En estos últimos meses de cuarentena, Nazarena Vélez se abrió como nunca a contar intimidades a través de su canal de YouTube. Por esa vía, la actriz reveló distintos episodios de su vida, como cuando descubrió que le eran infiel y que su pareja la grababa teniendo sexo, sin que ella supiera.
Y ahora, en su última aparición, luego de proponer hablar “más que de sexo, de atracción”, Naza contó dos experiencias íntimas que mantuvo con dos chicas que la hacen considerarse “bisexual”.
"Yo tuve dos experiencias con chicas. Yo me consideraría heterosexual para la sociedad, pero particularmente bisexual debido a esto. Igual, esos motes me caen como el ort... Yo soy yo. Después, lo que me guste en la cama estaría siendo un temita mío. Pero vamos a desmitificar esto", lanzó, a modo de intro.
"A mí las mujeres me encantan, me parecen hermosas. Y me pasa desde muy chiquita. Yo admiro mucho a la mujer", siguió. Y luego aclaró que también ama y le encantan a los hombres, que está enamorada “de un hombre hermoso” (su novio, Santiago Caamaño), y que no le han faltado “hombres hermosos” a su lado.
Nazarena se animó entonces a relatar sus historias amorosas con personas de su mismo sexo. "Un día conocí a una chica, una amiga, llamémosla Luz, no voy a decir su nombre. Divina, amorosa. Declarada gay, me lo dijo ni bien me conoció”, empezó, sobre lo que vivió hace 20 años, apenas separada de Alejandro Puchetta, el papá de Barbie.
"Yo me consideraría heterosexual para la sociedad, pero yo particularmente bisexual. Igual, esos motes me caen como el orto. Yo soy yo".
La actriz comentó que, en ese entonces, “el prejuicio era fuerte” y que la amistad pronto empezó a volcarse para otro lado. "Un día empecé a darme cuenta de que me interesaba estar todo el tiempo con ella. Y no me copaba que ella fuera a un boliche. Entonces me pregunté, ¿qué onda? Y después, sin que ella se enterara, empecé a mirarla distinto", avanzó.
"Un día empecé a darme cuenta de que me interesaba estar todo el tiempo con ella. Entonces me pregunté, ¿qué onda?".
Vélez reconoció que no supo manejar bien lo que pasó: "Me pasó de pensar que quizá yo estaba flasheando o quería vivir la experiencia, pero ella se podía terminar enamorando”. Y reconoció que no se animó a poner “las cartas sobre la mesa”.
"Me pareció súper sensual, me excitó, me gustó. Y después ella se quedó como con culpa y no pudimos tener nunca más la misma amistad”.
Pero la vida la sorprendería con otro romance fallido con una chica. "Diez años más tarde me hice amiga de quien era mi asistente en el teatro y también nos pasó algo así. Cuando estábamos para avanzar yo también di marcha atrás", admitió.
"Diez años más tarde me hice amiga de quien era mi asistente en el teatro y también nos pasó algo así. Cuando estábamos para avanzar, di marcha atrás".
"¿No tendrá que ver con eso? Que yo pensaba 'si no nos chupeteamos una a la otra, ¿qué onda?'. Es la inseguridad del torpe, porque de última hablás. ¿No será eso?", se preguntó, dejándola picando.