A un año de casarse con Leandro Herrera, Mónica Farro asumió que está en crisis con su pareja: el malestar se vio potenciado por la cuarentena y por su operación de juanetes, que le impide realizar tareas hogareñas y moverse con independencia por el hogar.
Según reconoció la vedette en Intrusos, el reposo obligatorio llevó a que Leandro haga más tareas domésticas y eso lo fastidia. "Todavía está en casa, todavía no se fue, pero él estaría feliz haciendo la valija. Él no tolera nada, está aburrido y está cansado. (En su vida) él no hizo más que lo suyo y yo siempre hice el resto, y ahora tiene que ocuparse de todo y de mí. Tiene que ocuparse de la casa, de la comida, de las cuentas y de limpiar", comenzó diciendo Farro, asumiendo los problemas conyugales, pero apostando al amor.
"Los hombres son cómodos. De repente, hay un corpiño mío tirado en el piso, lo pasa diez veces por arriba y no lo levanta".
En un punto de su descargo, Mónica dio un ejemplo cotidiano para ilustrar la situación actual con su esposo: "Los hombres son cómodos. De repente, hay un corpiño mío tirado en el piso, lo pasa diez veces por arriba y no lo levanta. Entonces decís, no. Son cosas que quizás yo las veo porque estoy sentada todo el día".
Producto de su operación de juanetes, Mónica Farro agregó: "Yo por un tema de dolor, de que estoy con los pies privados de muchas cosas, tampoco tengo el mejor humor y él pretende que le hable bien. Pero te casaste con alguien para estar en las buenas y en las malas".