Que alguien termine borracho después de una noche loca en un boliche no es noticia. Sí lo es si esa persona es una rubia despampanante que supo hacer sus primeras armas en Baywatch: la señorita (señora, ya) Pamela Anderson.
Resulta que Pam terminó su trabajo en lo que sería la versión estadounidense de "Bailando por un sueño" y arrancó para el bar Chateau Marmont. Picó un poquito y tomó algo más para luego terminar en el restorán Dominicks lugar en el que, finalmente terminó volcando. Literalmente.
Porque se la habría visto con su compañero de baile Damian Whitewood haciendo gala de approachs más que interesantes y con otros dos hombres más. Eso sí, Pam es una chica hecha y derecha, así que se bajó uno por uno. Nada de fiestitas públicas.
La madrugraba ya era una realidad cuando varios patovas tuvieron que llevarse a la pobre Pam hundida en su propio licor y haciendo un esfuerzo exuberante por mantenerse de pie. Comidilla de Paparazzi. Ni un poco. Te queremos Pam, ¿quién no quedó manija después de una noche loca?