El martes feriado se puso picante en Intrusos, luego de que Marcela Tauro arribara al programa con una información exclusiva sobre Pico Mónaco y un supuesto nuevo amor. Lo que no imaginó la panelista es que su data sería prontamente puesta en duda por Guido Zaffora, quien en simultáneo leyó el mensaje que le envió el extenista para aclarar los tantos.
Tauro dio la información del supuesto nuevo romance de Pico Mónaco con la dueña de una inmobiliaria, pero rápidamente Guido Zaffora contó que el extenista lo desmentía.
Segura de su fuente, Tauro comenzó a desarrollar el contenido: "Milca es dueña de una inmobiliaria en Puerto Madero y Pico le habría comprado un departamento... Esta chica fue cinco años novia de Luciano Pereyra. Lo que digo de Pico está chequeado. No voy a decir la fuente, pero no voy a permitir que lo desmienta. Igual lo va a desmentir, porque Pico Mónaco...", expresó la periodista, sin lograr su cometido.
Con el celular en mano, Zaffora añadió: "Pico ya lo está desmintiendo. Confirma que esta chica le vendió un departamento, pero desmiente la relación".
"Me tienen podrida porque yo no tengo por qué hablar de Pico ni de Pampita. Y me voy a retirar. Remo como una negra y...”, dijo Tauro, indignada. Pero volvió a su silla y agregó: "¿Ustedes no tienen información? Yo me siento re incómoda acá, porque traigo la información y termino pasándola mal. No digo más nada y punto".
Furiosa, Tauro hizo un breve descargo y se levantó de la silla, con clara intención de abandonar el estudio: "Igual, me tienen podrida porque yo no tengo por qué hablar de Pico ni de Pampita. Y me voy a retirar. Digo la verdad, remo como una negra y...”.
Al ver la escena, Jorge Rial interrumpió: "Pará, Tauro, estamos jodiendo. ¿Estás bien?". A lo que Marcela respondió: "No".
Ya de nuevo en su lugar, la panelista agregó, sin disimular el fastidio: "No... Pero estoy remando. ¿Ustedes no tienen información? Yo me siento re incómoda acá, porque traigo la información y termino pasándola mal. No digo más nada y punto". Y Rial cerró el tema: "Bueno, perfecto".
¡Qué momento!