La jugada magistral que Diego Maradona hizo ante Brasil en los octavos de final del Mundial de Italia 90, cuando Claudio Paul Caniggia hizo el mítico gol a los 82 minutos luego de que Argentina se salvara de milagro, selló para la eternidad su amistad con el Pájaro.
Algunos años más tarde, la dupla se repitió en Boca, donde en 1996 Caniggia le hizo tres goles a River en lo que fue victoria Xeneize por 4-1 en la Bombonera, y Maradona cumplió su palabra de darle "piquitos" al delantero por cada gol que hiciera en el superclásico.
Con esa fraternidad marcada a fuego, un Diego sin filtros confesó cómo saluda a Claudio cada vez que se lo cruza. Todo surgió a través de una pregunta en una entrevista a fondo para Líbero (lunes a viernes a las 14.30 por TyC Sports): “¿Vos querés que (tu nieto) Benjamín Agüero te salga futbolista, o no te importa? Viste que los hijos de Cani no tienen nada que ver con el fútbol”.
Entonces, el DT de Gimnasia y Esgrima de la Plata puso cara de horror y enfatizó irónico en referencia a Axel, Charlotte y Alexander: “¡No! ¡No, por favor! Yo cada vez que lo veo al Cani le doy un beso en la frente y le digo ‘lo que te salió, papá. ¿Viste?’”.