Todo se desencadenó tan rápido que no hubo tiempo para meditar lo que sucedía. Tras una consulta de rutina, y luego de haberse palpado "una bolita" en su lola izquierda, Natalia Weber tuvo que enfrentar una noticia que cayó como agua helada: los estudios de control no habían dado bien y las imágenes de calcificaciones derivaron en la confirmación de la presencia de un tumor. "Yo no tenía antecedentes en mi familia. Me operaron, me sacaron solamente la parte de la lola que estaba mal. Es muy importante que las mujeres jóvenes se hagan los estudios para prevenir", relató en nota para la revista Pronto.
Consultada por Ciudad.com, la mamá de Mía (4) y Rocco (1), esposa de Mauro Zárate, contó con valiente calma: "Me operaron el jueves pasado. No hay mucho más para decir, estoy con algunos controles esperando que me den el alta y viajó nuevamente para Italia con mis hijos. Pero no me hicieron mastectomía, solo me sacaron el tumor". Pero lo más importante aún faltaba: el resultado de la biopsia que determinaría cómo continuaría el tratamiento.
"La vida me dio una nueva oportunidad de vivirla. Siempre supe que iba a vencer estar enfermedad por qué mis hijos me necesitaban y por qué me aferré por demás a la vida misma".
Este jueves, Natalie compartió su noticia más feliz a traves de una sentida carta que subió a su cuenta de Twitter. Allí, confirma con felicidad que los resultaron mostraron los "márgenes limpios" y que no necesitará quimioterapia. Aquí, el texto completo:
"Habiéndose hecho público la enfermedad que me tocó afrontar en estos últimos meses finalmente obtuve el resultado de la biopsia y quiero gritar a los cuatro vientos con mucha felicidad que mis márgenes están limpios y que no necesitaré quimioterapia. Quiero agradecer a todos por sus mensajes de apoyo y de amor, fueron meses muy duros para mí y para mi núcleo familiar... La vida me dio una nueva oportunidad de vivirla. Siempre supe que iba a vencer estar enfermedad por qué mis hijos me necesitaban y por qué me aferré por demás a la vida misma... Gracias a mis hijos y a mi marido por haberme dado las fuerzas necesarias para afrontarlo, a mi familia (mamá, papá y hermanos) por acompañarme constantemente, a todo el cuerpo médico del Hospital Alemán en especial al doctor, Martín Engel, que son excelentes profesionales y a todos ustedes que me alegran con el solo hecho de leerlos. ¡Gracias infinitas!”.