Ante las limitaciones que la pandemia impone, el impulso de los creadores de ficción tomó vuelo y encontró en los dispositivos móviles una manera creativa de poder contar un historia y surfear el momento.
Así nació Historias virales, un ciclo de unitarios breves escritos y dirigidos por Federico Fragola y Juan Baranchuk que pueden verse en las redes, y que cuentan con la participación de actores como Hugo Arana, Moro Anghileri y Julieta Zylberberg.
Los dos primeros artistas protagonizan el segundo episodio de esta serie de mini-ficciones que relatan distintas situaciones atravesadas por la cuarentena. En el caso de Arana y Anghileri, un conmovedor relato de cómo se da hoy en día una conversación virtual de una hija con su padre, internado en un geriátrico.
El video empieza cuando la joven recibe una videollamada de WhatsApp en su celular. “Geriátrico Papá, llamando”, aparece en su pantalla. “Hola, te vine a visitar, otra vez por acá”, le dice al personaje de Arana, que en un primer momento se muestra desorientado con la situación tecnológica.
La chica le dice que pronto se van a poder volver ver y que lo importante es que le haga caso a Norma, la enfermera. Así arranca el tierno diálogo con el anciano de 80 años, lleno de lagunas y confusiones que ella va sorteando entre risas y emociones.
“¿De dónde sacaste mi teléfono? ¿Vos no serás una de mis novias que me persiguen, no?”, le dice él, confundido, a lo que ella le responde que encontró su número en la guía telefónica. De lejos, se escucha que Norma le aclara que está hablando con Victoria, su hija.
Victoria le explica que eso fue así por el protocolo de cuidados para evitar contagios en los geriátricos.
Luego de mostrarse soprendido por el hecho de ser padre, Arana le cuenta a la chica que esa tal Norma en realidad es su novia, que le hace la comida, la cama y lo tiene “como un rey”. “Papá, ¡no seas machirulo!”, le responde ella, entre risas.
La conversación sigue con las cosas cotidianas, como el momento del desayuno, sobre lo que él le comenta que ese día lo compartió con solo tres o cuatro personas y le dice que sospecha que el resto murió. Victoria le explica que eso fue así por el protocolo de cuidados para evitar contagios en los geriátricos.
“¿Nadie te cantó nada hoy? Yo te tengo una sorpresa; hoy es tu cumpleaños, pá”, dice. Y aparece con una torta para soplar las velitas. Recién en ese momento, él sonríe y se emociona, confundido, pensando que la que cumple años es ella.
Al final, Victoria le dice, también emocionada, que le regala los deseos de su cumpleaños...