Desde la pantalla de A24, Mina Bonino (24) brilla con frescura en el noticiero que conduce Eduardo Feinmann. Periodista deportiva y fanática del fútbol, la joven oriunda de Quilmes se entregó a una charla sin filtros con la revista Pronto, donde reveló una fuerte historia de vida.
En la nota, Mina contó que lucha hace años contra la anorexia: “Tenía 21 años y no estaba lista para afrontar las críticas e indirectas de las redes sociales y empecé a bajar de peso. Tuve problemas alimenticios y caí en la anorexia. Si medís 1,65 y pesás menos de 48 kg, sos anoréxica. Yo estaba así. Nunca dejé de comer y no caí en la bulimia. Pero mi índice de masa corporal indicaba que padecía anorexia. De un mes al otro bajé 15 kg sin darme cuenta”.
"Tenía 21 años y no estaba lista para afrontar las críticas e indirectas de las redes sociales y empecé a bajar de peso. Tuve problemas alimenticios y caí en la anorexia. De un mes al otro bajé 15 kg sin darme cuenta"
“Me sentía horrible, había logrado lo que quería que era no llamar la atención. No tenía cola, lolas, curvas... nada. Y lo increíble fue como cambiaron los comentarios. Ahora ya era: 'qué horrible estás, qué flaca que estás, sáquenla del aire'”, contó Bonino.
La periodista explicó cómo sigue su pelea día a día: “Sigo en tratamiento y luchándola. Estoy controlada por una nutricionista, un psicólogo, y un psiquiatra porque los problemas alimenticios nunca se terminan de ir del todo. Estoy medicada y no tengo problemas en decirlo. Tuve una enfermedad y no me avergüenza. Lucho día a día para no recaer en la anorexia. Todos los días me tengo que ganar a mí misma. Hoy por hoy siento que le gané a la anorexia, aunque sigo luchándola”.
"Estuve internada a causa de una pancreatitis porque el descenso abrupto de peso te lleva a formar piedras en la vesícula; las piedras taparon los conductos y pasé una semana en el hospital. Dormía y no sabía si al otro día iba a despertarme".
Con el objetivo de generar conciencia en las chicas jóvenes, Mina detalló la dura experiencia que vivió: “Es un tema que me cuesta admitir, tuve anorexia y ahora estoy medicada porque es una enfermedad crónica que puede traer depresión, ataques de pánico y otras cosas más. Estuve internada a causa de una pancreatitis porque el descenso abrupto de peso te lleva a formar piedras en la vesícula; las piedras taparon los conductos y pasé una semana en el hospital. Dormía y no sabía si al otro día iba a despertarme”.
“Hoy sufro muchas consecuencias de la enfermedad y por eso quiero dar ese mensaje: hay que seguir peleándola. Sin mi familia, sin mis ganas de trabajar y mis objetivos jamás podría haberme levantado. Yo no soy ejemplo de nada, me alimentaba a claras de huevo y a manzana. Hoy me sigue costando encontrarme con un cuerpo nuevo, me sigue costando comer sin sentir culpa y me siento que todo me cuesta el triple. Pero si no me costara tanto, no habría aprendido nada de los golpes que me dí el año pasado”, finalizó.