Son muchas las vidas que Nazarena Vélez (46) vivió a lo largo de su vida, y la mayor parte del tiempo lo pasó como una figura de primer nivel en los medios. Madre de Barbie Pucheta (27), Chino Agostini (20) y Thiago Rodríguez (10), sabe mejor que nadie lo que es sufrir y a la vez lo que es el júbilo del amor que hoy experimenta junto a Santiago Caamaño (39).
“Cuando ves la muerte tan de cerca querés pasarla bien, porque sino lo único que hacés es esperar la muerte, y de una manera muy triste. Yo no quiero eso para mi vida, siento que no me lo merezco”, afirmó Nazarena ante Ciudad al recordar el fallecimiento de su hermana Jazmín en un accidente de tránsito con apenas 21 años y una hija de un año y medio; y el suicidio de Fabián Rodríguez, padre de su hijo menor y también de Lucas (27), quien el 25 de septiembre se convertirá en el esposo de Barbie.
De ahí la alegría que le brotó de su voz cuando habló de la inminente boda de la mujer que tuvo a sus 19 años: “Barbie me consulta y me hace partícipe de todo. Estoy como una vieja boluda atrás de ella. No puedo creer que se me case la nena, mi única hija mujer. Crecimos juntas, no tienen idea las emociones que manejo. Yo estoy muy al costado de todo, como mamá, contesto lo que me pregunta y no me meto. Están organizando todo con Lucas, que son una pareja hermosa”.
"Cuando me llegó la propuesta de ShowMatch automáticamente dije que no. Después empecé a negociar y me di cuenta de que me servía económicamente porque necesito la guita. Lo que me queda es pensar “¿con qué necesidad, señora? ¡tiene 46 años! ¿Qué va a bailar? ¡Si baila como el or...! ¿Por qué lo hace?”.
Activa en su rol de productora teatral, Nazarena se entusiasmó al hablar de Trepadores: “Es una comedia con humor negro del uruguayo Gustavo Lista en la que están Están Rodrigo Noya, Bautista Lena, Federico Baron y Santiago Caamaño, con la dirección de Ariel Basaldúa. La obra la produzco yo y tiene entradas súper accesibles, desde 500 mangos. Creo que somos lo más económico en el mundo del teatro en este momento, porque siento que hay que incentivar a que la gente vaya al teatro de nuevo y no tiene un mango. Está los jueves a las 22 en el Picadilly”.
Y a poco de regresar a los primeros planos como incorporación estelar a La Academia, Nazarena blanqueó sus miedos: “Todavía no lo tengo cerrado y ni decidido. Diría que en un 99,9 por ciento ya lo tengo decidido que voy a participar, aunque todavía no firmé el contrato. Estoy dubitativa”.
-Ya te anunciaron con bombos y platillos… ¿Tu incertidumbre es parte de un tira y afloje por el contrato?
-No. La plata ya la negocié, esa etapa ya la superamos, sino estaríamos en un 5 por ciento de posibilidades, ja, ja. Eso ya se negoció y está todo bien.
-¿Qué te detiene o demora a estampar la firma?
-Inseguridades mías. Yo pensé que no iba a laburar nunca más así, casi que tenía decidido no ir nunca más a un reality. No por pruritos, sino porque me quiero dedicar por completo a la producción. Pasa que hace un año y medio que no laburamos, esta pandemia fue muy complicada. Lo único que pude hacer el año pasado fue Hermanes, que fue hermoso, pero un solo día vía streaming. Recién hoy, jueves, debuto como productora de Trepadores. Pero es lo primero que hago en el año. La verdad es que yo necesito laburar, lo necesito mucho.
-¿Cómo quedaste económicamente después de afrontar las deudas que te había dejado el socio de tu marido?
-Gracias a Dios pude pagar todo. Me pude comprar mi casa. Pero después vino la pandemia y me voy a tener que meter en mil moratorias porque se me sumaron deudas con la AFIP hasta lo que se imaginen, como le pasó a mucha otra gente. ¡Yo nací para laburar! Por suerte lo asumo y me río.
"Ya no tengo más ganas de contar mis dramas. Hoy veo las cosas de distinta manera, estoy plantada de otro lugar, que no es mejor ni peor. También estoy distinta con mi cuerpo y mi aceptación. Tengo ganas de pasarla bien siempre. Entendí, porque la vida me lo hizo entender, que la vida dura dos segundos y siempre la quiero pasar bien".
-¿Cuál fue tu reacción apenas convocaron a La Academia?
-Cuando me llegó la propuesta automáticamente dije que no. Después empecé a negociar y me di cuenta de que me servía económicamente porque necesito la guita. Lo que me queda es pensar “¿con qué necesidad, señora? ¡tiene 46 años! ¿Qué va a bailar? ¡Si baila como el orto! ¿Por qué lo hace?”. Capaz que a los 30 no me ponía a pensar eso, pero hoy a los 46 digo “¡qué necesidad, si además canto como el ojete!”. Son esas cosas las que medio que me desestabilizan.
-Si vamos al caso, Iliana Calabró ganó el Cantando 2006 y Fabio “La Mole” Moli se coronó en el Bailando 2010…
-Ja. Yo también estuve otras veces, soy otra ladri. Pero uno es consciente, no es la primera vez que voy. Ya estuve en el Cantando, Bailando, Comedia Musical. La última vez que estuve fue en el Bailando 2015. Por eso es que digo está, sé que no bailo bien y que voy a afanar. No me gusta, como laburadora, no me gusta sentir que voy a afanar. Obvio que voy a ensayar un montón y le voy a poner toda la onda, pero sé que entro afanando.
-Si te llaman es porque sos convocante, la gente quiere saber de vos y de todas cosas fuertes que ocurren en tu vida.
-Ese también es un problema. Ya no tengo más ganas de contar mis dramas. Hoy veo las cosas de distinta manera, estoy plantada de otro lugar, que no es mejor ni peor. También estoy distinta con mi cuerpo y mi aceptación. Tengo ganas de pasarla bien siempre. Entendí, porque la vida me lo hizo entender, que la vida dura dos segundos y siempre la quiero pasar bien. No voy a ir a la pista a contar mis dramas ni a sentirme mal. Seguro que si me ponen un video me voy a poner a llorar porque soy una sensible de mier…, pero hoy elijo otras cosas para mí.
"No siento que con Santi nos podamos hacer bien como pareja en La Academia, porque soy una rompecocos y él no es bailarín. Terminaríamos discutiendo. Yo soy muy exigente y no me gusta ir a robar a la pista, siento que si vamos seremos Mamarracho y Mamarrachín".
-¿Te gusta el programa?
-Me encanta, yo soy fanática de ShowMatch y todos los programas que le están dando de comer a tanta gente, en un momento en que los artistas la están pasando recontra mal. Pero tengo sensaciones distintas. Yo pensaba que ya me iba a dedicar de lleno a la producción.
-¿Te animarías a ir a La Academia en pareja con Santiago?
-Eso la producción no me lo propuso y tampoco me divierte la idea. No siento que nos podamos hacer bien como pareja, porque soy una rompecocos y él no es bailarín. Terminaríamos discutiendo. Yo soy muy exigente y no me gusta ir a robar a la pista, siento que si vamos con Santiago vamos a ser Mamarracho y Mamarrachín. Ya está, en todo caso que baile él por su parte, pero que no nos expongan a los dos. ¿Para qué romper nuestra pareja de una forma tan pelotuda?
-En cuanto a la aceptación de tu cuerpo, ¿cómo fue la mutación de ser una bomba que protagonizaba en teatros de revista a mostrar tu físico sin maquillaje, filtros ni poses que te realcen?
-Aclaro que ni me gusta ni me divierte mostrar mi cuerpo. Pero tiene que ver con lo que decía antes sobre cómo encarar un trabajo. Yo la quiero pasar bien porque tuve la muerte muy cerca durante mucho tiempo. La propia cuando me agarró un preinfarto por el consumo de anfetaminas y la de mis seres más amados. Vi sufrir mucho, más allá de llevar el cajón de mi hermana Jazmín de 21 años, que dejó a una nena de por entonces un año y medio sin mamá. Vi sufrir a mis viejos sin mi hermana. Lo que pasó con Fabián, lo que vi sufrir a mi hijo Thiago, y lo veo cuando vamos al cementerio. Cuando ves la muerte tan de cerca querés pasarla bien, porque sino lo único que hacés es esperar la muerte, y de una manera muy triste. Yo no quiero eso para mi vida, siento que no me lo merezco.
-¿Esas experiencias límite te abrieron la cabeza?
-Dentro de todo este replanteo estuvo el “¡Mamu, estuviste por morirte por tomar anfetaminas por querer tener la panza más chatita! Mirate en el espejo con compasión”. Tuve tres hijos, soy una mina que laburé toda la vida desde los 14 años, y siempre me maté a hambre porque quería pertenecer al medio. Porque cuanto más flaca estaba, más laburo tenía, y hoy quiero pasarla bien, no quiero morirme, ni tengo ganas de seguir sufriendo. Entonces, si tengo un rollo me saco una foto y digo “¡está todo bien!”. Y lo hago porque durante mucho tiempo mostré y vendí una imagen de mi cuerpo completamente falsa, porque no soy una mina fitness. En mi puta vida pisé un gimnasio, era todo producto de pastillas, anfetaminas y Photoshop. ¿Saben a la cantidad de nenas a las que lamentablemente les cagué la vida sin darme cuenta? Eso, más allá de que me arruinaba mi propia vida. Hay una gran cantidad de chicas que se ven un pozo de celulitis y se ponen mal.
"Si tengo un rollo me saco una foto y digo “¡está todo bien!”. Y lo hago porque durante mucho tiempo mostré y vendí una imagen de mi cuerpo completamente falsa, porque no soy una mina fitnes. En mi p... vida pisé un gimnasio, era todo producto de pastillas, anfetaminas y Photoshop. ¿Saben a la cantidad de nenas a las que lamentablemente les cagué la vida sin darme cuenta?".
-¿Notaste algún cambio después de tu sinceramiento?
-Sí, no saben cuántas nenas a partir de 13 años hasta los veintipico que me dijeron “me quise suicidar porque odio mi cuerpo”. Hoy, fundamentalmente, pienso como mamá, porque no quiero que ninguno de mis hijos sufra lo que sufrí, que casi muero por envenenarme con pastillas. Si sacándome una foto con rollos le puedo salvar la vida a una chica, estoy feliz.
-¿Cómo vivís este amor con Santiago Caamaño después de tanto dolor?
-Yo me enamoré varias veces en la vida. Muchas en las redes me dicen que se separaron y que seguro no se van a poder enamorar. Pero yo les digo que una se puede enamorar las veces que quiera, si además una se cruza con personas que le hagan bien. Santiago llegó en un momento en que estaba empezando a sanar, porque después de que falleció Fabián para mí fue muy difícil, me ahogaba la viudez, el dolor, de la forma en que él se fue, tener un hijo de tres años y medio llorando todas las noches con ataques de llanto, sin entender por qué el papá no estaba. Yo le decía que había muerto pero era muy chiquito para comprenderlo. Al principio había dado muchos manotazos de ahogado y lastimé a muchas personas. Y lo que me pasó es que me di cuenta de que podía estar sola, que me bancaba el dolor de estar sola, ponerme en la posición de la todo poderosa de la casa. Y yo tengo tres hijos que dependen de mí y mis actitudes. Y cuando entendí que podía manejar ese dolor me relajé y apareció Santiago.
-Se nota que Santiago se lleva bien con tus hijos…
-Sin dudas es muy importante para Thiago y mis hijos, de otra manera no podría estar en mi vida. No podría estar con un hombre que no ame a mis hijos. Porque los tiene que amar, no aceptar. Él realmente siente un gran amor y respeto por mis hijos, es mutuo y es hermoso. Más allá de que es un hombre increíble, un bombonazo, un gran actor, compañero, es maravilloso con mis hijos y me lo merezco. Por suerte apareció.
"Sin dudas Santiago es muy importante para Thiago y mis hijos, de otra manera no podría estar en mi vida. No podría estar con un hombre que no ame a mis hijos. Porque los tiene que amar, no aceptar. Él realmente siente un gran amor y respeto por mis hijos, es mutuo y es hermoso".
-El hecho de que Santiago sea más joven, no tenga hijos y pudiera desear ser padre, ¿fue un obstáculo en la pareja?
-No fue un obstáculo porque cuando lo conocí le dije que nunca más tendría hijos. De hecho, no apostaba a la relación, pensé que sería una relación basada en unos encuentros sexuales buena onda y listo. Si hasta le decía que no se me enamore porque no me interesaba. Después era yo la que a los dos meses le decía “te amo”. Pero de movida le dije que ya tenía los tres hijos que quería tener. Porque me queda mucho tiempo de crianza con Titi, y no tengo más ganas de ser madre. Él lo entendió con mucho respeto y amor, y si mañana quiere tener un hijo y decide terminar la relación, bienvenido sea, le abro las puertas. Es su vida y le deseo lo mejor del mundo, eso también es válido.
-¡Y sobrevivieron a la convivencia en cuarentena sin pasar ninguna crisis! ¿Pensaron en casarse?
-Yo no soy una negada al matrimonio, de hecho, me casé tres veces. Pero hoy digo que no, porque es el año del casamiento de mi hija. Más adelante tampoco, no tocaría nada porque está todo bien, pero como soy tajante con la maternidad, eso sí que no me molestaría. Porque el Bocha es todo lo que está bien, es soñado, es súper respetuoso. No escucharon sobre crisis porque no hubo. Hace dos años y medio que estoy con un tipo que no me trae un solo dolor de cabeza. Porque además no necesito estar en pareja, puedo estar muy bien sola. Me siento muy bien plantada, no necesito un tipo al lado para sentirme bien. Si estoy con él es porque lo amo, me hace sentir bien, y porque de verdad me trae todas sonrisas y alegrías. Siento que a él le pasa lo mismo, y si a él le hace feliz casarnos, nos casaremos, por supuesto.
-¿Pensás en volver a los escenarios, más allá de ShowMatch?
-Si es por elección, prefiero seguir produciendo. Pero yo soy más vendida que la mierda, si es por una moneda me van a ver ahí. Ja, ja. Aunque si es por necesidad, me verán muchas veces más sobre el escenario.