El pianista Ignacio Montoya Carlotto asume por primera vez en un disco un rol únicamente interpretativo para hacer Tango, en dúo junto al guitarrista Daniel Rodríguez, y plasmar así un proyecto sonoro que "es algo que no quería dejar de hacer".
"Me gusta haber corporizado este material que es algo que no tiene ninguna pretensión y no busca hacer nada nuevo ni intervenir demasiado, pero que a la vez me propone un desafío técnico muy grande desde el instrumento", postula Montoya Carlotto durante una entrevista con Télam.
Desde la ciudad bonaerense de Olavarría donde ejecuta, propone y comparte su música y ejerce la docencia, el creador que ostenta un reconocido andar como autor y arreglador de músicas que dialogan con el folclore latinoamericano y el jazz, confiesa que en relación al tango "nunca le pude encontrar la posibilidad de componer y me transformé solamente en un intérprete".
"Mi vida fue siendo más de compositor y de defender mi propio repertorio y el tango fue quedando un poco al costado", repasa quien al frente de un septeto se lanzó al ruedo discográfico desde 2015 y compuso la banda de sonido de Los felices, filme de Sabrina Farji.
El músico que mañana cumplirá 42 años se crió con el nombre Ignacio Hurban hasta que en agosto de 2014 consolidó su identidad al ser reconocido como hijo de Laura Carlotto y Walmir Oscar "Puño" Montoya, y nieto de Estela de Carlotto, presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.
Y al conocer su origen biológico, se enteró de que en su familia la música ocupó un lugar saliente: su padre era baterista, su abuelo paterno saxofonista y su abuelo materno, un melómano, amante del jazz.
En Tango, la dupla Montoya Carlotto-Rodríguez registra Boedo (Julio De Caro-Dante A. Linyera), Palomita blanca (Anselmo Aieta-Francisco García Jiménez), Silbando (Sebastián Piana-Cátulo Castillo), Hotel Victoria (Feliciano Latasa-Carlos Pesce), Adiós Nonino (Astor Piazzolla) y Comme il faut (Eduardo Arolas).
La nómina se completa con Organito de la tarde (José González Castillo-Cátulo Castillo), Bahía Blanca (Carlos Di Sarli), A fuego lento (Horacio Salgán), Garúa (Aníbal Troilo-Enrique Cadícamo) y Afiches (Atilio Stampone-Homero Expósito), estos dos últimos sumando la voz de Guillermo Chioddi.
Télam: ¿Cómo se fue perfilando el repertorio del dúo?
Ignacio Montoya Carlotto: Hacemos referencia al dúo Salgán-De Lío y ese dúo marcó un poco el repertorio porque en ese lenguaje es donde funciona mejor. Después hay más de lo que es la guardia vieja del tango, "Afiches" que es un poco más nuevo y "Adiós Nonino" que es uno de los últimos que incorporamos y que remite a que cuando empecé a estudiar tango lo hice de Piazzolla hacia atrás. Pero si tengo que definirlo, diría que el criterio fue que tuviera todos tangos clásicos y que no hubiera fisuras en cuanto al estilo.
T: Además de compartir el instrumento ¿Qué significa Horacio Salgán para vos?
IMC: Respondo contando que el único cuadro de un músico que hay en mi estudio es una imagen de Horacio Salgán y puesto en un lugar muy preponderante porque al viejo lo amo.
T: ¿La referencia a Salgán-De Lío te llevó a querer hacer tango dialogando con una guitarra, en este caso la de Rodríguez?
IMC: Sin duda. Hace como 10 años tenemos el proyecto del dúo y armamos con mucha paciencia un repertorio y nos metimos dentro del circuito tanguero con cierta prepotencia. Esa década de trabajo nos permitió encontrarle ese pulso y afinar los arreglos.
T: ¿El hecho de haber concretado "Tango" modificó tus planes creativos?
IMC: Para nada. De hecho, el disco del septeto ya está terminado porque los grabamos en los primeros días de enero y estoy re-contra contento porque siento que es lo mejor que he hecho hasta la fecha aunque capaz sea una gran desilusión (risas). Es un disco de autor, de intérprete, son unas 12 canciones, todas mías que mistura ciertos elementos del jazz que se encuentran con una canción que tiene cosas folclóricas o guiños hasta tangueros. Toda música hecha en esta región que tiene para mí un contenido emotivo muy caro a mis afectos.
T: Un período muy profuso en momentos donde la pandemia parece detenerlo todo?
IMC: Tengo la experiencia de seguir tocando (todos los martes a las 23 por Instagram y Facebook en recitales de piano solo con música mía) y veo que se ha despertado una gran necesidad por escuchar música que está ocurriendo en el momento y que yo no conocía tanto, pero el panorama es oscurísimo. Y lo vivo con angustia, no en lo personal porque puedo seguir la actividad de una u otra forma, pero sí estoy muy atento de echar una mano a los colegas y sostener la actividad musical con recursos inventados.
T: ¿Y cómo es la experiencia docente en este contexto?
IMC: El conservatorio tomó la medida de rápidamente reconvertirse a la metodología virtual y se hace lo que se puede. Tengo alumnos a los que no llegué a conocer en persona.
Fuente: Telam.