Pasaron más de 25 años desde que Mariana Fabbiani (46) se puso frente a una cámara para hablarle directo a los espectadores, esos que la abrazan como una de las animadoras infaltables de la tele. Así llega Lo de Mariana, su nuevo ciclo que irá de lunes a viernes a las 11:30 por eltrece: un programa que, según ella admite, sintetiza toda su experiencia en la conducción y la vuelve a acercar a la gente. Una y otra: la misma con su carisma de siempre y en su mejor versión.
“Trabajo para los que le gusta lo que hago y no pierdo energía con el que nunca le voy a gustar. ¡Está bien! ¡Capaz tampoco me gustan ellos!”, admite Mariana, entre carcajadas en una entrevista exclusiva con Ciudad, donde deja entrever que hoy la experiencia le puso la piel lo suficientemente dura para no dejarse alcanzar por quienes no quiere.
“Estoy cumpliendo 25 años conduciendo porque comencé a laburar en 1994. En el 97 fue PNP y hoy estoy haciendo ese balance para tomármelo más livianamente, confiando en el oficio porque siempre los estrenos traen esos nervios”, reflexiona, sobre su nuevo proyecto, un magazine de actualidad en el que está acompañada por Christophe Krywonis, Federico Seeber y Martina Soto Pose. La misma franja y canal que, como un viejo conocido, la tuvo animando durante tres años Mariana de casa, uno de los tantos programas de su carrera.
"Lo de Mariana es como mi casa y venir a comer a mi programa va a ser eso. Ahí pienso transitar lo más parecido a la vida misma".
“Estoy contenta de volver a un horario que disfruté mucho y me trajo mucha gratificación. Hace 20 años de Mariana de casa. ¡Todavía no puedo incorporar que pasaron 20 años!”, lanza, con su risa característica. “Este programa tiene mucho de lo que yo ya hice en otros, como si fuera la reunión de todo”, dice.
“Voy a tener cocina, como tuve en aquel momento y quiero conservar un clima relajado. Es Lo de Mariana porque es mi casa y venir a comer a mi programa va a ser eso. Ahí pienso transitar lo más parecido a la vida misma. Vamos a poder hablar de actualidad, profundizar en lo que haya que profundizar, hablar de cosas superficiales y también ir más a fondo cuando haga falta”, cuenta, con esa ansiedad previa conocida. La anterior a un viaje, a un salto al vacío o a un estreno.
- ¿Terminarás cantando y editando un CD como pasó con Mariana de casa?
- Uno empieza un programa con una idea y después se construye al aire. Estamos con toda una estructura y una rutina concreta, pero todos sabemos que el programa comienza en el arranque. Es un equipo donde hay una buena energía, fluye y eso es algo que no se compra. Hoy no tengo una sección para cantar, ¡pero todo puede pasar! (risas).
"No somos los mismos después de esta pandemia, nadie está igual. Todos hemos cambiado y el que no pudo hacer ese clic está en problemas porque esto nos ha enseñado tanto".
- ¿Cómo es ponerse al frente de un programa en este contexto tan especial de la pandemia?
-Hoy estamos en un momento parecido al del año pasado. Si bien todos asimilamos la pandemia, nos sigue costando. El miedo y la incertidumbre están y hay que convivir con eso. Uno va adaptándose a todo. Al principio yo llegaba de trabajar y me daban ganas de hasta quemar la ropa porque sentía que traía el virus a mi casa. Eso cambió. Varió la obsesión, pero no me dejo de cuidar por uno y por los seres queridos. No somos los mismos, nadie está igual. Todos hemos cambiado por la pandemia y el que no pudo hacer ese clic está en problemas porque esto nos ha enseñado tanto, en tantos niveles, en lo social de cuidarnos nosotros para cuidar a los demás. Hemos tenido mucha distancia física con gente que amamos.
- Hablaste de tus seres queridos. ¿Cómo es estar lejos de ellos porque son mayores?
- Me cuesta. Uno halla las maneras y la tecnología nos ayuda muchísimo. Por ahí ahora le damos otro valor a los encuentros y apreciamos estar conectado con el otro. Es algo que intento aplicar mucho. Mis padres tuvieron coronavirus, se enfermaron el año pasado. Sin verlos, cayeron igual. Uno tanto se cuida y al final, te lo agarrás igual. Por eso es tan raro este bicho.
"Mis padres tuvieron coronavirus. Cuando se enfermaron fue un shock para todos. Mi papá estuvo internado y tuvimos mucho miedo".
- ¿Cómo afrontaste ese momento?
- Cuando se enfermaron fue un shock para todos. Mi papá estuvo internado y tuvimos mucho miedo. Después como tuvieron defensas unos meses aprovechamos para vernos un montón. ¡A esas defensas les sacamos el jugo! (risas). Ahora estamos esperando que se puedan vacunar y dándole valor al tiempo que compartimos. Por eso siento que la televisión hoy no cumple solamente la función de entretener, de informar. La tele es una compañía para mucha gente que está sola. En este espacio quiero ofrecer diferentes climas, diferentes opciones. Habrá momentos donde tengamos que hablar muy en serio y en otros donde nos vamos a poder divertir. Momentos tristes, algunos con bronca y así es un programa diario. Lo he vivido, lo conozco y sucede una conexión con el público que es muy especial.
- Mencionaste a PNP, un programa importantísimo en tu carrera. ¿Cómo tomaste la muerte de Raúl Portal?
-El año pasado fue de tantas pérdidas y sufrí mucho por la partida de Raúl. Me conmovió enormemente. Sabía que estaba mal, pero me sorprendió. Fue un año donde pasamos noticias así todo el tiempo y nos fueron golpeando. Me dolió. Le tengo un gran a cariño a Raúl, vivimos un montón de cosas juntos y sentí su partida. Hablé con Gastón (N. de la R. : Gastón Portal, su exmarido, productor e hijo del recordado conductor), con su familia. Fue un año que nos ha quitado mucho. Hacía varios años que no hablábamos, pero sí me había enterado que estaba delicado de salud. Me quedaron las ganas de despedirme.
- ¿Cómo están tus hijos después de un año sin ir al colegio, hoy volviendo mitad presencial y mitad virtual?
-Todos los padres estamos a cuatro manos con el cole, el trabajo, más la vida y está siendo un peso porque nos tenemos que ocupar de todo. ¡Tengo que ir cuatrocientas veces al colegio! (risas). Entran en horarios raros y alternados. La pandemia nos enseñó una manera diferente de estudiar y estamos todos los padres aprendiendo. A nosotros como padres nos lleva mucho tiempo el colegio de los chicos. Estoy muy atenta a eso, tratando de acompañarlos. Para ellos fue súper difícil el año pasado y celebro que hayan vuelto las clases, que puedan sociabilizar, que se puedan mover con sus amigos. Hoy nos tocó esto y lo importante es pasarlo lo mejor posible.
"Estoy muy atenta a mis hijos, trato de acompañarlos. Para ellos fue súper difícil el año pasado y celebro que hayan vuelto las clases, que puedan sociabilizar, que se puedan mover con sus amigos".
- A mucha gente le agarró la fiebre por cocinar, amasar y meterse en la cocina durante la cuarentena. ¿Te pasó?
- ¡No aprendí a cocinar! Soy un desastre. Si falta Christophe, yo te hago un omelette (risas). En esta cuarentena descubrimos que, además de que es algo que tenemos que hacer, puede ser un repasatiempo y para muchos es terapéutico. Yo cocino, lo que no significa que mi familia coma bien (risas). Mis hijos me festejan todo y eso es lo maravilloso. Para ellos mis fideos con manteca son los mejores del mundo (risas).
"Nunca me importó el ridículo. Ojalá que eso me siga acompañando siempre. Me parece que esa es la manera, no pensar demasiado en el resultado y divertirse".
- Está este video que subiste a tu Instagram de un archivo de un programa de Mirtha Legrand donde aparecés, siendo adolescente y con mucho desparpajo, imitando a Isabel Pantoja.
- ¡Mi caradurez! Me encanta que le digas ‘desparpajo’ (risas). ¡Mucha actitud! Fue mi primera aparición en la tele, yo no era ni famosa, ni nada. Había acompañado a mi familia que había ido a comer a lo de Mirtha. Supongo que mi abuelo había ido a promocionar algún show en ese momento, entonces invitaron a toda mi familia a comer. Yo había hecho ese ‘desparpajo’, vamos a llamarlo así (risas), en el cumpleaños de Mirtha. Era una cosa que yo hacía en mi casa, algo que hacía para la familia. ¿Nunca imitaste a alguien en el living de tu casa? Bueno, una cosa así. Daniel Tinayre me había visto y me dijo ‘vos tenés que hacer esto en la tele’. Yo en ese momento ya tenía la idea de que eso era demasiado, pero no me importó nada. Él me lo pidió y ahí fui. Ese material no lo tenía y cuando vi que lo subió Bendita me morí de amor porque me hizo acordar un momento que para mí fue un hito en mi carrera (risas). La canté toda y le puse todo de mí. Nunca me importó el ridículo. Ojalá que eso me siga acompañando siempre. Me parece que esa es la manera: no pensar demasiado en el resultado y divertirse.
-¿Qué relación tenés con las redes sociales? ¿Te pasa esto que a muchos artistas les pasa de que por más que le pongan miles de halagos se quedan con ese comentario malintencionado?
-Uno no es estable todo el tiempo. Hay momentos donde uno está más frágil y te pasa que un comentario te saca. Eso tiene que ver con el ego y yo trato de tenerlo muy en su lugar. Es rara la relación que la gente tiene con las redes, desde dónde escribe, desde qué lugar. El que te agrede, es el mismo que al otro día te pone algo divino. Es algo tan relativo y uno tiene que tomarlo con esa misma relatividad. El año que pasó le pude poner más energía a lo que es la comunidad de uno, que es esa gente que te sigue, que le gusta lo que hacés. Es para quienes uno trabaja. Ni a todo el mundo tiene que gustarle como soy yo, ni lo que hago, pero sí trabajo para los que les gusta y en no perder energía con el que nunca le voy a gustar. ¡Está bien! ¡Capaz tampoco me gustan ellos! (risas). Yo por ejemplo no soy para Twitter. Con esa energía yo no funciono. Viste que hay gente que con la agresión o cuando los pinchan sacan lo mejor del otro. En mi caso, no fluyo.
¡Es mío, mío, mío! Lo de Mariana, por Mariana
- ¿Cómo definirías tu hogar? ¿Sos buena anfitriona?
-Según mi familia soy muy desordenada, pero yo me considero ordenada porque en mi desorden encuentro todo.
- ¿Sabías que eso es lo que dicen todos los desordenados?
- ¡Sí! (risas). Por eso aclaro que es una percepción personal la mía. Organizado está todo. Tal vez parezco desbolada, pero no. Yo tengo mi propio orden interno. Soy muy estricta con algunas cosas y flexible con otras. Intento elegir las batallas con los chicos, los horarios y trato de no ser tan exigente en todo porque no me gusta ser esa mamá enojosa. Trato de disfrutar los momentos de jugar, de que toda la casa sea un lío y estemos pasándola bien. Estoy tratando de bajar esa exigencia.
"Intento elegir las batallas con los chicos, los horarios y trato de no ser tan exigente en todo porque no me gusta ser esa mamá enojosa".
- ¿Qué se encuentra la gente que entra a tu lugar?
- Mi casa es alegre, siempre hay música, me gusta que haya flores. Hay cosas ricas para comer, me encanta recibir a mis amigos. Saben que hay tortas y mis amigas me dicen que en mi casa se engorda. Siempre hay un chocolatito, un alfajorcito o una porción de algo. Después me gusta ir a una casa que tenemos de fin de semana. A mí me gusta ahí estar con la naturaleza y desconectarme. Me encanta el verde, el silencio, salir del ruido y volver a mí. Ahí tengo mi huertita…
- No parece algo azaroso que, en plena pandemia, donde estamos contabilizando día a día los muertos, aparezca este furor por cultivar, por reconectarse con algo vital.
- Son costumbres que espero continuar, que hemos incorporado y ojalá se queden. Creo que es un gran aprendizaje para todos y es tan rápido que nos olvidemos de esa sensación. Ese stop del año pasado, el miedo y todo lo que implicaba, el hecho de no tener a tu alcance cosas tan naturales como ver a tus seres queridos, a mí me replanteó todo. Así que estoy realmente intentando estar mucho más conectada con el momento en el que uno está.
- ¿Qué tiene tu cartera?
- ¡De todo! (risas). Yo puedo sobrevivir con mi cartera sin ningún problema. ¡Una semanita te sobrevivo! (risas). Uso una cartera enorme y adentro llevo una chiquita que es la que me cuelgo donde llevo la billetera nada más. En mi bolsote tengo todo, lo que me pidas, lo tengo. Por supuesto, hay maquillaje pero si alguien tiene dolor de cabeza, viene y me pide. Se le cae un botón, lo mismo. Pincita de depilar, pantalla solar, espejito con aumento. Tengo un destornillador multifunción, de esas herramientas que hacen todo.
"En la cartera tengo un destornillador multifunción. ¡Tenés todo en uno! Pinza, destornillador, tijera. La uso para abrir una lata, una botella o cuando algo se traba".
- ¡Eso es muuuy particular!
- ¡Tenés todo en uno! Tenés pinza, destornillador. Se arma y se desarma. Tengo un bolsito, que yo le digo ‘el bolsito de la supervivencia’ y ahí meto todo eso. Viajo y me lo llevo (risas). Mil veces lo usé, por ejemplo, cuando algo se traba. Todos empiezan con ‘y nadie tiene un…’ y yo saco mi herramienta. Lo uso para abrir una lata, una botella y, ni hablar, que tiene también una tijera. La compré en un supermercado de Estados Unidos y fue una muy buena compra. Me dio dolor cuando una vez tuve que dejarla en un aeropuerto porque me la había olvidado en el bolso de mano. ¡Pero adquirí otra nueva! (risas)
- En las redes te fotografiaste meditando mientras tenías puesta una máscara facial. ¿Qué tiene tu neceser de cosméticos y productos de belleza?
- Ese fue el registro de un momento muy natural del domingo, que es el día en el te podés dedicar más a uno y tenés esos ratitos para hacer eso que nunca tenés tiempo, como la máscara en la cara. Me gusta. Yo soy coqueta, me gusta cuidarme y a veces hago con mi hija una tarde de spa, donde nos hacemos máscaras y esas cosas. Después llevo lo básico: siempre tengo a mano el tapaojeras, el corrector, un rubor, un brillito para la boca y con eso estamos.
- ¿Cuál es tu música?
- En lo musical, tengo de todo. Ahora mi hija está casi en la preadolescencia y empezó a escuchar su música, pero yo soy ecléctica. Puedo torturarte con un sábado de tango y también me gusta escuchar rock argentino. Me gusta la música en general.
- ¿Cuáles son tus libros?
- Amo la literatura, me encantan los libros, son mi escape. Siento que es un rato donde me puedo ir de todo. Para algunas personas es el cine, jugar a algo y en mi caso, encuentro en la lectura un momento de introspección. Me encanta cuando me engancho con una novela, de esas que no me dejan separarme. Sobre todo, novelas aunque la poesía me gusta. Me encanta estar con un libro que me tenga atrapada.
"Tengo una lupa de mi abuelo que amo y la tengo en mi mesa de luz. Son esas cosas que pasa la vida y me siguen acompañando".
- ¿Cómo es tu WhatsApp? ¿Estás en muchos grupos?
- Estoy en varios, pero no soy muy participativa en los grupos y ya me conocen. Estoy conectada, leo todo, pero no soy la que administra o manda los stickers. Estoy en grupos de madres y de padres, de amigos. Hoy uno tiene grupos para todo y está bueno porque a veces simplifica. En la pandemia nos ha mantenido muy conectados. Tengo amigas que están viviendo afuera, que las extraño mucho y la tecnología ha hecho un puente espectacular donde realmente te podés sentir cerca.
- ¿Cuáles son tus amuletos? ¿Tenés objetos que adorás porque te traen suerte o tienen un significado especial?
- No tengo. Hay objetos que guardo y que tienen su historia, pero no los traslado, los tengo en mi casa. Tengo una lupa de mi abuelo que amo y la tengo en mi mesa de luz. Son esas cosas que pasa la vida y me siguen acompañando. Me enamoro de algunos objetos que son un fetiche en mi vida, pero no tengo cábalas. No me gusta nada que al no tenerlo me pueda generar una inseguridad. Prefiero andar así por la vida.