A lo largo de sus 23 años de carrera, Natalie Pérez ha alcanzado un nivel de madurez tal en su profesión que el año pasado le llegó una merecida recompensa: fue convocada para coprotagonizar junto a Sebastián Wainraich Casi Feliz una serie de 10 episodios de media hora de duración que se estrena mundialmente hoy en Netflix.
En la ficción, Pérez encarna a Pilar, la exesposa de Sebastián, y madre de sus dos hijos. Ella se transforma en el objeto de deseo de su exmarido, un conocido conductor radial que no puede superar la separación. En este punto, Pilar es también en un faro emocional para él, que navega en un mar de inseguridades y traumas que regresan uno a uno para acecharlo en su adultez.
-¿Cómo te llegó la oportunidad de participar de este proyecto?
-Me convocaron a una reunión con los directivos de Netflix, con el director Hernán Guerschuny y con Sebastián Wainraich, que además es el guionista. Nos juntamos a comer y entonces me hicieron la propuesta, y me enviaron los guiones. Yo por ese momento tenía pautada la grabación de Pequeña Victoria que se superponía un poco con este proyecto, pero al final pudimos hacer ambas cosas al mismo tiempo. Ellos ya habían pensado en mí para el personaje.
"Para mí, es mejor subir diez escalones paso a paso que en uno solo porque ahí te lastimás. (...) Tiene mucho más gusto cuando vas logrando las cosas de a poco porque cuando llega el éxito te da mucha satisfacción ver que hiciste las cosas bien".
-¿Qué sentiste con que te convocaran para coprotagonizar un producto que se va a ver en todo el mundo sin hacer casting?
-¡A mí me encanta hacer castings y los sigo haciendo! Mi objetivo siempre se va corriendo porque si no me aburriría y me estancaría. Me divierte hacer castings porque me gusta probarme, pero también me gustó que me hayan convocado directamente porque es un reconocimiento por algo que ya hice bien en estos 23 años de carrera. Me siento cien por ciento orgullosa de mi perseverancia, de mi disciplina y de mi entrega a esta pasión, que casualmente es mi trabajo. Y me siento orgullosa porque hice las cosas bien: le dediqué mi amor, mi tiempo y nunca quise hacer algo que estuviera fuera de mi alcance. Para mí, es mejor subir diez escalones paso a paso que en uno solo porque ahí te lastimás. Con la carrera de cantante me pasa lo mismo: con la exposición que tengo podría tener otras posibilidades, pero tiene mucho más gusto cuando vas logrando las cosas de a poco porque cuando llega el éxito te da mucha satisfacción ver que hiciste las cosas bien.
-La química con Wainraich es muy buena y pareciera que realmente estuviste en pareja con él una década. ¿Cómo lograron tan buena conexión?
-Todo eso es mérito del director, pero creo que la química no tiene una ecuación. No es que Seba o yo hayamos hecho algo para tener química. Me ha pasado muchas veces que me preguntan cómo hago para tenerla con actores muy diferentes a mí. Seba me simpatiza y me cae bien, lo escucho en la radio y lo he ido a ver en el teatro, me parece un tipo súper interesante y ambos teníamos en claro que teníamos que ser una pareja de diez años con hijos en el medio. A mí él me cayó bien desde el primer momento y creo que a él le pasó lo mismo. A mí no me gusta trabajar con gente con la que no me llevo bien, eso sí.
-En muy poco tiempo fuiste mamá de un bebé, en Pequeña Victoria, y ahora,una madre de mellizos de 10 años.
-Justo hice un recuento y resulta que en las novelas me casé como 15 veces, siete veces quedé embarazada, tuve hijos en todas las historias… ¿será que estoy siendo muy madre en la ficción y con eso compenso la realidad? Jajaja. Yo creo que nosotros los artistas vamos observando a distintas personas porque es parte de nuestro trabajo, como nos enseñaron en la escuela de teatro. Todo el tiempo estoy viendo cómo interactúa la gente con sus hijos. Tengo una amiga, puntualmente, que tiene mi edad y dos nenes de 11 y 8 años, y me enseñó a ser paciente con los hijos. Pilar no es amiga de sus hijos, pero va todo el tiempo para delante, encara, es resolutiva, siempre sorprende, le pone onda… Con Sebastián se enamoraron, tuvieron hijos y sus vidas cambiaron muchísimo porque encima tuvieron mellizos. Esas son cosas que pasan en la vida: hay gente tiene hijos a los 30, a los 25 y a los 17 años, y hay que avanzar. Yo tengo muy buena química con los animales y con los niños, entonces con los nenes pegamos re buena onda y nos divertíamos y jugábamos. Y yo siempre trataba de jugar desde un lugar de madre para generar ese vínculo que con los más chicos siempre es difícil. Yo cuando tenía diez años me tomaba re en serio la actuación y me iba a trabajar, no a divertirme.
"Algo que me está pasando con esta pandemia es que se materializó lo que vengo pensando hace años: mi casa es mi lugar, no necesito mucho más, no soy una persona muy consumista, y vivo con lo poco que tengo".
-¿Tantos papeles de madre te despiertan las ganas de tener tus propios hijos?
-Estoy en esta carrera desde los diez años, pero eso no implica que sea un impedimento para tener hijos. Ocurre que después de siete años de estar en pareja, me separé. Tengo planes para ser mamá, pero por el momento no lo voy a hacer. Está buenísimo que cada uno tenga sus tiempos porque así debe ser, pero realmente no fue una decisión sino que fue dándose así. Yo creía que a los 21 iba a tener muchos hijos como mi mamá, que a los 25 ya los tenía a los tres. Creía hasta hace un tiempo que yo también iba a ser madre joven, pero nadie te dice cómo tiene que ser exactamente.
-¿Dónde te encontró la cuarentena?
-Por suerte, me encontró recién mudada a una casa nueva, así que estoy disfrutándola muchísimo con mi perro y dos gatos que adopté. Lamento todo lo que está ocurriendo en el mundo y la cuarentena que tenemos que atravesar, pero yo la estoy pasando muy bien. Me gusta que los que somos de esta era nos pensábamos que nada nos iba a pasar a nosotros y ahora nos damos cuenta de que nos pueden pasar muchas cosas, que no somos inmortales. También me encanta que empecemos a tomar conciencia de los cuidados que debemos tomar: por ejemplo me parece lo más lógico del mundo limpiar las cosas antes de meterlas en la heladera, algo que antes de todo esto no hacíamos. Algo que me está pasando con esta pandemia es que se materializó lo que vengo pensando hace muchos años: mi casa es mi lugar, no necesito mucho más, no soy una persona muy consumista, y vivo con lo poco que tengo.
-¿Te acompaña alguien en estos momentos?
-Mi familia vive muy cerca de mi casa así que a veces voy a buscar tuppers de comida y les llevo cosas. Pero por otro lado, me mantengo muy ocupada. Me la paso trabajando, hago videollamadas, genero contenido para mis redes, pienso en futuros shows, compongo música, tomo clases virtuales de piano. Me parece que es un lindo instrumento para acompañar mis canciones.
"La primera semana de cuarentena estaban todos haciendo 'vivos' de Instagram pero a esta altura me parece que la gente se agotó. Yo no tolero el teléfono, lo estoy odiando estos días".
-¿Cómo mantenés el interés de tus más de dos millones de seguidores de Instagram?
-Estoy generando contenidos, voy a subir videos… Ahora estoy un poco cansada de los “vivos” en Instagram. La primera semana de cuarentena estaban todos haciéndolos, pero a esta altura me parece que la gente se agotó. Yo no tolero el teléfono, lo estoy odiando estos días.
-¿Qué planeás para el futuro de tu carrera?
-Deseo seguir creciendo, poder regalarle otros personajes a la gente y que se encariñen con ellos tanto como yo; y también quiero llevar alegría a las casas. Tengo muchos sueños para mi música: quiero recorrer muchos escenarios, y deseo que haga que la gente pueda tener una perspectiva distinta de la vida. Desde el arte tenemos la posibilidad de llevarle a la gente un cuento, una historia, una canción, un ratito de alegría, de emociones, de sensaciones. Quiero seguir en contacto con la gente que me acompaña hace tantos años y conquistar a otros públicos también.
-¿Tenés alguna deuda actoral? ¿Algún personaje que quieras interpretar y todavía no hayas podido hacerlo?
-Soy tan cambiante que me gustaría estar haciendo en simultáneo el musical de La Sirenita y Cabaret. La capacidad de los actores es ilimitada, pero lo que importa es la posibilidad de convencer a la gente de que eso que están viendo es real por un rato. Todos los personajes que lleguen a mí y que yo los sienta en mi corazón, los voy a hacer míos.