En los últimos días, Jimena Barón advirtió en su cuenta de Twitter, enigmática: "No me dejan decir nada, pero falta muy poco. Si andan en la calle, presten atención".
El misterio se develó a las horas, cuando las calles del barrio de Palermo amanecieron empapeladas de afiches en los que se veía a la cantante con medias de red, con un pancho en la mano, y un teléfono. Un cartel similar a los que ofrecen servicios sexuales en la vía pública.
Ese mismo día, Jimena compartió en sus redes imágenes de su nueva campaña publicitaria con el emoji de un teléfono como único epígrafe. "Hola, soy Jimena y te cuento que estoy en algo increíble, estén atentos", responde una grabación con su voz del otro lado de la línea.
Pero lejos de lo que esperaba, su movida de difusión generó una ola de críticas y fuerte repudio en el mundo virtual. Muchas seguidoras cuestionaron que usara una gráfica similar a la de la promoción de servicios sexuales que, según ellas, puede relacionarse con la trata.
"Cierto que eras re feminista, che. Se nota", "Esos papeles los usan las redes de trata", "Debería darte vergüenza usar como estrategia de marketing carteles como los que se usan para la trata de mujeres", fueron algunas de las expresiones que su polémico afiche provocó entre los usuarios.
En reacción a la ola de voces en su contra, Barón respondió y dejó en claro cuál es su postura al postear fotos donde se la ve junto a Georgina Orellano, referente de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR).
Así, la artista dio a entender que, antes de lanzar la promoción de su último clip, se informó sobre el tema de boca de la líder de la entidad que lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales. Gesto que fue celebrado por algunas y repudiado nuevamente por quienes sostienen una posición abolicionista de la oferta sexual de la mujer por dinero.