El sueño de Noelia Marzol (34) era formar una familia, y lo concretó de la mejor forma este año, primero a principios de febrero casándose con Ramiro Arias (28), luego a fines de mayo con el nacimiento de Donatello (4 meses) y este domingo lo festejará a pleno en su primer Día de la Madre.
"Estoy como en una nube, ni tomo conciencia de que es mi primer Día de la Madre. ¡Y pronto también viene mi cumpleaños! Estoy en un viaje hermoso. Tenía tantas ganas de ser madre, ¡y lo soy! Mi hijo es hermoso, bueno, compañero, tranquilo. Estoy chocha. Si no era con Rami de verdad hubiera tenido a mi hijo sola", cuenta la participante de La Academia en diálogo con Ciudad.
Irónica, Noelia se da tiempo también para bromear: "Es tremendo como me devalué en un año, me casé, tuve un hijo… Siempre hago chistes con eso con Rami, pero la realidad es que crecí, maduré, progresé. Estoy muy feliz con mi presente".
-¿Por qué volviste tan rápido al ruedo en vez de gozar de la licencia por maternidad? ¿Tenías miedo de que se olviden de vos en el medio? ¿Estabas presionada a mantener tus ingresos?
-Por plata no fue. Tiene que ver con que disfruto mucho trabajando y que siempre me planteé la maternidad desde el ángulo de no abandonar mi independencia ni dejar de trabajar. Sentía que cuanto más rápido mi hijo y yo nos acostumbremos al ritmo de vida normal, más fácil iba a ser. Cuando los chicos son más grandes, son mucho más conscientes de la falta de la mamá o el papá durante el día. Así que preferí acostumbrarlo a que venga al teatro, conozca el ambiente, que esté cómodo.
"Volví rápido al ruedo porque disfruto mucho trabajando y que siempre me planteé la maternidad desde el ángulo de no abandonar mi independencia ni dejar de trabajar".
-¿Pudiste lograr que Dona tenga espacios cómodos y seguros en tus ámbitos laborales?
-Soy una afortunada porque en todos mis trabajos, ya sea en el teatro o en ShowMatch, me dieron la posibilidad de tener un camarín adecuado a mi bebé, con cuna.
-¿Ramiro se ocupa?
-Tengo la suerte de que entrena a la mañana y durante el día está libre. Entonces, es súper compañero, me acompaña y estamos los tres juntos en todo. Es algo que disfruto de esa manera. El haber vuelto a trabajar tan pronto tiene que ver con todo esto.
-¿Cómo se reparten las tareas familiares?
-Es mitad y mitad. La crianza es al 50 por ciento. Rami tiene la suerte de trabajar pocas horas al día por ser futbolista, entonces está súper organizado. Cuando está él en casa hace todo lo que implica estar con un bebé, como darle de comer, cambiarlo, bañarlo. Tenemos pactados horarios para que se respete una rutina, pero hace las cosas el que está en el momento. A las 20, por ejemplo, lo baña el que está.
-¿Qué cosas de la maternidad fuiste descubriendo que imaginabas diferente?
-Me resuenan frases que me decían. Como "aprovechalo que crecen rápido". Y yo decía: "No puede ser que todo el mundo diga lo mismo". Y ahora veo que es totalmente real. Porque de un día a otro es increíble cómo aprenden a hacer cosas nuevas, quizás cosas sutiles que solo se dan cuenta los papás. Que de un día a otro pasen de querer manotear algo a agarrarlo. Eso es algo fugaz. ¡Crecen demasiado rápido!
"En vistas al verano tengo obligaciones que cumplir, pero esperemos que venga otro bebé cuanto antes. En lo inmediato".
-¿Tienen pensado volver a ser padres?
-Con Rami estamos muy entusiasmados con la idea de tener otro, pero desde el minuto cero que nació Dona. Todavía no estamos haciendo el intento real, la tarea como corresponde, porque es muy reciente, y en vistas al verano tengo obligaciones que cumplir, pero esperemos que sea cuanto antes. En lo inmediato. No queremos que pase mucho tiempo, siempre y cuando esté dentro de nuestras posibilidades y la naturaleza nos ayude.
-Se dice que lo ideal es que los hermanos se lleven menos de 3 años de diferencia para que puedan compartir cosas en común…
-¡Tal cual! Porque además después te acostumbrás a dormir, que es otra cosa que me dicen mucho, y después no querés saber más nada. No sé si queremos esperar este tiempo de los dos años, o hacerlo más rápido. Pero después hay una cuestión natural que no depende de nosotros, por más que uno tenga todo el esmero y trabaje en eso, el niño o niña que venga será cuando tenga que ser.
-¿Cómo sería la familia ideal para vos?
-Por el momento pensamos en uno más. Porque uno tiene una fantasía de lo que anhela para su vida y otra cosa es lo que acuerda con su pareja. Fantaseamos con tener tres hijos, pero pactado, charlado y lo que se concretaría por lo pronto es uno más. Después vemos cómo nos llevamos.
"Fantaseamos con tener tres hijos, pero pactado, charlado y lo que se concretaría por lo pronto es uno más. Después vemos cómo nos llevamos".
-Se te nota muy plena y feliz. ¿Ya lograste superar los malos momentos que atravesaste?
-Sí, los dejé atrás. Siempre me mostré como una madre feliz. En cuanto a los miedos, los sigo teniendo. Creo que no se pasan, a cualquier padre en algún punto le angustia el hecho de pensar que a su hijo le puede llegar a pasar algo. Desde el momento en que nacen una nunca más va a vivir tranquila porque va a estar pendiente de que sea feliz, que no le falte nada, que tenga salud. Eso lo sigo teniendo, pero no lo padezco tanto para no disfrutar la maternidad. Me pasa que a la noche me despierto y reviso si está respirando. Me pasan esas cosas.
-Temores que quedan después de haber pasado tres semanas en neonatología.
-Uno piensa que son personitas súper indefensas, pero en realidad los bebés se bancan de todo. Cuando estuve en Neo vi de todo a mí alrededor. Lo mismo pasé con Doni. Uno los ve frágiles, pero son un torbellino, están llenos de energía, con una vida por delante. Siento que se bancan un montón de cosas, y que uno tal vez los sobreprotege porque es el instinto, pero no es necesario.
-Si bien en un principio creías que Ramiro era demasiado chico para vos, es un gran esposo y mejor padre.
-Ja, ja. ¡La verdad que sí! Tuve tantas parejas que uno empieza a dudar. Porque además te van advirtiendo que cuando nace un chico empieza a haber roces de pareja. Hay muchos factores que influyen en un matrimonio cuando nace un bebé, como el cansancio, acordar un montón de cosas respecto a la crianza, tomar decisiones sobre una persona que depende de ambos y es normal que haya roces. Pero con Rami, por suerte hasta el momento no tuvimos conflictos. Sí discusiones como cualquier pareja para ponerse de acuerdo, pero nos llevamos muy bien.
"Cuando estuve en Neo vi de todo a mí alrededor. Lo mismo pasé con Doni. Uno los ve frágiles, pero son un torbellino, están llenos de energía, con una vida por delante. Siento que se bancan un montón de cosas, y que uno tal vez los sobreprotege porque es el instinto".
-Les da la seguridad y contención que Donatello y vos necesitan.
-Es un genio, me hace morir de risa. Lo veo a la distancia y pienso que es muy lindo cómo me acompañó todo este tiempo. Es un excelente compañero, hermoso. El hecho de que Rami haya resultado así pese a mis temores me ayudó a no idealizar las relaciones. Hay que conocer a las personas.
-¿Te cuesta pasar de la madre full time a desplegar todo tu erotismo en el teatro?
-El erotismo no es algo que ni siquiera pensamos, es algo muy natural de nuestro trabajo, pero no siento que esté muy alejado de la maternidad. En otro momento será otra cosa, es trabajo y el personaje en el que me tengo que meter. Lo erótico lo dejo de lado, es anecdótico.
"Rami es un genio, me hace morir de risa. Lo veo a la distancia y pienso que es muy lindo cómo me acompañó todo este tiempo. Es un excelente compañero, hermoso".
-¿Y te cuesta la exigencia física de La Academia?
-Es verdad, hoy estoy bailando ocho horas por día, que es un montón porque no descanso bien y es mucha exigencia física. Pero creo que lo tolero porque amo lo que hago, no lo tomo como un trabajo u obligación. Cuando trabajo lo disfruto y lo hago con placer. Creo que tiene que ver con eso.
-A tan poco de haber dado a luz, ¿cómo mantenés el cuerpo a la altura de las exigencias de ShowMatch y Sex?
-La realidad es que no me entreno porque de por sí mi actividad tiene que ver con el baile. Sí me cuidé durante el embarazo, pero nunca hice dieta para tener cierto peso. Trato de cuidarme porque al trabajar con mi cuerpo soy propensa a tener lesiones si no descanso bien. Trato de seguir un entrenamiento. Durante todo mi embarazo hice actividad física y me alimenté bien, que es consumir calorías, en la época en que Doni tomaba la teta era fundamental.
"Estoy bailando ocho horas por día, que es un montón porque no descanso bien y es mucha exigencia física. Pero creo que lo tolero porque amo lo que hago, no lo tomo como un trabajo u obligación".
-¿Qué cosas compartís con Donatello?
-¡De todo! El chabón a los tres meses empezó con clases de natación. Vamos juntos. Trato de motivarlo todo el tiempo. Ahora aprendió a agarrar cosas, entonces le pongo los juguetitos al frente. La semana pasada aprendió a rolar. Es un bebé que vive a mil por hora. Va y viene al teatro, va al canal. Trato de pasar el mayor tiempo posible con él en esta etapa fugaz, no quiero perderme nada.
-¿Qué les decís a las que te preguntan por tus secretos?
-Es algo muy personal. Tampoco es necesario que una vuelva rápidamente a verse como antes de embarazarse. Me pasó que entreno cuando trabajo y tiene que ver con eso. Pero si tuviera que ir a una oficina, entrenar, estar cansada por atender al bebé y todo, no entrenaría ni loca. Les digo que relajen, que disfruten del momento que todo vuelve en algún momento. Un mes más o menos da igual. Lo importante es estar bien. Hay que darle tiempo al cuerpo.
-¿Te gustás cuando te ves en el espejo?
-Me gusto cuando me veo ahora en el espejo, y me gustaba cuando tenía la panza, cuando retenía líquidos. Siempre disfruté de todos los momentos. También me ayudó mucho ramiro porque estaba todo el tiempo pendiente, halagándome, me abrazaba y besaba la pansa. Eso hizo que tenga una conexión hermosa con mis cambios físicos durante el embarazo.