"Volví a nacer después del accidente. Es como que tengo una nueva vida. Pero al principio yo pensaba por qué me había pasado y no quería vivir más. Después del accidente yo no disfrutaba, vivía pero no era feliz", recuerda Mariana de Melo (39). De fondo se escuchan las risas de las dos hijas que tiene junto a José Fortunato (45), Lupe (cumplirá 4 años el 29 de marzo) y Zoe (cumplirá 2 el 16 del mismo mes).
En el marco de una extensa entrevista para #ExpertxsEnPañales, la sección en la que los famosos presentan a sus hijos en Ciudad, la actriz y modelo se sinceró sobre su vida luego del trágico accidente que sufrió en 2007.
El 16 de diciembre de ese año, Mariana volvía de trabajar en La Pampa cuando el remís que la transportaba por la ruta 5 chocó de frente con una cosechadora, provocándole la muerte al conductor del vehículo y dejándola a ella en una situación gravísima y con muchas secuelas. En 2011, sin embargo, su vida cambió cuando conoció a quien casi dos años después se convertiría en su esposo.
-¿Cómo fue ese momento en el que empezaste a repuntar?
-Conocí a mi marido en un momento crítico. No quería vivir más, estaba muy medicada: "empastillada", tomaba pastillas sola. No entendía por qué me salvé del accidente, por qué había quedado con vida. No me sentía feliz. Primero nos hicimos amigos y él me contó qué quería él para su vida y yo pensé "a mí también me gusta eso". Y me fui enamorando, él también y quisimos empezar a formar esta familia. Antes de conocerlo a él pensaba en quitarme la vida, no quería vivir más, estaba cansada de todo y triste. Tuve muchas operaciones, luché mucho con mi brazo, mi cadera. También la parte estética me preocupaba, había quedado sin una oreja, con la cara toda cortada, llena de cicatrices.
"Antes de conocer a mi marido pensaba en quitarme la vida, no quería vivir más, estaba cansada de todo y triste. Tuve muchas operaciones, luché mucho con mi brazo, mi cadera. También la parte estética me preocupaba, había quedado sin una oreja, con la cara toda cortada, llena de cicatrices".
-¿Cómo viviste tu cambio a nivel físico?
-Antes, trabajaba como modelo y actriz y estaba siempre bien. De repente mirarme al espejo y verme de esa manera era duro. Y me preguntaba "¿por qué estoy acá si no soy feliz?", no me encontraba. Y trabajaba porque tenía que comer. Y entonces (se quiebra)... pude salir gracias a Dios. Conocí a mi marido que me cambió, me dio fuerzas y me hizo ver que era lindo estar con vida y disfrutar. Y desde ese entonces mi vida cambio y soy feliz. Lo único que puedo decirte es que soy feliz, no puedo decirte otra palabra porque realmente es lo único que puedo decir. No hay otra cosa en mí. No hay nada malo. Encima tengo dos hijas, aunque me habían dicho que no iba a poder. Así que más no le puedo pedir a la vida.
-Cuando mirás para atrás, ¿qué ves?
-Y todo lo pasado, lo que viví en mi infancia ya lo veo hasta como algo lindo. Viví muchas cosas y hoy puedo disfrutar aunque pasé todo eso duro. Valoro todo lo que tengo y lo cuido como oro: a mis hijas, a mi marido. Trato de que estén felices, contentos.