"Estamos felices todos. Juana trajo una energía hermosa a la casa", dice Mariana Brey (41) al tiempo que nos recibe en su casa en un barrio cerrado en Bernal.
La protagonista de los flashes, mientras tanto, reposa a upa de su mamá, muy tranquila y abrigadita. #ExpertxsEnPañales las visitó a tres meses del nacimiento de la pequeña y la periodista relató cómo vive este momento junto a Pablo Melillo (44), su pareja.
-¿Cómo fue para vos ser mamá por segunda vez y cómo estás viviendo esta experiencia?
-Hasta que no nació Juana no podía darme cuenta de lo que se venía, a pesar de que ya era mamá de Luca (7 años, con Leandro Schmerkin, su expareja). Nos llenó de mucha energía, de mucho amor... ¡de mucho sueño! Estamos todos sin dormir. Luca, por ejemplo, se queja y me dice "no dormí bien anoche porque Juana lloró". Quizás lloró poquito pero a él le quedó eso de que no lo deja dormir bien. Más allá de eso, está chocho con su hermana. También me sorprendió esa relación que tienen. Ni bien llega del colegio va corriendo a darle un beso.
-¿Cómo es Juana?
-Nos estamos conociendo. Tiene otra personalidad muy distinta a la que tenía Luca a su edad. Por ejemplo, no demanda tanto la teta, duerme un poquito más que lo que dormía su hermano. Y por otro lado, no es mucho de sonreír ella, la verdad. Entonces cada vez que sonríe es una fiesta. Ella es más seria. De hecho se le frunce el ceño cuando está enojada. Después, es muy tranquila y sólo llora cuando quiere que le cambiemos el pañal o tiene hambre. Es re compañera, vamos a todos lados, nos divertimos.
"De todo lo que tiene que ver con la maternidad lo que más miedo me daba era no tener una coherencia con Pablo, mi pareja, sobre qué tipo de crianza le pensamos dar a Juana".
-¿Cómo estás con Pablo tras vivir tantas emociones y momentos importantes en tan poco tiempo?
-Mirá, este año fue de muchísimos cambios. Con Pablo, cuando nos conocimos, enseguida vino el compromiso, la mudanza y bueno rápidamente la llegada de Juana. Fue todo súper rápido. Primero me daba miedo, a pesar de que avanzábamos. Pablo es muy "para adelante" y yo soy más cautelosa. Pero siento que me "subí" a todas sus propuestas y fui fluyendo, se dio así. Estoy muy agradecida con la vida por haberme dado esta oportunidad.
-¿Pensabas en volver a ser mamá?
-Cuando lo conocí a Pablo, sí. Pero porque él tenía unas ganas muy genuinas de ser papá de nuevo (N. de la R.: es papá de los trillizos Fiamma, Bianca y Santino, de 14 años que viven en Córdoba). Entonces eso me dio seguridad y dije "sí, apostaría". Quizás sí tenía esa fiaca de "volver a empezar", pero después te das cuenta que tanto el cuerpo como la cabeza tienen memoria.
-Por lo que vemos estás aprovechando para vestirla súper canchera...
-Sí. Es inevitable que hable de mi otra experiencia como mamá. Y en el caso de Luca me pasó que él nació en verano, así que estuvo prácticamente sus primeros tres meses de vida desnudo o sólo con algunos bodies o camisetitas. En cambio Juana nació en invierno y aprovecho para cambiarla de ropa todo el tiempo, le pongo cosas en la cabeza, todo. Juego con ella un poco también.
-¿Cómo es Pablo como papá?
-Me sorprendió porque todo lo que había dicho que no iba a hacer, como el colecho, al final no pudo mantenerlo ja, ja. Aparte, imaginate, yo era lo contrario: le di la teta a Luca hasta los 4 años. Yo le había dicho "mirá, esta es la mamá que soy, pensalo bien". Pero al final el que más hace colecho es él y no le da la teta porque no puede.Todo lo que él dijo sobre cómo iba a ser no lo pudo cumplir, ja, ja. Así que me alegro un montón porque empezamos a coincidir en cómo queremos criarla, porque eso te puede hacer terminar una pareja. De todo lo que tiene que ver con la maternidad eso era lo que más miedo me daba, no tener una coherencia entre los dos sobre qué tipo de crianza le pensábamos dar.
-¿Cómo te repartís ahora entre los cuidados a Juana y tus momentos con Luca, tu hijo mayor?
-Intento que sea 50 y 50, pero Luca piensa que no es muy justo, ja, ja. Porque me dice que cuando él vuelve del colegio yo ya estuve todo el día con Juana. Así que intento también tener mis momentos con él solos. Ahí Juana se queda con Pablo y por ejemplo yo voy a su pieza y lo duermo. o le canto una canción o compartimos otras cosas. De todos modos, tenemos mucho diálogo y eso hace que podamos charlar de sus celos y de todo.
-Juana nació el domingo de Pascua y fue una enorme alegría para ambas familias, ¿qué recordás de ese momento?
-¡Que éramos como 30! Estaban las dos familias, creo que nunca habíamos juntado a todos. Entendí que tuvo que ver con que justo fue en Pascuas y aparte Pablo es muy familiero. Si está solo, se deprime. Nos complementamos muy bien y estamos disfrutando mucho este momento. Tratamos de hacer muchas cosas con ella, con Luca, con los hijos de Pablo. Nos gusta estar "ensamblados", lo disfrutamos mucho.
"¿El tema de la pareja? Eh, bien bien. Pablo es un hombre muy pasional, ansioso. Pero bastante bien. Trato de que Pablo pueda dormir también porque él cuando no duerme es complicado. Entre nosotros tratamos de tener nuestros momentos, parte de la familia nos ayuda. Aunque todavía no está ese tiempo de decir "podemos dejarla, irnos un finde". Eso será más adelante".
-Se te ve impecable físicamente, ¿cómo viviste el embarazo y el post parto desde ese lado?
-Juana fue una bebé más grande que lo que había sido Luca, así que estaba bastante "explotada" de panza. No comía mucho porque no tenía mucha capacidad. Además, me tuve que cuidar mucho con el consumo de azúcar e hice una dieta casi sin azúcar. Engordé muy poquito y cuando nació ella ya casi que no tenía muchos kilos por bajar. Me quedaron ahí sólo tres kilos dando vuelta y los iré bajando con el paso del tiempo. No me preocupa eso, sino sí sentirme bien. Ya empecé a hacer actividad física de a poco y con el permiso de mi médico. Pero ya lo necesitaba. Es más, hice yoga hasta dos días antes del parto. Necesito eso para sentirme bien, para no tener dolores que te trae el embarazo. Así que a los 15 días ya empecé a moverme otra vez. Sé que mi cuerpo no es igual que antes y que por ejemplo, los órganos internos llevan también nueve meses para volver a su estado natural y eso no hay actividad física que lo devuelva. Tal vez no se vea de afuera, pero se siente. Pero la naturaleza es sabia.
-¿Y el tema de la pareja?
-Eh, bien bien... Pablo es un hombre muy pasional, ansioso. Pero bastante bien. Trato de que Pablo pueda dormir también porque él cuando no duerme es complicado. Entre nosotros tratamos de tener nuestros momentos, parte de la familia nos ayuda. Aunque todavía no está ese tiempo de decir "podemos dejarla, irnos un finde". Eso será más adelante, hay que tener paciencia y se dará con el tiempo. Hay que aprovechar a Juana y disfrutarla porque pasa rápido este momento.