El 3 de noviembre a Matías Alé (38) le cambió la vida. Tras una serie de complicados días, el actor debió ser internado por un brote psicótico con delirio místico y permaneció 43 días en la clínica psiquiátrica Avril.
En el medio, se habló de magia negra, se conocieron detalles de sus peleas con su madre y su hermano, y hasta se separó de su mujer, María del Mar Cuello Molar (23). A poco de haber salido de su internación, Alé habló de todo con Jorge Rial en Ciudad Góti-K por Radio La Red.
"Tuve un pico de estrés donde perdí el criterio de la realidad, lo que le puede pasar a cualquiera. Todavía no termino de entender qué fue lo que me pasó. Hablando con mi terapeuta, al que voy dos veces por semana más el psiquiatra, me parece que me desbordé. A mí se me lesionó algo interno y tuve que parar. Tuve un brote psicótico con delirio místico en el que empecé a ver que el mal me invadía, que estaba Dios del otro lado".
"Estoy muy emocionado", empezó Matías, llorando. Y siguió: "Tenía ganas de hablar con vos, Jorge, pedirte disculpas por todo lo que dije de vos. Durante todo este tiempo hablé con Morena, tu hija, que no se despegó nunca, siempre estuvo. Estoy muy bien, con estas sensaciones que por momento me pongo más sensible, por otros más eufórico. Estoy con el tratamiento, lo estoy haciendo bien. Ayer tuve mis sesiones con mi psicólogo y mi psiquiatra, de a poquito voy dejando algunas medicaciones".
El actor continuó su relato: "Tengo un montón de emociones cruzadas, imaginate por todo lo que tuve que pasar... Soy consciente, pero todavía no entiendo qué fue lo que me pasó. Tuve un pico de estrés donde perdí el criterio de la realidad, lo que le puede pasar a cualquiera. Me ayudaron a salir en Avril... (se quiebra) perdón que esté tan emocionado. Todavía no termino de entender qué fue lo que me pasó. Hablando con mi terapeuta, al que voy dos veces por semana, más el psiquiatra, me parece que me desbordé. A mí se me lesionó algo interno y tuve que parar. Tuve un brote psicótico con delirio místico en el que empecé a ver que el mal me invadía, que estaba Dios del otro lado. Perdí el criterio de la realidad, estaba en una pelea contra el mal. No me avergüenzo de contarlo, puede pasar y me pasó. Como me dijo la psicóloga, no estoy loco, sino que tuve un episodio. Estoy tratándolo para reinsertarme en la sociedad. Gracias a Dios tengo ofrecimientos de trabajo, pero hasta marzo o abril no puedo hacer nada. Antes de lo que me pasó no sentía nada. Fue todo muy rápido. Por suerte la tenía a María al lado que me contenía mucho y me bajaba a la realidad. Yo defendía a María y a la mamá de algo que no existía, como en la película Una mente brillante, me pasaban cosas que me superaban y no eran parte de la realidad. Hasta que llegó la explosión, y por suerte llegaron los enfermeros y decidieron internarme".
Alé contó cómo se desencadenó su cuadro: "Tuve que pasar 43 días en la clínica Avril, a quienes agradezco cómo me han tratado y cuidado y cómo han dado en la tecla con lo que tuve. Por suerte hoy ya estoy afuera. Nunca me había pasado nada de esto y en mi familia tampoco. Hacía un mes venía viendo cosas. No lo veía como algo grave, sino cotidiano. Para explicarlo es como lo de la película, en la que el actor ve personas que no existen. No sé cómo explicarlo en realidad. Recién ahora lo estoy tratando y analizando. De a poquito vamos descubriendo qué me llevó a eso. Puede ser el no parar de trabajar, querer estar en todos lados al mismo tiempo. Lo de sectas y magia negra es inventado. La única influencia de María y de Nancy, la madre, fue acompañarme, irme a ver a la clínica. Todo pasaba por mi cabeza, no me avergûenzo porque es la realidad. Por suerte lo puedo contar (otra vez se pone a llorar), podría haberme pasado algo más grave y la recuperación podría haber sido más lenta. Se me cruzaron dos cablecitos y detoné".
"Ayer estuve con el psiquiatra y el psicólogo, al que voy dos veces por semana, y me encontraron bien, me autorizaron a dejar una pastilla. Estoy viviendo solo en el country. Si el día está lindo, tengo que nadar, hacer bicicleta, tengo que estar muy tranquilo y sereno y concentrado en seguir el tratamiento y no desviarme para no tener recaídas. En el mes de marzo ya voy a poder tener la alegría de siempre y quizás volver a trabajar".
La relación con su familia:
En medio de una polémica que no afloja, Matías destacó: "Estoy muy bien con ellos. Creo que cada uno en esta historia se equivocó en cosas y todos fuimos responsables de cómo estamos hoy. Todos sabemos lo que hicimos mal y bien. Yo no puedo opinar mucho porque estuve 43 días internado y no sé qué hice mal, pero algo debo haber hecho. Con mi mamá estoy bien y con mi hermano también. El tiempo acomodará todo. Cuando pase toda esta locura vamos a poder acomodarnos y ojalá que María quiera volver y seguir con ese cuento de hadas que nos creamos el 1º de octubre, cuando nos casamos. Cuando recién me interné se dispuso que María y Nancy organizaran el regimen de visitas. Con mi mamá había tenido una pelea fuerte antes de estar internado, una pelea de madre e hijo que no fue por María. Creo que los mensajes se mostraron en Intrusos. Preferí no verla en la clínica. El regimen de visitas de Avril es muy estricto y prefería ver a María, a Nancy, a algún amigo, en vez de a mi madre. Sabía que la iba a ver cuando saliera. Recién a los veitipico de días de estar internado fue que me empezaron a visitar. Estoy viviendo solo en el country. Si el día está lindo, tengo que nadar, hacer bicicleta, tengo que estar muy tranquilo y sereno y concentrado en seguir el tratamiento y no desviarme para no tener recaídas. Tengo la esperanza de que todo se recupere y mi mamá y María se lleven bien, hay predisposición. Espero que podamos salir de esta locura".