Uno de los rubros que más sufren las consecuencias económicas del parate que trajo la pandemia es el de los artistas. Mirta Wons, en diálogo con Nicolás Peralta para la revista Pronto, habló de este momento tan difícil que atraviesa, mientras su cara volvió a la pantalla diaria gracias a la exitosa vuelta de Floricienta a las tardes de Telefe, a 16 años de su estreno.
Si bien la actriz dijo que intenta mantenerse positiva, aseguró que la preocupa y angustia ver parada la industria del espectáculo.
“Al principio, como a todos, nos arrasó. Te preguntás hasta dónde me pasa a mí y hasta dónde le pasa al otro. O hasta dónde me pasa porque soy actriz y no tengo trabajo”, contó. Y agregó que le "revienta” la palabra “reinventate”. “Me revienta porque te podés reinventar hasta un cierto punto. Cuesta mucho. Tenemos la necesidad de actuar, no es que me gusta la camarita. Necesito actuar, ¡es sangre en las venas!”, aclaró.
"Tenemos necesidad de actuar, no es que me gusta la camarita. Necesito actuar, ¡es sangre en las venas!”.
A la hora de expresar sus sentimientos, Wons aseguró que, más en estos tiempos de cuarentena, es “el monumento al llanto”. “Vivo sola y de veras respeté y respeto la cuarentena. No me junté y me está sonando muy raro esto de no juntarme. Veo a mis amigos por videollamadas. Tratar de hacer proyectos es muy raro”.
¿Y hacer proyectos vía streaming? “Aunque veo cosas, me cuesta hacer espectáculos por ahí. Hice un par de vivos pero está difícil de proyectos”, dijo. Y comentó que tiene un emprendimiento de decoración con una amiga, que la tiene entusiasmada.
“Aunque veo cosas por streaming, me cuesta hacer espectáculos por ahí. Hice un par de vivos pero está difícil".
En este sentido, habló de una fantasía que se tiene acerca de los actores: que trabajan y ahorran "para un año". “¡No, no! Nuestro laburo es muy discontinuo y los actores que están en la TV son dos. El resto estamos en la lona. Es un trabajo muy discontinuo, entonces cuando pegás un laburo estás pagando deudas o te quedaste atrasado”, indicó, desmitificando lo que se piensa.
“No tengo ahorros y no quiero hablar mucho de eso porque me pongo a llorar. He vivido prestado y esa es la verdad".