En el décimo primer día del juicio por la muerte de Fernando Baéz Sosa, la declaración de la madre de Blas Cinalli conmovió a Máximo Thomsen, que se quebró y pidió declarar en el proceso que lo tiene como uno de los principales responsables del crimen.
Este lunes declararon Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, los dos rugbiers que, si bien estuvieron presos en un principio, fueron sobreseídos en febrero de ese año, tras pasar 23 días tras las rejas. A continuación, declararon Tomás Colazo (el rugbier “número 11”) y las madres de Máximo Thomsen y Blas Cinalli.
Fue precisamente este último testimonio el que ocasionó que Thomsen se decidiera a romper el silencio y ofrecer su testimonio al Tribunal. “Escuché cosas sobre mí, años, cosas que no reconocía. Hablaban con tanto odio que me hacían doler muchísimo. No puedo más. No puedo seguir sobrellevando esto, cada día es peor”, dijo.
MÁXIMO THOMSEN DECIDIÓ ROMPER EL SILENCIO SOBRE LA MUERTE DE FERNANDO BÁEZ SOSA
Pese a que desde enero de 2020 los rugbiers han suscripto a un “pacto de silencio” en torno al asesinato de Fernando, Máximo Thomsen declaró: "Dicen que yo organicé, que soy el líder, y yo me metí a pelear porque era una persona contra muchos".
"Era una ronda y mi amigo, un amigo me tocó y me dijo ‘Basta’. Y ahí vi que ya nadie estaba golpeando, me di la vuelta para ver que venían mis amigos y me fui", relató, sobre el momento en el que él y sus compañeros dejaron de golpear a la víctima.
"Cuando llegué a casa me puse ropa cómoda porque tenía la camisa rota, cuando llegaron los demás empezaron a comentar de la pelea. A lo último llega otro y dijo 'che, creo que terminó mal' y yo digo '¡No!, ¿cómo?'", agregó.
MÁXIMO THOMSEN SE QUEBRÓ Y PIDIÓ DISCULPAS POR LA MUERTE DE FERNANDO BÁEZ SOSA
Thomsen recordó que cuando el jefe de los guardias de seguridad del boliche Le Brique de Villa Gessel lo sacó del lugar por la cocina “se rindió” porque sentía una presión tal en el cuello que le dio a entender que resistirse era inútil. “Cuando me voy por el pasillo siento que me pegan dos piñas en las costillas", agregó.
"Un amigo me empezó a decir que me quedara quieto porque estaba bordó. Ya afuera, fui a donde estaban sentados los chicos y mientras voy caminando, miro para la derecha y veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida", recordó.
"Cuando veo eso dije 'Se van a pelear' y apenas me meto para sacarlo, me pegan una piña en la cara. Así que reaccioné pegando patadas, pero jamás en la vida lo hice con la intención de matar a alguien", se excusó Máximo Thomsen.
Desde ese momento, Máximo Thomsen se quebró y hasta se mostró arrepentido del hecho, en una actitud que hasta el momento era inédita. "Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien", señaló.
LAS RESPUESTAS DE MÁXIMO THOMSEN AL VER LOS VIDEOS DE LA GOLPIZA A FERNANDO BÁEZ SOSA
“Tuve que mirar los videos porque por el alcohol y la asfixia no recordaba. Miré para el costado y vi un grupo grande de chicos como que se iban a enfrentar con mis amigos. Cuando llego a la ronda y, se abre, siento un golpe en la cara”, declaró Thomsen.
Sin embargo, el joven se negó a responder o a identificar al resto de sus compañeros, y aseguró que “dedujo” quién era la víctima al ver los videos, ya que aseguró que al ser golpeado perdió noción de quién era quién; y reconoció que
“Al otro día supe lo que había pasado. Cuando estábamos todos en el piso (la policía) nos dice: “¿Ustedes saben por qué están acá? Ustedes mataron un pibe”. Ahí me empezó a dar vueltas todo en la cabeza y me puse a vomitar, pero yo hasta el día siguiente no lo creía, mi cabeza no lo podía procesar porque yo no lo entendía”, cerró.