Durante décadas Harvey Weinstein fue protagonistas en los Premios Oscar gracias a su prolífica carrera como productor de cine.
En esta 90° edición, Weinstein fue sin dudas un actor importante de la ceremonia pero por un motivo muy diferente: las múltiples denuncias por acoso y abuso que recibió en los últimos meses. Las acusaciones generaron tal impacto en Hollywood que se generó el movimiento #MeToo en contra del acoso.
El discurso inaugural de Jimmy Kimmel, a quien le toca por segunda vez estar al frente de la entrega, se centró justamente en este tema tan delicado. Con la ironía que lo caracteriza, aseguró: “Oscar es el hombre más querido y respetado en Hollywood. Mantiene sus manos donde las puedes ver. Nunca dice palabrotas. Y más importante: no tiene pene. Es, literalmente, una estatua de limitaciones”.
Kimmel aseguró: "El mundo nos mira y nos vigila”. También celebró que la Academia haya expulsado a Weinstein de sus filas: “No tenemos que permitir este tipo de cosas, tenemos que dar un ejemplo".
También aseguró: “El mundo nos mira y nos vigila” y celebró que la Academia haya expulsado a Weinstein de sus filas: “No tenemos que permitir este tipo de cosas, tenemos que dar un ejemplo. Si tenemos éxito aquí tenemos que trabajar juntos para ponerle un fin al acoso sexual en el trabajo, así solamente tienen que lidiar con el acoso en el resto de los lugares del mundo”.
Incluso le dedicó un comentario con humor a Guillermo del Toro, director de La forma del agua: “Gracias a Guillermo recordaremos este año como el que los hombres la cagaron tanto que las mujeres empezaron a salir con anfibios”.