“Estaba terminando una clase de mi hijo y, en el mismo aparato donde dan la clase, hablo por teléfono. Está complicado el tema del colegio online", arranca Mariana Fabbiani (45), siempre entre risas, al otro lado del teléfono. Hoy, su vida se divide entre los preparativos para Mamushka, (el nuevo programa de juegos en eltrece que debutará el primero de junio, donde regresa a su faceta más lúdica), y el nuevo contexto que trajo el coronavirus con cambios en las rutinas familiares, laborales y, por supuesto, en los mundos íntimos.
Con más de 20 años de carrera, que la llevaron a consolidarse como una conductora feroz, todoterreno (en medio de la arena política en El diario de Mariana, en sus comienzos al frente de un programa mítico como PNP, Perdona nuestros pecados o congeniando sus múltiples facetas en Mariana de casa), e incursiones en la actuación, el cine, el canto, el teatro o el modelaje (¿alguien, a esta altura, no conoce que es "la chica de la sonrisa" al lado de Luismi y su súper hit Suave?), Mariana se presta a una charla con Ciudad.
"Tenía ganas de volver al entretenimiento, de divertirme y de llevar alegría. Este programa es una satisfacción enorme y un paso más en mi carrera. Yo no digo ‘voy hacia allá’. Uno va construyendo en el camino".
Así, pasará por la satisfacción por brindar con su flamante ciclo la posibilidad de regalar dinero a la gente en condiciones tan adversas como las actuales, hasta su rol como mamá de Matilda (10) y Máximo (5), la cuarentena y los miedos. Incluso, un rumor que no la inquieta sobre "mala onda" con Vero Lozano y sus desconocidos costados más vulnerables. Cómo siempre, Mariana se las ingenia para ver el lado más brillante de las cosas.
-Te tocó debutar debutar con Mamushka en un clima mundial único por el coronavirus. ¿Cómo lo vienen llevando con tu familia?
-Estoy muy contenta. Mamushka es un proyecto que me tiene muy ansiosa y con muchas ganas de arrancar. Es difícil, pero hay que adaptarse a todo. Así somos los seres humanos y los chicos más que nadie. Uno tiene que estar, ponerle el cuerpo, acompañarlos, ayudarlos y tenemos esta tarea también de ser maestros. Nos vamos organizando. Este, otra vez, es un desafío. Si bien he hecho entretenimiento, con juegos adentro de ciclos que conduje, es la primera vez que hago un programa entero de un juego y está buenísimo.
"Mamushka me da la oportunidad de ayudar a mucha gente que viene a participar. Antes los participantes decían que querían hacer un viaje y ahora viene para cubrir deudas".
-¿Qué tiene de refrescante para vos este nuevo proyecto?
-Me divierto muchísimo, me resulta muy placentero hacerlo y me encanta tener en este momento la posibilidad de llevar alegría a la gente. Hace falta. La tele tiene hoy la misión de informar y la gente está con la información y también con la sobreinformación todo el tiempo. La tele también tiene que entretener y hoy hay poco. Me gusta poder llevarle ese ratito de alegría y de dispersión para distraerlos y, encima, que la gente que viene a participar pueda ganar plata, que en este momento es tan necesaria. Hay dos millones de pesos en juego. Es una oportunidad de ayudar a mucha gente que viene a participar. Antes, las personas cuando se anotaban por ahí decían que querían hacer un viaje o comprarse algo y ahora es para cubrir deudas.
-¿Hay muchas historias así de los participantes?
-Cuando la gente se empezó a anotar ponían que querían ciertas cosas que con este panorama cambiaron. También a nosotros nos cambió la cabeza con respecto a eso. Los participantes no se van a ir nunca en cero, siempre se llevan un premio por concursar. Hay mucha necesidad y queremos desde nuestro espacio poder divertir y darle la oportunidad a la gente de tener dinero.
"Es un momento súper difícil con gente que está muy mal, muy triste, con problemas, pero a mí me gusta llevar alegría en este momento. Me hace bien a mí y esa función no me cuesta. Al contrario, la disfruto".
-Mamushka tiene una dinámica muy vistosa, con estas muñecas abriéndose y revelando premios.
-¡Las van a amar! (risas). Son muy queribles. Cada una tiene su nombre, son todas distintas, incluso lucen distinto, tienen distintos gestos y todos los días esconden adentro montos de dinero. Algunas de las mamushkas tienen a otras adentro que tienen mucho más dinero y otras están vacías y te pueden hacer perder. El juego es sencillo, es de estrategia, pero también el azar tiene un rol importante. Como en el azar, todo el tiempo estás a punto de ganar muchísimo o de perderlo todo.
-Tenés un gran desafío de buscar levantar a la gente, que hoy está tan golpeada por este momento que nos toca a nivel mundial, y divertirla por un rato.
-Es un momento súper difícil con gente que está muy mal, muy triste, con problemas, pero a mí me gusta llevar alegría en este momento. Me hace bien a mí y sé que puedo cumplir esa función, no me cuesta. Al contrario, la disfruto. Ayer terminamos de grabar y juro que me sentí tan contenta de hacer algo tan lindo, que es divertido, que me alimenta a mí y divierte a la gente. Ojalá pueda llevar ese ratito de dispersión que todos necesitamos.
"¡Tengo momentos de bajón como todo el mundo! Soy positiva, ya tengo esa impronta, pero cuando caigo no me tengo tanta paciencia. Enseguida me salgo de eso y le pongo garra".
-Se nota que sos una persona alegre, pero estos momentos a todos nos ponen más sensibles. ¿Te pasa? ¿Hay una Mariana Fabbiani versión bajoneada?
-¡Obvio! (risas). ¡Como todo el mundo! Soy positiva, ya tengo esa impronta, pero cuando caigo en el bajón no me tengo tanta paciencia. Enseguida me salgo de eso y le pongo garra. Soy muy sensible y eso hace que en esta cuarentena con el encierro de tanto tiempo uno tiene sus momentos. Está siendo una montaña rusa para todos. Subimos, bajamos, pasamos por todos los estados, pero estoy segura de que algo todos estamos aprendiendo, sin dudas. Estamos revisando cosas de cada uno, es un momento para mirar hacia adentro y replantearse cosas. El hecho de que nos hayan hecho un stop y que nos hayan metido a todos adentro te obliga a barajar de nuevo. Yo siempre intento buscarle el lado positivo aun a esto que es tan negativo. Estamos acá, estamos sanos gracias a Dios, cuidándonos y aprovechando a hacer cosas que en el día a día no podía mos hacer.
-¿Cómo cuáles?
-Estar en casa, cocinar,... ¡limpiar la casa! (risas). Encontrarme haciendo cosas así que por ahí antes delegaba y el hecho de no trabajar durante tantos meses nunca me pasó. Siempre estoy en actividad y este tiempo fue muy enriquecedor interiormente para mí. Siempre busco la armonía y canalizar lo que me pasa, buscar estar mejor, ser mejor persona. Bueno, todo eso entra en juego. En este momento, creo que todos estamos revisándonos y ojalá de esto salgamos mejores personas, más solidarios y más pacientes.
"Con Vero tenemos rebuena onda. Nos conocemos hace mil años, nos ha tocado trabajar juntas en otras oportunidades. Al contrario, entre las dos nos apoyamos".
-Nos contaste que, entre todas estas actividades que hacés, te tocó teñirte el pelo con un cepillo de dientes.
-(Risas) La verdad que llegó un momento en el dije ‘basta’ porque ya no me gustaba mirarme en el espejo, me estaba deprimiendo solo viéndome con todas las raíces. La llamé a Yésica, mi colorista de toda la vida, para ver cómo resolvíamos eso. Por Facetime hicimos una videollamada y le comenté que no tenía un pincel para tintura porque nunca me la hice sola. Ahí fue cuando me dijo ‘¿no tenés un cepillo de dientes?’. Compré la tintura y con el cepillo me fui poniendo en la raíz. La verdad es que me salió bastante bien (risas). No voy a decir que quedé igual que en la peluquería, pero zafamos perfecto. Sí, aprendí a hacerme el color.
-¿Te molestó el rumor que se creó de que habían tenido mala onda con Vero Lozano en Todos juntos, el especial solidario que reunió a todos los canales y sus conductores?
-No, porque no era cierto. Nosotras tenemos re buena onda, fue muy lindo hacer ese programa. Nos pusimos de acuerdo enseguida, nos conocemos hace mil años, nos ha tocado trabajar juntas en otras oportunidades. Al contrario, entre las dos nos apoyamos. Nos sorprendió que dijeran eso porque no sé de dónde lo sacaron, pero a veces pasa que necesitan llenar con noticias. Nada que ver. Tenemos buena onda, nos respetamos mucho, profesionalmente. Todo fue muy correcto, incluso nos consultamos qué ropa ponernos. Estábamos en una situación muy particular porque yo venía de estar encerrada en cuarentena desde que lo habían decretado, así que para mí era la primera salida, con mucho cuidado y conteniéndonos entre todos. Ese programa fue muy lindo, nos emocionó ver a todos los canales juntos trabajando en equipo. Ahí no había competencia, estábamos unidos por lo mismo. Los comentarios estuvieron totalmente fuera de la realidad.
"Tengo ganas de hacer teatro. Es verdad que me han ofrecido distintas obras y he barajado la posibilidad. Quiero divertirme y hacer algo distinto".
-¿Creés que hubo tal vez una pizca de machismo al hablar de un enfrentamiento de dos conductoras importantes del país como ustedes, algo que no sucedió con sus colegas hombres que también estuvieron conduciendo?
-Qué sé yo. No sé de dónde salen esos rumores, yo no les doy mucha bola porque si me pongo a responder cada cosa que dicen… No, los que estábamos ahí sabemos cómo fue todo.
-Es complicado hablar de teatro, que también es un sector súper castigado en esta crisis, pero había una versión de que habías adquirido los derechos para hacer Legalmente rubia, el musical de Broadway basado en la película. ¿Es cierto?
-Tengo ganas de hacer teatro. Es verdad que me han ofrecido distintas obras y he barajado la posibilidad porque tengo mucho deseo. Quiero divertirme y hacer algo distinto. Había una opción y me han ofrecido muchas cosas, pero ahora Mamushka es mi prioridad. Obviamente, todo lo que sea teatro, está postergado. Tengo muchas ganas y ese será un próximo paso. Mamushka me tiene re ocupada, es un programa diario y no es un momento para pensar en el teatro, lamentablemente. Es muy difícil para la industria y ojalá, quizás, se dé el año que viene.
"Para conducir necesito el contacto físico y creo que es lo que más estoy sufriendo de todo esto, no poder abrazar. Me resulta muy difícil porque soy muy expresiva físicamente. Lo necesito y es algo que lo acabo de descubrir, me doy cuenta ahora porque tengo que reprimirme".
-Me imagino que es complicado como conductora de un programa de juegos mantener la distancia o no abrazar o acercarte, por ejemplo, a una persona que gana un premio.
-¡Sí, y yo soy terrible! (risas). Necesito el contacto físico y creo que es lo que más estoy sufriendo de todo esto, no poder tocar al otro, no poder abrazar. Me resulta muy difícil porque soy muy expresiva físicamente. Lo necesito y es algo que lo acabo de descubrir, me doy cuenta ahora porque tengo que reprimirme. En el programa de todas formas tomamos muchos recaudos. Pensábamos tener una tribuna grande y decidimos que no. Van a estar los familiares y los amigos del participante, pero sentados cumpliendo con la distancia social. Los participantes son dos, como una pareja de amigos, un matrimonio, novios, y están parados con distancia. Yo también estoy con distancia de ellos y cuando ganan me toca festejar para adentro (risas). En un programa tuvimos un descontrol porque casi nos abrazamos todos, pero por suerte estamos muy conscientes. Estamos todos cuidándonos mucho, a cada rato con el alcohol en gel. Tomando muchas precauciones. Tuvimos que adaptarnos a esto, pero por suerte el formato no se tuvo que alterar.
"Me cuesta un poco el cole, los ando persiguiendo a mis hijos para que hagan la tarea. Este es un momento donde tenemos que hacer lo que podemos. No exigirnos de más, estamos tapando baches por todos lados".
-Tus hijos son bastante chicos. ¿Cómo los acompañás durante este tiempo?
-Mis hijos se han adaptado de una manera que hasta yo estoy sorprendida. Le encontraron la vuelta a la situación. Por supuesto, tienen ganas de salir y entienden que no se puede. Me cuesta un poco el cole, los ando persiguiendo para que hagan la tarea, con los horarios que nos estamos durmiendo un poco tarde y todo se descontroló un poco (risas). Lo hablo con otras mamás y con amigas, este es un momento donde tenemos que hacer lo que podemos. No exigirnos de más, estamos tapando baches por todos lados, haciendo lo que podemos al acompañarlos. Yo ahora empecé a trabajar y, obviamente, estoy unas horas afuera de casa y me voy organizando.
-¿Descubriste que, además de ser una posible buena colorista, podés ser una buena maestra?
-Yo creo que sí (risas). Estoy entrenando la paciencia. Tengo que reconocer que disfruto algunas cosas como sentarme a explicarle a mi hijo cómo se escribe una letra, que está aprendiendo a leer y escribir. Encontrándole la vuelta en vez de quejarme y decir ‘¡uf, la tarea!’. Me lo tomo como un juego, sentarnos a compartir ese rato, conectarnos con nuestros hijos y hacer lo que podemos. Que sea una manera más de estar juntos.
"Siento mucho orgullo del programa que vamos a presentar, que tiene dos millones de pesos y un juego que fue un éxito en todo el mundo".
-Hoy sos una conductora importante de nuestro país. ¿Qué te pasa cuando mirás hacia atrás? ¿Qué análisis hacés de tu carrera y lo que viviste?
-Voy transitando este camino con la convicción de estar haciendo lo que quiero hacer. Trato de no dejarme llevar por los prejuicios, ni por el miedo. Para mí fue un gran cambio cuando arranqué El diario de Mariana porque fue un crecimiento enorme en lo profesional. Hice algo que nunca había hecho y fue una prueba superada. Nos fue súper bien y fueron siete años, mucho tiempo. Ya tenía ganas de hacer otra cosa. Así como ahora estamos muy orgullosos de Mamushka, que tiene una escenografía impresionante y es un lujo poner algo de estas características al aire. Fue muy difícil realizarla porque la hicimos en cuarentena, así que fue un costo muy grande del canal, de Mandarina y de quienes la construyeron. Era muy difícil porque todo estaba cerrado, puras trabas. Por eso siento mucho orgullo del programa que vamos a presentar, que tiene dos millones de pesos y un juego que fue un éxito en todo el mundo. Me siento muy entusiasmada, con toda esas sensaciones de adrenalina y emoción que a uno le pasa cuando está por debutar con algo nuevo. Con mucha esperanza de que a la gente le guste. Tenía ganas de volver al entretenimiento, de divertirme y de llevar alegría. Encontrarme haciendo este programa fue una satisfacción enorme y un paso más en mi carrera. Yo no digo ‘voy hacia allá’. Uno va construyendo en el camino.