Referente obligado del Bailando, hace tres años que Hugo Ávila se fue de ShowMatch, nunca más regresó y hasta se separó del bailarín Jorgito Moliniers. Instalado en Capilla del Monte, Córdoba, el exjefe de coaches del certamen de Marcelo Tinelli habló de su nueva vida.
"Hice un cambio de vida como de 180 grados. Hasta me dicen que hablo un poco más lento. Me llaman mis amigos de Buenos Aires y me dicen 'hablá un poco más rápido, que desesperás'", le contó Ávila a Fernanda Iglesias en su programa radial Esto no es Hollywood (lunes a viernes de 10 a 14 por Mucha Radio, FM 94.7).
Ahí, recordó su relación con Marcelo Tinelli: "Estuve 15 años con Tinelli, desde Videomatch yo estaba trabajando ahí, pero como no había ‘Bailando...’ nuestro laburo era interno, no se veía. Fueron años muy intensos y cuando apareció el Bailando... se tornaron más intensos todavía. Llegó un momento en el que en el programa me decían algunas cosas, había algunas peleas y me entraban todas las balas, no tenía anticuerpos. Entonces renuncié y volví a Córdoba, donde nací".
Por entonces enamorado de Jorgito, el simpático bailarín partenaire de Luciana Salazar, Hugo reflexionó sobre cuánto lo afectaba mezclar vida profesional con la personal: "Tenía que ver con eso, con que por ahí estar ahí con mi pareja, en el trabajo... Después estaba en mi casa y seguía trabajando, era como una cosa rara, esa cosa de no saber cuándo se termina el trabajo y cuándo empieza la vida. Y llegó un momento en que me estresé mucho".
"Físicamente me agarró una urticaria desde la frente hasta los pies, era una sola roncha, entonces dije: ‘apa, me pegó en la salud’. Fue una serie de cosas que hicieron que dejara esto y me viniera para acá", afirmó desde Capilla del Monte.
"Era como una cosa rara, esa cosa de no saber cuándo se termina el trabajo y cuándo empieza la vida".
Más tarde, Ávila describió su nueva vida: "Lo que estoy haciendo ahora es despertarme y tener el Uritorco en la cara, así empiezo mi día. Después estoy trabajando con una productora de acá, Camila Vaca, en certámenes de danza. Estamos recorriendo el país, conociendo gente, eligiendo, buscando nuevos talentos para hacer una final en el teatro Luxor de Carlos Paz. Y después, nada. Mi familia vive acá, entonces ahora agarro el fin de semana y me voy a comer con mi hermana, algo que no hacía hace 25 años".
"No veo ShowMatch, a veces engancho algo en YouTube, o en Instagram o Facebook, y veo un conflicto y me hace algo en la panza. Digo: ‘no tengo nada que ver y me siguen entrando las balas’. Yo siempre le decía a los chicos que no estaba hecho para estar frente a cámaras. Me da vergüenza, me pone incómodo. Desde la primera nota que me hicieron hasta la última, tenía la misma sensación, no estaba hecho para eso, menos para el conflicto, menos para ponerme a discutir".
Aunque lejos de tener rencor por su conflictiva salida del Bailando, Hugo Ávila admitió que sigue "cosechando cosas por haber estado ahí", concluyó: "Volví a mis orígenes, estoy juntándome con mis amigos del folclore, bailando… A Buenos Aires no vuelvo".