A temprana edad, Pía Slapka dio sus primeros pasos en el mundo del modelaje, haciendo comerciales y luego pasarela. Ese salto laboral hizo que la modelo gane cierta independencia económica y ayude a su familia en un momento de crisis financiera y personal, dado que sus padres se separaron en su adolescencia y ella tuvo que ser uno de los sostenes del clan.
"Yo aportaba en mi casa, pero no era el sostén. Mis hermanos también trabajaban. A los 13 y 14 años me surgió la posibilidad de trabajar, pero estaba en mi casa, con mi mamá y mi papá. Después a los 17 me cambié a un colegio del estado porque la situación (argentina) estaba más complicada", comenzó contando Slapka en Intrusos, siendo cuidadosa con su intimidad.
"Cuando tus papás se llevan mal, querés salir de ahí. Había violencia verbal, de llevarse mal. Pero no había golpes. A mi papá lo amo, pero después de tantos años de llevarse mal, dije 'necesitamos salir de acá'".
Luego continuó con el relato y brotaron las lágrimas: "Mis papás se separan y yo la apoyé a mi mamá para que se separé. Yo veía que la situación no daba para más y también necesitaba salir de ahí. Entonces, tenía unos ahorros de un comercial y nos fuimos".
Atento a la sensibilidad de la modelo, Adrián Pallares indagó un poquito más: "¿Por qué tenías que salir de esa realidad? ¿Había violencia?".
"Mis papás estaban separados, pero vivíamos en la misma casa y el ambiente no era agradable. Ahí Paul, mi exmarido, me ayudó mucho. Estuve viviendo con mi mamá y con mi hermanito, bancando la casa".
Fue ante esa concreta consulta que Pía se mostró más conmovida: "Cuando tus papás se llevan mal, querés salir de ahí. Había violencia verbal, de llevarse mal, nada más. Pero no había golpes. A mi papá lo amo profundamente, pero después de tantos años de llevarse mal, dije ‘necesitamos salir de acá’. Yo era muy joven y ahí sí fui sostén de familia, de mi mamá y de mi hermanito. Lloro porque me emociono y porque uno remueve un montón de situaciones".
Cerrando ese capítulo de su vida, la modelo aclaró: "Mis papás estaban separados, pero vivíamos en la misma casa y el ambiente no era agradable. A nadie le gusta vivir en un ambiente que no es agradable. Ahí Paul (García Navarro), mi exmarido y mi gran compañero, me ayudó mucho. Estuve viviendo con mi mamá y con mi hermanito, bancando la casa".