Con el paso del tiempo son cada vez más los testimonios que cuentan la intimidad de los últimos días de Diego Maradona, quien falleció a los 60 años en una casa que le alquilaron especialmente para su internación domiciliaria tras operarse de un hematoma subdural en su cabeza. Firme junto al Diez permaneció Romina Milagros Rodríguez, la cocinera que el propio Diego había apodado Monona de forma cariñosa.
A dos meses del fallecimiento de Maradona, la empleada de confianza del astro del fútbol explicó por qué Maradona estaba incómodo dentro de la residencia del barrio San Andrés de Tigre, donde se suponía que hacer un estricto post operatorio. “Miles de veces me decía que eche a todos, pero le decía que yo no iba a echar a nadie. Entonces, él mismo se levantaba y gritaba ‘¡quiero que se vayan todos!’. Porque él a veces quería estar solo en la casa, y lo entiendo”, contó Monona en El Show de los Escandalones (domingos a las 20 por América).
“A veces se levantaba quería estar cómodo, pero tenía la obligación de estar con gente y atendiéndola todo el tiempo. Él quería estar sentado en el sillón mirando tele y capaz no podía… Después de las 7 de la tarde (que se iban todos) decía ‘ya está somos nosotros, los de siempre’, y respiraba tranquilo”, justificó.
“Salía a caminar todos los días, pero después cuando los vecinos del country empezaban a pedirle fotos, no quería salir más… Pasa que le dolían las piernas y hacía cinta o se iba a caminar. Pero no podía salir de la casa porque enseguida le sacaban fotos o lo paraban para hablar y no podía caminar. Por eso no quería salir más, se ponía mal”, concluyó Monona sobre cuánto sufrió Diego Maradona la convivencia en sus días finales.