La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, según explica la Organización Mundial de la Salud desde su sitio web. Más allá del dato abstracto, Malena Guinzburg (38) confesó su dura historia de vida en relación a las dietas a las que se sometió desde muy pequeña, cuando sus padres intentaron que adopte una alimentación más saludable.
A cuento de la problemática sanitaria, el miércoles se presentó la licenciada en Nutrición Romina Pereiro, novia de Jorge Rial, para concientizar sobre el tema, y eso le dio el pie a Malena para confesarse: "De esto sé porque pasé por todo esto. De chica me pusieron a dieta, con miles de estrategias. Con nutricionistas más o menos exigentes. La verdad es que yo estuve internada en una clínica para adelgazar a los 12 años. Realmente tengo experiencia en este tema. Mi tendencia siempre fue a engordar, pero claramente tenía una adicción a la comida, a los kioscos. Y por un lado me cargaban o discriminaban por ser gorda y también, cuando estaba a dieta, me cargaban por llevarme una manzana en vez de un alfajor".
"Tenía una adicción a la comida, a los kioscos. Y por un lado me cargaban o discriminaban por ser gorda y también, cuando estaba a dieta, me cargaban por llevarme una manzana en vez de un alfajor".
Instantes después, la humorista se rió de una foto en la que a sus nueve años estaba con sobrepeso abrazada a dos cachorros que le cubrían el cuerpo y afirmó: “Mis viejos sufrieron mucho mi obesidad porque no sabían cómo manejarlo, porque yo me enojaba. Vengo de una familia donde la comida siempre fue un tema. Un día comíamos como bestias, pero mi viejo decía que al día siguiente comiéramos fruta, ¡y obvio que al día siguiente no se comía fruta! Con mi vieja también. Cuando me enojaba me daban lo que quería comer y también, como gorda, comía mucho a escondidas. ¿Cómo pueden enfrentarlo los padres? Porque a veces me mandaban a médicos y otras se daban por vencidos, después a otros médicos...”.
"Cuando era chica yo tenía un circuito de kioscos porque me daba vergüenza volver al mismo kiosco, porque ya había comprado golosinas".
Así es que la hija de Jorge Guinzburg reveló: “Cuando era chica yo tenía un circuito de kioscos porque me daba vergüenza volver al mismo kiosco, donde ya había comprado golosinas. Si me daban plata, yo me la guardaba para eso. Me pongo en el lugar de mis papás y me pregunto cómo hacer...”. Al final, Malena Guinzburg contó con pesar una anécdota familiar: “Una vez me llevaron a un nutricionista con mi hermana, porque mi hermana también tenía sobrepeso pero ella después adelgazó, como yo, pero tardé más tiempo. El médico nos comparaba, decía que mi hermana bajaba medio kilo más que yo. ¡Sentía una frustración! Me acuerdo de llorar y el consuelo era comer...”.