Se tenían fe… ¡y fueron por todo! Luego de gastar la comida de 15 días en poco tiempo, los participantes de Gran Hermano 2016 tuvieron su primera prueba semanal, en la que apostaron el máximo permitido: el 90% del presupuesto total.
De esta manera, de los $8.960 que disponen los 16 jugadores para comer por 7 días, arriesgaron $8.064. El desafío ya era conocido para los seguidores del programa: los hermanitos debían turnarse en grupos de 2 personas y supervisar un reloj de arena de manera tal que siempre caiga de uno de los lados y no baje de la marca señalada.
Por otro lado, para los cambios de dupla, Gran Hermano les ponía una canción que marcaba el momento de suplantar al equipo anterior, para lo cual disponían de 40 segundos para el relevo.
Pero las cosas salieron mal. Cuando Macarena y Azul tomaron sus puestos, se adelantaron y dieron vuelta el reloj de arena antes de tiempo, por lo que la prueba se dio por perdida. Luego, varios de sus compañeros también cometieron errores, aunque la primera equivocación fue de las chicas.
Cuando Gran Hermano los puso en aviso, la reacción de todos los jóvenes fue la misma: una mezcla de enojo con incertidumbre por cómo se organizarán en los próximos días (¡tienen un presupuesto aproximado de $8 por persona por día para una semana!).
Ahora, la producción les proporcionará comida hasta el miércoles y a partir de esa fecha, deberán administrarse de la siguiente manera: el equipo ganador (se enfrentaron dos equipos liderados por Luifa y Dante, y ganó el del nudista) tendrá en su poder la llave de la heladera y con ello, el poder de administrar los alimentos para el resto de los participantes. ¡Agua y ajo!