Entró en la recta final de su embarazo empoderada, sintiéndose fuerte, sensual y -sobre todo- feliz. No oculta la ansiedad y los miedos típicos ante la inminente llegada de un bebé, pero Mariana Brey (40) transmite la confianza de quien está por cumplir un sueño. No está sola en esta aventura: su pareja Pablo Melillo, su hijo Luca (7) y los tres hijos de su novio esperan con amor a Juana, que tiene fecha probable de parto para mediados de abril.
El público sigue el “minuto a minuto” de su embarazo de ocho meses a través de Los Ángeles de la Mañana, el exitoso ciclo de eltrece donde es panelista, y fue testigo desde el instante del anuncio hasta momentos de mucha sensibilidad ¡e incluso contracciones al aire!
“¡Me pasó de todo! (risas). En esta etapa es normal que aparezcan contracciones y el otro día me pasó al aire porque me reí muy fuerte. Hubo un día que me sentí muy mal y me tuve que quedar en el camarín, además de que me asusté, entonces no salí. Me siento súper cuidada por Ángel (de Brito), mis compañeras y el canal. Siento que muchas de las mujeres que nos ven se sienten identificadas”, le asegura Mariana a Ciudad, tras lucir su pancita para una producción de fotos que este sitio muestra en exclusivo.
-¿Cómo imaginás el parto? ¿Vas a querer anestesia o querés un parto más natural?
-No, ya viví esa experiencia con Luca, que pedí muy poca anestesia, tuve muchas horas de trabajo de parto y sentí todo. En esta ocasión, prefiero tener más anestesia, porque también si en el momento del parto por algún motivo hay que ir a cesárea, es más fácil si tenés la epidural.
"Me siento sexy. Como cualquier embarazada, tuve momentos en los que me sentí más insegura y otros en los que fui ganando confianza en mí misma"
-¿Cómo te estás sintiendo físicamente?
-Muy bien, mucho mejor en este último trimestre que al principio. Los primeros meses fueron más difíciles, nada grave, pero tenía los síntomas típicos del embarazo que en el anterior no me habían pasado.
-¿Vivís muy distinto este embarazo al de Luca?
-Sí, ¡súper distinto! La diferencia de edad mía es algo que obviamente influye. Ademas, cuando estaba embarazada de Luca no tenía otro hijo del cual ocuparme y todo lo que conlleva la situación. Y los síntomas físicos fueron sumamente diferentes; en el anterior me sentí muy bien, sin náuseas ni dolores; trabajé hasta diez días antes de parir. Esta vez al principio fue más difícil.
-¿Te sentís más segura y con menos miedos que cuando eras primeriza?
-No, ¡me pasó al revés! Con Luca tuve cero miedos y con este embarazo fui más miedosa. Calculo que el hecho de no sentirme bien influyó. Además, me enteré muy rápido de que estaba embarazada, a las 4 semanas. Y en la primera ecografía me dijeron que era un embarazo gemelar, después resultó que no y en la siguiente eco se vio un solo bebé. No sabemos si pudo haber existido y se reabsorbió, o que fue un error de la ecógrafa. Eso fue un shock fuerte, me generó ansiedad e influyó en mi estado. Entonces, tuve muchos miedos, sentí angustia y a partir de los cinco meses lo pude superar, disfrutando más. Al sentirme bien, pude continuar con mi rutina habitual y hacer actividad física, que me hace muy bien.
-¿Te hace sentir bien estar activa?
-Sí, necesito estar en movimiento y por eso también sigo trabajando, porque forma parte de mi cotidianidad. Hago yoga, ando en bici y camino. Y si un día me levanto mal y el cuerpo me lo pide, respeto mis necesidades. No siempre estoy al cien por ciento.
"Nunca imaginé que me iba a pasar pero el embarazo me puso más picante. Por ahí, pasan diez días en los que no quiero saber nada (con tener sexo) y otros dos que estoy re fogosa. Le di lugar a lo que sentía y Pablo por suerte me acompaña"
-¿Te sentís una embarazada sexy?
-Sí. Como cualquier embarazada, tuve momentos en los que me sentí más insegura y otros en los que fui ganando confianza en mí misma. Es importante estar activa si tu médico lo autoriza, como fue el caso de mi obstetra, Rodolfo León. A veces parece que si estás embarazada te tenés que quedar en el abandono o no podés hacer un montón de cosas, pero el embarazo es sinónimo de salud. Poniéndole voluntad, me ocupo de mí y eso me hace sentir bien, y se ve reflejado en el afuera. Eso hace que tenga ganas de seguir vistiéndome como me gusta, usando tacos altos mientras pueda y no sienta que tengo los tobillos hinchados (risas). Voy respetando mucho mi cuerpo y hago todo lo que puedo para sentirme sexy, linda y bien en todos los sentidos de la palabra.
-¿El trabajo interno es lo más importante?
-Sí, creo que lo fundamental es eso: cuando te sentís bien internamente se ve afuera. Por otra parte, me cuido mucho la piel, me hago pulidos, me pongo un montón de cremas. Es un trabajo, lleva su tiempo pero forma parte de cuidar tu cuerpo. Sentirte sexy es de lo más lindo que te puede pasar y estando embarazada creo que hay que hacer todo para intentar sentirlo y estar de esa manera.
-En LAM contaste que durante el embarazo te subió mucho la líbido.
-Sí, la verdad es que sí. Nunca imaginé que me iba a pasar, pero el embarazo me puso más picante. Por ahí, pasan diez días en los que no quiero saber nada y otros dos que estoy re fogosa. Se fue dando un poco así. Yo dejo que las cosas fluyan. En general, soy así en la vida y dejo que las cosas que siento fluyan. En este embarazo me pasó esto, le di lugar a lo que sentía y Pablo por suerte me acompaña.
"En este momento siento que casarnos es sumarle otro elemento de ansiedad a todo lo que estamos viviendo. Fue todo muy rápido y pasó en dos años: nos enamoramos, convivimos, ensamblamos una familia y quedé embarazada"
-Más allá del sexo, ¿cómo te está acompañando Pablo en este momento tan especial?
-Está súper presente, me acompaña todo el tiempo a los médicos y viene a todos los estudios. Está ansioso y tiene un montón de miedos también. Él fue papá hace muchos años (tiene trillizos de 13 años: dos nenas y un nene) y este embarazo lo encuentra más grande, con otra experiencia y en otra etapa de su vida. A veces la experiencia genera miedos y el desconocer algo te hace más impune. Creo que eso es lo que nos pasó a nosotros. Él lo disimula por momentos pero tiene sus inquietudes. Ahora está con ansiedad y quiere que Juana nazca ya.
-Antes del embarazo, se habían comprometido, ¿tienen ganas de casarse una vez que nazca Juana?
-En este momento siento que es sumarle otro elemento de ansiedad a todo lo que estamos viviendo. Fue todo muy rápido y pasó en dos años: nos conocimos, nos enamoramos, nos fuimos a vivir juntos probando la convivencia, ensamblamos una familia y después quedé embarazada. Es todo muy al estilo de Pablo, que vive a 200 kilómetros por hora y yo me sumé a su ritmo. Así que en este momento no estoy pensando en programar un casamiento, no siento esa necesidad. Pablo es más estructurado y yo no tanto, todavía no se lo comenté pero no está en los planes inmediatos (risas). Ahora quiero disfrutar del momento hermoso que implica la llegada de un bebé y que nos adaptemos a esta familia definitivamente ensamblada.
Fotos: álbum personal de Mariana Brey.
Agradecimientos: @breytips, @pompavana, @pauch_petrini y Fabiana Blanco.