué pasó". A pesar del dolor por la pérdida de su mujer, Quique aseguró: "Sostengo y mantengo en nombre de la familia que no tenemos rencores, que no tenemos sed de venganza. Que sólo queremos la verdad, y acá la tenemos".
Conteniendo unas lágrimas en sus ojos, Sacco agradeció a la comprensión y colaboración de la prensa para impulsar la causa y "a los remolones que siempre están presentes en las redes sociales y en cualquier lugar que puedan expresarse".
Al final Quique Sacco confesó la paz que le trajo a él y a su familia conocer las conclusiones definitivas del informe pericial: "Es lo que nos va a permitir esta noche a toda la familia abrazarnos y conseguir un poco de paz. A partir de ahora, será la Justicia a través de un nuevo juez quien tendrá la responsabilidad de dilucidad un montón de situaciones. (…) Con esta verdad nosotros nos sentimos tranquilos, cumplimos lo que le dijimos, y tenemos la verdad. Ahora la que tiene que actuar es la Justicia".
Acto seguido, su letrado tomó la palabra y se refirió a los puntos técnicos más importantes de la autopsia y apuntó contra la clínica: "Salieron a decir en una publicación periodística que Débora tenía una hepatitis importante y un cuadro abdominal complejo. Supuestamente, esto emana de la historia clínica de la paciente. Falso. Primero, violaron una norma penal al hablar de una historia clínica, que es un secreto profesional médico, como también lo tenemos los abogados o los sacerdotes".
"Las causales de la muerte de Débora Denis Pérez Volpin están en relación directa con una perforación instrumental del esófago toráxico con varotráuma que genera neumomediastino, neumotorax bilateral y neumoperitoneo. O sea que la muerte de Débora se produjo por una perforación instrumental del esófago, no tenía ni una úlcera ni una hepatitis importante. Nada de lo que dijo la clínica en on o en off en una publicación periodística", continuó enumerando las conclusiones de la autopsia. "No se han detectado patologías preexistentes idóneas para producir o contribuir con la muerte", agregó.
Al final, Diego Pirota incriminó al endoscopista y la anestesista que le realizaron la endoscopía a Débora Pérez Volpin: "Las lesiones del estómago son la consecuencia del varotrauma intragástrico, producto de las maniobras instrumentales endoscópicas, de las maniobras de reanimación cardiopulmonar o de su accionar en conjunto. Está hablando de la responsabilidad de los dos profesionales que intervinieron en el cuerpo de Débora".
"El último punto, que nos exime de dar mayores explicaciones dice que la muerte de débora es una muerte violenta. No fue provocado por un paro cardíaca porque Débora tuviera una falla cardíaca ni un paro cardíaca, ni ninguna afección distinta. Sino que fue una muerte violenta producto del accionar de los dos profesionales, cuanto menos, que intervinieron en el cuerpo de Débora", cerró el abogado de la familia de Débora Pérez Volpin.