Desde sus paradisíacas y románticas vacaciones junto a Matías Palleiro en México, Jimena Barón compartió una profunda reflexión sobre las redes sociales, a un año de haberse alejado de Instagram por sus ataques de angustia y de pánico, potenciados por la hostil opinión de terceros en el plano virtual.
"Hoy se cumple un año de mi vuelta a redes y estuve pensando un poco algunas cosas. Hay algo muy chot..., como sos conocida y las redes sociales dejan ese espacio para que comentes, y lo aceptás, la gente se escuda para decir cosas horribles", comenzó diciendo la artista en la primera historia que subió a su cuenta.
"Si usás las redes para decir cosas horribles es porque sos un soret... de persona".
EL DESCARGO COMPLETO DE JIMENA BARÓN
"Si vos usás ese espacio para decir cosas horribles es porque sos un sorete de persona, no es que está todo bien porque hay un espacio y vos podés agredir".
"Si dormís tranquilo pensado que estás en todo tu derecho, okey, pero no dejás de ser un choto".
"Es loco como en los momentos más lindos y felices de mi vida me pasa todo lo contrario a querer compartirlo. Entendí que lo mejor es no compartirlo. Entiendo perfecto las ganas del comentario, cuando uno le hace sentir algo a alguien, pero hay lugares. Hay gente a la que la lastima muchísimo un comentario".
"Es loco como en los momentos más lindo y felices de mi vida me pasa todo lo contrario a querer compartirlo".
"Tengo un hijo que en algún momento me va a pedir tener redes porque está más grande. Y digo '¿qué tengo qué hacer? ¿Comprar una escopeta?'".
"A mi hijo, lo defiendo con uñas y dientes. A mi chico, uñas y diente. A mi familia, uñas y dientes. Uno comparte poco. Yo cambié mi vínculo cien por ciento con las redes, pero me sigue dando una sensación rara. Uno se guarda porque hay gente caca".
"A mi hijo, lo defiendo con uñas y dientes. A mi chico, uñas y diente. A mi familia, uñas y dientes... Yo cambié mi vínculo con las redes".
"No vengan con la de que 'el amor le gusta, pero que la critiquen no'. No tienen mierda. Caca no tires. Es obvio que uno quiere el amor y el odio no, pero así debería ser el mundo. No es arrogante. Debería ser la ley universal para que todos estemos mejor: amor sí, caca no", concluyó Jimena.