Acostumbrado a los reflectores desde adolescente, hoy Peter Lanzani (25) brilla con una luz diferente. ¿El motivo? Se la jugó, apostó fuerte y no le temió al cambio. Todo lo contrario, parece disfrutar mucho la adrenalina que implicó “correrse de su eje”, un concepto que el actor remarcará a lo largo de la intensa charla que mantuvo con Ciudad.com.
Este año, Peter encontró la (¡difícil!) receta para combinar popularidad con prestigio, de la mano de dos papeles consagratorios: como Alejandro Puccio en la exitosa película El Clan, y en teatro al frente de Equus, obra en la que no sólo actúa sino que hace sus primeras armas como productor.
Del casting de Chiquititas a la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia (donde el filme de Pablo Trapero cosechó excelentes críticas), Lanzani ha recorrido un largo camino: “Hoy en día estoy en un buen momento profesional. Algunas cosas fueron generadas por mí, otras la peleé y a las demás llegué por lo que demostré con trabajos anteriores. Logré ponerme los desafíos, después hay que demostrar si estás a la altura de las circunstancias”.
-¿El éxito de El Clan superó tus expectativas?
-Mis expectativas ya las cumplí al hacer una película con Guillermo (Francella, en la piel de Arquímedes Puccio) y Pablo, dos personas que admiré siempre. El cine es algo que me apasiona y este es un debut soñado. Disfruté tanto hacer la película que sólo tengo palabras de cariño.
"Mi familia y mis amigos son mi cable a tierra. Son las personas que conocen al Peter de toda la vida, y que me dicen así desde que tengo uso de razón".
-¿Investigaste mucho esta historia, al estar basada en un caso real?
-Investigamos muchísimo. Por mi parte, averigüé, leí libros, me reuní con personas que los conocían, laburé con el guión para entender el personaje de raíz y a partir de ahí tomar decisiones. Fue muy interesante todo el proceso y la composición del personaje, además de los momentos del rodaje.
-¿Es cierto que tu papá conocía a Alejandro por el rugby?
-Sí, mi viejo jugaba en el Alumni y Alejandro en el CASI. No lo conocía como un amigo pero han jugado en contra y tenía una visión de él desde afuera. Hay muchísimas visiones para ver un caso o una personalidad: la de los amigos, la familia, los compañeros y mi papá tenía una de ellas. Su experiencia y todo lo que me contó me sirvió mucho para componer el personaje.
-También te pusiste al frente de Equus (jueves a domingos, en El Galpón de Guevara, Guevara 326), ¿qué te llamó la atención de la obra?
-Es una pieza súper interesante de hacer desde lo actoral hasta lo sentimental. Todo es un desafío porque interpreto a un joven fascinado, sexual y religiosamente, con los caballos. Lo de la producción me pareció un plus para apostar al proyecto. Estamos disfrutando mucho con todo el equipo y cada día probamos cosas nuevas. Es una obra y un personaje muy difícil.
-¿Qué es lo que más te cuesta?
-¡Todo! Lo difícil es todos los días tratar de llegar a las mismas sensaciones porque es un personaje súper exigente. Noche a noche es tratar de encontrarlo, conseguir los mismos matices para que la gente pueda entenderlo.
-¿Te sorprendió el revuelo que se armó por tu desnudo en escena? Lo mismo pasó cuando Daniel Radcliffe (protagonista de Harry Potter) lo interpretó en Londres…
-Y lo mismo pasó cuando lo hizo acá Miguel Ángel Solá en 1976, y lo mismo va a pasar cuando cualquiera se desnude porque van a tener ganas de hablar únicamente de eso. Pero el desnudo es algo más de la obra.
-¿Lo viviste naturalmente?
-No sé si naturalmente porque es algo que hay que laburar. No es fácil hacer un desnudo, pero es parte de la composición del personaje, que te va llevando a eso. Obviamente que es algo sumamente difícil pero era un desafío interesante. La escena no pasa por ahí y la obra tampoco, se habla de muchas otras cosas. El que tenga ganas de hablar del desnudo, lo hará pero la escena tiene otros matices y desafíos. Es una sorpresa lo que genera ese momento, provoca algo muy fuerte en el espectador y es el comentario de todos cuando salen del teatro.
-Tu carrera está tomando un nuevo rumbo, ¿fue una decisión consciente?
-Sí, hace dos años que estoy detrás de esta obra. Mucho tiene que ver con la edad, con las experiencias que fui teniendo y con la madurez dentro de la actuación. También con el oficio y el hacer constante. Me encuentro en un momento en el que tengo ganas de seguir probando y de salir de mi propio eje para seguir motivándome.
"Con Tini hacemos las mismas cosas que cualquier pareja, somos dos personas comunes y corrientes. Después, si los demás piensan que somos dos extraterrestres, ya nos excede".
-¿Sentías que te aburrías después de tantos años en la profesión?
-No sé si la palabra es aburrirse porque es un laburo sumamente divertido y es muy lindo jugar en la actuación. Pero sí me entusiasma probar cosas nuevas y buscar otros rumbos.
-¿Sufrís los prejuicios que hay con respecto a los actores que comenzaron de tan jóvenes?
-Ya trato de no prestarle atención. Cuando uno es chico, es más permeable a esas cuestiones. Pero hoy en día no me engancho con los prejuicios, cada uno pensará lo que tiene ganas de mí y de mis laburos. Mientras, voy a tratar de seguir buscando crecer. ¡No me engancho más! Ahora busco sorprenderme a mí mismo y ponerme desafíos, eso es lo más grande que me pueda pasar.
-¿Hay algo que te moleste del medio después de tantos años?
-Bueno sí, hay cosas que molestan. Quizás hay cuestiones que trato de guardármelas más para mí. Pero se trata de ir aprendiendo y viendo de qué manera lo vas haciendo. Igual, no me preocupo tanto por eso, trato de enfocarme en el laburo.
-Se te escucha humilde, ¿cuánto tiene que ver tu entorno en que seas así?
-¡En todo! Soy quien soy gracias a ellos. Mi familia y mis amigos son mi cable a tierra. Son las personas que conocen al Peter de toda la vida, y que me dicen así desde que tengo uso de razón. Eso es lo más lindo, seguir encontrándome con ellos: que te vengan a ver al teatro, después ir a tomar una cerveza, charlar un poco, alentar a mis amigos del club o ver tocar a mis compañeros de colegio con su banda. Esas son las cosas que te mantienen tal cual sos y en eje.
- ¿Alguna vez te dijeron que te estabas equivocando de camino o te notaron agrandado?
- No, gracias a Dios, nunca. Hay momento en que los ves más o menos pero por cuestiones de trabajo. Me acompañan muchísimo y sigo teniendo los mismos amigos de cuando tenía dos años. Eso habla mucho de quién es uno y de lo que te forma como persona. Tengo amigos en el ambiente también porque a lo largo de mi carrera me encontré con gente que me apoyó y enseñó muchísimo, algo que voy a agradecer de por vida.
-Fuera del trabajo, con una agenda tan apretada, ¿qué te gusta hacer?
-Voy a ver a mis amigos, salgo, hago ejercicios, me gusta mucho ver cine y he llegado a ver 13 películas en una semana en momentos de ocio (risas). Son cosas que he hecho toda mi vida, que me definen y que son las últimas que hay que perder.
-¿La fama no te afectó para poder hacer estas cosas?
-Trato de ir a todos los lugares como cualquier persona y no perder la cotidianeidad. Obviamente, hay momentos y momentos, porque hay días en los que no tenés ganas de salir y otros en los que vas y te sacás fotos sin problema, no pasa nada.
-¿Nunca te agarró fobia a la exposición?
-No, no me pasó a ese extremo por suerte.
-¿Con Tini Stoessel (su novia), que atraviesa un gran momento de popularidad, se complica salir?
-No, nosotros salimos, vamos a caminar, a comer…Hacemos las mismas cosas que cualquier pareja, somos dos personas comunes y corrientes. Después, si los demás piensan que somos dos extraterrestres, ya nos excede (risas). La verdad es que nos manejamos súper bien y tenemos una vida recontra normal. Tratamos de cuidarnos un poco, naturalmente.
-¿Son muy compañeros?
-Sí, claro, como cualquier pareja: hay que acompañarse, estar, respetarse, entregarse y nosotros somos muy compañeros.
-¿Ayuda dedicarse a lo mismo?
-Puede llegar a ayudar para comprender todo lo que implica la profesión, como también complica en un montón de otras cuestiones. Pero no pensamos tanto en eso o en si uno tiene un éxito enorme y el otro no. Somos más perfil bajo. Nos acompañamos y vamos a eventos juntos cuando tenemos que presentar algo o ella hace un show.
-¿Sos de aconsejarla habiendo atravesado todo ese boom de giras con Teen Angels?
-No sé si la palabra es aconsejar porque no estoy seguro de ser quien para hacerlo. Mi rol es de novio y, cuando puedo, la acompaño.
-¿Fue difícil atravesar el impasse que tuvieron a principios de año con la atención de la prensa sobre ustedes?
-No nos peleamos, sino que nos distanciamos. Y… no basta con distanciarse que después te ponen en la cara todo lo que te sucede. Si cada uno que está de novio, se separa y después sale en todos lados, le va a resultar fuerte. Pero lo importante es que estamos súper bien, felices.