Mientras Bizarrap se preparaba para el primero de sus recitales multitudinarios en el Hipódromo de Palermo, Alejandro Castelo de LAM se acercaba a la casa de Juliana Scellato, la primera (y única) profesora de piano del músico, que le contó cómo era de adolescente.
Juliana contó que, al igual que muchos jóvenes de Haedo, o en Ramos Mejía, Gonzalo Conde, tal el verdadero nombre del artista, llegó a ella “por cercanía” hace unos 10 años, cuando tenía apenas una década y media de vida.
“Hablé con él porque vino acá a charlar y era recontra tímido, muy introvertido. Pero después, como las clases son individuales, tomó más confianza y generamos una conexión distinta y ahí él pudo sentirse más cómodo y expresarse un poco más”, recordó Juliana.
LA PROFESORA DE PIANO DE BIZARRAP REVELÓ CÓMO FUERON LOS COMIENZOS DE SU CARRERA
“No es fácil entender a una persona que quiere estudiar música, entenderla. (Dijo) ‘En realidad quiero hacer música electrónica y ser DJ’, tenía como todo desarmado en la cabeza. No lo entendí de una”, confesó la profe.
Juliana contó que las clases transcurrían con normalidad hasta que un día el joven le llevó sus bandejas. “Ahí le dije ‘Ahora me vas a enseñar vos, yo te enseño las teclas, vos enseñame otra cosa, si querés’. Después me trajo la computadora, me trajo la casa acá”, recordó.
Asimismo, la docente reveló que juntos, y con paciencia, ambos se dedicaron durante algún tiempo a explorar cómo funcionaban los programas de grabación de música, que fue la génesis de la carrera del joven.
LA PROFESORA DE MÚSICA DE BIZARRAP RECONOCIÓ QUE EL DJ TENÍA IDEAS “MUY GENIALES” PARA SU EDAD
“Es muy autodidacta, muy perseverante, así que le dije ‘Vos lo vas a poder hacer, olvidate’. Lo que pasaba era que necesitaba entender la música que le gustaba, y para entenderla hay que extraer la melodía o la armonía que tiene la canción”, señaló Scellato.
Juliana, que mantiene el vínculo con Gonzalo, y que está invitada a los shows del Hipódromo, recuerda que, de entrada, se dio cuenta de que el joven “tenía ideas muy geniales para la edad que él tenía”.
“En la adolescencia sucede esto de pensar qué va a ser cuando sea grande. Él había arrancado a estudiar marketing y yo le dije que lo podía aplicar a la música, y que no deje de estar conectado con el piano”, contó.
“Nunca dejó de venir hasta que explotó todo de manera zarpada, literalmente, y no pudo venir con regularidad. Dejó de venir, pero no dé de tener contacto con él. Cualquier cosa que sube o que está craneando, me hace sentir parte de eso”, cerró la profe, que contó que hasta ahora no fue invitada a grabar una “session” aunque no pierde la esperanza.