Max Giaco (29) hizo su aparición en El hotel de los famosos 2 tras una performance que dejó atónitos a los participantes de la primera temporada, y logró nuevamente sorprender a las estrellas y a los televidentes con los complejos trucos y rutinas que lo llevaron a ser conocido como “el hacker de mentes” (mind hacker).
Max comenzó a interesarse por la magia a los 12 años y es por esto que decidió estudiar ilusionismo, aunque muy pronto su atención se concentró en los aspectos psicológicos que había detrás de los trucos. “Me llamaban la atención las cosas que tenían que ver con el comportamiento, con la ´psicología del espectador”, contó a Ciudad.
Una cosa llevó a la otra y, con el tiempo Max llegó a trabajar como científico en el Laboratorio de neurociencia de la Universidad Torcuato Di Tella en 2013. “Tuve la oportunidad de ver cómo trabaja la mente a través de experimentos en los que usábamos técnicas de ilusionismo”, agregó Max, que es graduado de la Universidad Austral en Comunicación no verbal.
Max, que también participó del ciclo de History Channel Sugestiones, la ciencia del engaño, contó que se dedicó a estudiar minuciosamente el lenguaje corporal, algo que le permite deducir qué está pensando una persona y que le valió un apodo muy llamativo.
-¿Por qué te dicen “El Messi del mentalismo”?
-Ese apodo me lo puso la prensa. A los 18 años me hicieron una nota en el diario Clarín y titularon algo así, eso lo vieron algunos medios y lo usaron, y fue quedando.
-Si bien vos lo usás como un espectáculo, ¿qué grado de peligrosidad conlleva saber qué está pensando una persona? ¿Se puede prevenir de alguna manera?
-Es una pregunta muy interesante porque, como bien decís yo lo uso en el contexto de un espectáculo, pero en la vida real, los peligros que conllevan entender cómo funcionamos y poder “hackearnos” son altos. En la política hay claros ejemplos de personas que tienen mucho talento para entender a las personas y piensan cómo influir sobre ellas. Tienen un poder que, usado para el mal, tiene la capacidad para dañar a la sociedad. Hay personas que pueden usarlo para fines egoístas y dañinos, y es un problema muy grave.
-No lo quiero preguntar para que se preparen los que van a ver tus espectáculos, pero ¿cómo se puede prevenir que te “hackeen” la mente?
-Creo que las cosas que más nos protegen en estos casos es el conocimiento. En principio hay que tomar conciencia y después tener conocimientos y nociones de cómo funcionamos. Entender de comunicación no verbal es una buena manera de aprender a comunicarse mejor con los demás, entendernos mejor, poder expresarnos mejor en lo que queremos, pero también una forma de entender si nos están manipulando o engañando. Conocer la comunicación no verbal nos puede ayudar a detectar el engaño, al igual que tener conocimientos o nociones básicas de psicología para saber cuando nos están intentando manipular.
-Volviendo al mundo de la magia, ¿por qué en los trucos se utilizan siempre cartas de póker (baraja francesa) en lugar de la baraja española?
-Los magos tenemos la tendencia a usar la baraja francesa antes que la española porque es muy popular en Estados Unidos. Yo hago cien por ciento mentalismo, pero vengo de estudiar magia, y es verdad que estamos muy influenciados por la cultura mágica de otros países como Estados Unidos. En Argentina, eso no es algo cotidiano, pero creo que puede ser algo bueno para hacer crecer el efecto en el público local eliminar la baraja francesa y reemplazarla por la española.
-Salvo que quieras llevar tu espectáculo a algún país del otro hemisferio…
-Claro, pero no es muy difícil hacer el pasaje. Hay cosas en las que sí se puede y está bueno usar la baraja española. Pero creo que está dentro de las reglas usar los elementos que uno quiera a la hora de hacer su arte.
-¿Hubo alguien en todas tus presentaciones que haya resistido el hackeo de su mente o seguís invicto?
-Hubo una vez un evento corporativo de una de las empresas más importantes de la Argentina en las que estaba presente el CEO. La gente de marketing y RRHH me pidieron que no me dirigiera a él. Pero en un momento del show él, que en un principio estaba cruzado de brazos, comenzó a interesarse.
-¿Y te acercaste a él?
-En realidad, él se ofreció primero que nadie y lo hice pasar para hacer una rutina compleja de adivinaciones. Le pedí que piense en un recuerdo de su infancia y empecé a hacerle una serie de afirmaciones, pero él, ante todo, decía que no era así. Ante esto, le pedí que volviera a sentarse. Y cuando me estaba yendo, me vino a buscar y me contó que a él no le gustaban este tipo de espectáculos.
-¿Te explicó por qué quiso ser parte del show?
-Sí, me explicó que cuando vio lo que hacía sintió la necesidad de acreditar en su mente lo que estaba viviendo. Y ahí me pidió disculpas, y me dijo que le dio tanta bronca que le adivinara todo lo que tenía en la mente, que me lo negó todo. Para mi sorpresa, me invitó a que animara su cumpleaños y más tarde me contrató para otros eventos similares. Fue una de las personas que más trabajo me dio en eventos sociales y corporativos.
-¿Y de todos los famosos que participaron en tus rutinas hay algún ranking de los más resistentes al hackeo mental?
-No tengo ningún ranking, siempre trato de elegir gente que tenga buena onda. Fran Tinelli me llevó a hacer magia a la casa de la familia. Y ahí descubrí a Marcelo, una persona sencilla y humilde que me preguntaba a cada rato si necesitaba algo. Fue una experiencia muy linda, que continuó cuando me contrataron para festejar su cumpleaños.
-¿Cómo renovás tus shows? ¿Hay cosas que te inspiran? ¿Ves a otros colegas?
-Es una mezcla de todo eso. Ver cosas que te inspiran, performers, leer métodos. Trabajar con cosas que ya tenés y darles una vuelta de tuerca más. A veces agarro cosas que no hacía hace mucho o que no le presté atención para ver si se puede generar algo nuevo, o juntarte con colegas. A veces ellos comparten su visión y pueden potenciarse a la vez.