Las ficciones argentinas fueron evolucionando en cuanto a la pasión. Ahora, los actores les ponen el cuerpo a jugadas escenas hot y contentan a sus fans con la concreción del amor de sus personajes favoritos. Sin embargo, algunos actores manifestaron que no se sienten cómodos haciéndolas y hasta las tildan como... ¡"miserable"!
El pionero en utilizar ese calificativo fue Esteban Lamothe, tras ser consultado por su fogoso romance de ficción con Celeste Cid en Las Estrellas. Luego el Chino Darín le dio la razón.
"En la novela, tengo algunas escenas hot. Para mí son espantosas. Después al aire se ven bien. Pero por ahí estás todo el día para hacer una escena pedorra, de tres minutos".
Derribando algunos mitos, Manuela Pal aportó la versión femenina sobre esas escenas: actualmente, la actriz se luce en Golpe al Corazón, la nueva novela de Telefe en la que interpreta a la villana que se enamora del médico de la clínica, Javier, el personaje que encarna Ramiro Blas.
"En la novela, tengo algunas escenas hot... Para mí son espantosas, es lo peor que te puede pasar. Después al aire se ven bien. Por ahí estás todo el día para hacer una escena pedorra, de tres minutos de aire. Son tres minutos y vos estuviste todo el día con el tapa-teta. No me gustan, y no me gusta hacerme la sexy, la linda", confesó Manuela, en Por si las Moscas, por La Once Diez.
Y agregó: "En ese momento hay que mostrar la cosa más íntima del ser humano, más allá de la desnudes; mostrás la intimidad de una pareja, aunque sea todo mentiritas. A mí me da vergüenza… y si no te la creés vos, no te la cree nadie".
"Es espantoso. No es humillante, pero es incómodo. Cuando sé que al otro día tengo una escena de sexo digo: 'Uy, la pu..., me toca tal escena, ¡qué momento!'".
Por otro lado, Pal fue consultada por las escenas hot de su anterior novela, Amar Después de Amar, en la que las selfies calientes eran una constante, y la actriz respondió con una pizca de humor: “En ADDA los autores se apiadaron de mí, estaba recién parida, era una cosa inmirable".
En esa línea, y por si no quedaba claro su pensamiento, remarcó: "Es espantoso, miserable. No es humillante, pero es incómodo. Cuando sé que al otro día tengo una escena de sexo digo: 'Uy, la puta, me toca tal escena, ¡qué momento!'".