Cinco y media de la tarde. El cielo se cubre de nubes y enciende las alarmas: se viene la lluvia. Sin embargo, el (buen) clima todavía nos dará las horas justas para charlar con Natalie Pérez (31) en un coqueto bar de Palermo, al aire libre, sin preocuparnos por el tiempo.
Atenta a los detalles, la actriz y cantante recorre el lugar con una mirada en 360° y posa sus ojos en las plantas que decoran el patio interno del lugar: "¡Qué linda esta hoja! Parece pintada a mano", dice, dejando asomar su amor por la naturaleza. Antes de que se encienda el rec para dar inicio a la nota de tapa de Ciudad Magazine, Natalie propone tácitamente un cambio de roles. Con ese breve y pícaro juego, marca desde el minuto uno hasta dónde abrirá las puertas de su intimidad: con ciertos resguardos, mucha autenticidad y absoluta sensibilidad.
¿La excusa para la charla? Luego de un 2017 tan intenso como exitoso al frente de Las Estrellas, Natalie decidió lanzarse como cantante solista con el single Algo tiene. Y sin dudas, el título parafrasea un dicho que es común denominador al ver a esta talentosa artista de Villa Urquiza: porque Natalie "algo tiene", definitivamente. Y su desembarco en el canto no puede ser más que bienaventurado. "Siento que la música me buscó a mí. Yo la quería alejar y ella siempre me buscaba. En todos lados siempre me hicieron cantar: cuando era chiquita, en las novelas, en el teatro y en las notas. La música siempre me buscó, ¡y me encontró! Entonces le di una posibilidad. Obviamente, mi romance con la música recién arranca, pero mi idea es hacer una carrera a largo plazo", adelanta la actriz, dando paso al diálogo...
-Después de un año de mucho trabajo en Las Estrellas, te enfocaste en tu carrera como cantante solista. ¿Cómo transitás este nuevo desafío?
-¡Es todo un desafío! Igual no está el foco solo puesto ahí porque en julio comienzo a grabar un unitario para FOX y tengo tres películas para este año. Pero la idea es empezar a poner el foco en ese lugar y grabar el disco: ya tengo un montón de canciones, pero está bueno tener más para hacer la selección.
"Para mí, la música significa libertad. Me encanta estar arriba del escenario. Siento que cuando estoy cantando o actuando se me manifiesta el famoso 'aquí y ahora'. No puedo pensar en otra cosa, es el momento más real".
-¿Qué te inspira? ¿Las canciones son autorreferenciales?
-Me inspira el deseo de expresar lo que me sucede o poder contar una historia que alguien se pueda sentir identificado. Me inspira la libertad que tengo para trabajar, porque este es un proyecto mío y puedo volar por donde quiera. Y me inspira el desafío de arriesgarme a jugar con la música, porque por ahora es muy profesional... pero es un juego.
-En la canción Algo tiene hay una frase muy linda, que dice: 'Tuviste la triste fortuna de haber cometido un acto de amor'. ¿Me contás algún acto de amor tuyo?
-¡Yo hice miles! Tengo muchas historias de haber ido a buscar a chicos que me gustaban a otras provincias, tomarme aviones y micros. Yo llegaba y los pibes no sabían qué hacer porque yo era ‘la chica de la tele’. He recorrido varias provincias buscando a mis amores. Una vez busqué a un chico durante tres años hasta que lo encontré. Me encargué de buscarlo por las redes sociales, pero él no tenía, así que hice toda una investigación hasta que lo ubiqué. Estuvo todo bien, pero vivíamos lejos y cada uno tenía su vida, sus historias. Recuerdo esa anécdota como algo divertido.
-¿Para vos qué significa la música?
-Significa la libertad. A mí me encanta estar arriba del escenario, lo disfruto muchísimo. Y siento que cuando estoy cantando o actuando, no puedo pensar en nada más que en lo que está sucediendo. Es el momento más real, en el que siento que se me manifiesta el famoso 'aquí y ahora'.
-¿En la vida diaria te cuesta más conectarte con el 'aquí y ahora'?
-En la vorágine en la que vivimos en la ciudad es difícil estar presente en cada momento. Por lo general, estamos pensando en mil cosas. Entonces, siento que cuando actúo o cuando canto se apaga el mundo. No existe nada más que eso, en ese momento. No puedo estar pensando en si tengo fiebre o si le di de comer a mi perro. Es un momento único y hay un montón de gente viendo cómo expresás tu arte. Para mí es el momento más real del día.
"¿Un acto de amor que haya hecho? ¡Hice miles! Tengo muchas historias de haber ido a buscar a chicos que me gustaban a otras provincias, tomarme aviones y micros. Llegaba y los pibes no sabían qué hacer porque yo era 'la chica de la tele'".
-En esa vorágine de la que me hablás, ¿cuál es tu cable a tierra?
-Mi cable a tierra es mi casa, mi familia, mi novio, mi perro, mis plantas, cocinar ¡y hacer las compras! Es equiparar toda esa vida de tacos, maquillaje y producción, con la mujer que soy cuando llego a casa, que es en donde se termina todo eso. Ahí estoy con un pantalón ancho, descalza y con un rodete, cómoda al cien por ciento. Mi cable a tierra es mi casa.
-Una vez dijiste que la fama te incomoda y te da miedo..
-Es que no es fácil ser famoso. La fama es una herramienta que hay que utilizarla bien, por ejemplo, para comunicar. Yo a veces no tomo dimensión del alcance que tiene mi palabra y muchas veces cualquier cosa que uno dice puede ser utilizado en su contra. Hace poco publiqué en Instagram que me junté con algunas actrices para debatir sobre el aborto y me dijeron cosas horribles. Está todo muy sensible y hay cosas que me dan miedo, porque son de una gran responsabilidad. Yo hace 20 años que trabajo en el medio, pero nunca tuve este alcance a la gente. Entonces, la fama me da miedo un poco por eso. Y también me incomoda porque no me gustaría condenar a los que están al lado mío a la exposición. No me gusta que se metan en la vida de mi pareja o de mi familia. No me pasó mucho, pero...
-El año pasado te vincularon con Esteban Lamothe. ¿Cómo tomaste ese rumor y cómo lo vivió tu novio?
-Esa noche me fui a dormir con él y nos reímos de la situación. Yo salí del trabajo y me fui a mi casa. Pero dije '¡qué feo que digan eso!'. Creo que todos los artistas reniegan un poco de la fama. Pero uno aprende a convivir, y yo aprendí. Me encanta que la gente se acerque, que sepa lo que hago y les guste mi trabajo.
-¿El ego es un fantasma que está controlado?
-Tengo el ego aplastado, pisoteado. Soy un poco insegura. Pero, aunque esté controlado, a veces se escapa. Soy escorpiana, pasional; soy de pensar '¡todo es mucho!'. Pero lo tengo controlado.
-En el trabajo vas para adelante, ¿en la vida cómo sos? ¿Sos de meditar las cosas o te mandás?
-Soy impulsiva, lamentablemente. Primero hago y después pienso. Pero me sale así… En la vida, la gente me parece poco original, todos van detrás de lo mismo y nadie se la juega por algo distinto. Y yo siento que sí. Por lo general, no estoy muy a la moda ni soy la chica cool, pero hago lo que siento.
"Soy impulsiva. Primero hago y después pienso… En la vida, mucha gente va detrás de lo mismo, nadie se la juega por algo distinto. Y yo siento que sí. Por lo general, no estoy muy a la moda, ni soy la chica cool, pero hago lo que siento".
-En las redes sociales dejás asomar un poquito de tu vida privada, ¿cuál es tu límite?
-No muestro tanto. Muestro a mi perro o algunas cosas de mi día a día. No soy de estar con el celular mostrando el minuto a minuto.
-Hablando de límites, ¿por qué antes de aceptar un trabajo ponés como condición no hacer escenas de sexo?
-Porque no me parece necesario. Me lo han ofrecido y decidí no hacerlo. Me parece algo tan lindo para que quede en mi casa... Hay mil formas de contar que hay calentura entre dos personas o que esas dos personas van a hacer el amor. Y no es una cuestión de pudor, pero a mí me incomoda. También he perdido trabajos interesantes porque tenían estas escenas. Y no me refiero a un desnudo, me refiero a las escenas de sexo. Igual, hay que ver qué escena de sexo...
-Entrando en el plano amoroso, ¿qué te enamora de un hombre?
-Que sea respetuoso, que me cuide, que tengamos proyectos en común y que él tenga sus propios proyectos. Me gusta admirar a la persona que tengo al lado.
-¿Cómo es la convivencia con tu pareja, Ramiro? ¿En qué cosas te reconocés obsesiva o relajada?
-Hace cinco años que convivimos y los dos primeros años estaba obsesionada con algo puntual. Porque él tiene un problema, come acá (señala la mesa), pero ensucia allá (un metro más atrás). Entonces yo decía, ¡no entiendo esta situación! Hoy ya no me importa nada.
-¿Porque lo dejó de hacer o te adaptaste?
-Porque entiendo que uno, cuando convive, se tiene que adaptar al otro y si a mí me molesta la miga que cayó, la voy a juntar porque a él eso no le molesta. Pero después somos más bien relajados: cocinamos los dos, limpiamos los dos y ordenamos los dos. Nos gusta ocuparnos de la casa. Además, yo trabajo muchas horas y él lo entiende. Ramiro es cero machista; entonces, re colabora. No tiene problemas en hacer las compras o lavar los platos. Es más, me dice 'ay, te hiciste las manos, lavo yo'. Es un amor.
"Con Ramiro tenemos un proyecto familiar. No pensamos en casarnos, pero sí en tener hijos. Igual, hoy no lo sentimos. Él está en pleno crecimiento laboral y yo estoy empezando con la música. Así que esperaría un ratito más para poder dedicarle tiempo".
-¿Y cómo sos cuando algo te enoja? Cuando discuten por algo, ¿se van a dormir peleados?
-No te conviene verme enojada... No tengo fin, ¡yo maquino, maquino, maquino! Igual, estoy en un momento de mi vida en el que recapacito las cosas y si digo algo fuera de lugar, pido perdón. Rami es más de dar el brazo a torcer, dice 'no nos peleemos'. Yo puedo estar dos o tres días enojada, haciéndome la dura y por dentro muriéndome de ganas de abrazarlo... A mí me encanta discutir, discutir en el buen sentido de la palabra. Me gusta debatir y todo lo voy a hacer con mucha pasión. Mi novio me dice que soy muy tana.
-El año pasado se mudaron. ¿Eso tuvo que ver con la necesidad de buscar un espacio más amplio o con la idea de formar una familia?
-Él se sentía un poco encerrado. Yo el año pasado sólo iba a dormir. Pero el proyecto familiar re está.
-¿Con casamiento incluido?
-No, casamiento no. Hijos sí. Pero ahora no lo sentimos. Obvio que si llega, llega. No me voy a hacer la sorprendida. Pero Rami tiene su trabajo, está en pleno crecimiento y le gustaría estar más asentado en lo que hace. Y yo estoy empezando con la música, así que esperaría un ratito más para poder dedicarle tiempo. Un hijo implica mucha responsabilidad. Pero si llega, estaremos felices.
-Si llega un hijo, ¿pondrías en pausa la carrera o harías como Celeste Cid y Marcela Kloosterboer que llevaban a sus bebés a las grabaciones?
-Se pueden combinar las dos cosas. No me gusta cuando dice 'no tenés hijos por tu carrera'. No tengo hijos porque no tendré la madurez necesaria o porque no llegó. No es que digo que no voy a tener hijos porque priorizo el trabajo. Mi mamá me dio su ejemplo. Ella tenía tres hijos, trabajaba, se ocupaba de la casa, de su marido ¡y pudo sobrevivir! ¡Y estaba siempre impecable! Hoy casi todas las mujeres que tienen hijos salen a trabajar. No siento que un hijo me trabe, al contrario.
-En este momento de empoderamiento de la mujer, si te pido que te definas, ¿qué tipo de mujer sos?
-Es difícil definirse, pero soy una mujer súper sencilla, emprendedora, fuerte, sensible, impulsiva y pasional. Soy una mujer trabajadora, ¡y me encanta lo que hago! Soy artista.
Fotos: Juan Yarcho.
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff.
Video y edición: Leandro Bevilacqua.
Locación: Restaurante Tipo Siete.
Agradecimientos: Prensa Morena López Blanco / Cid Kohan / / Reebok.