Arriesgada, talentosa y comprometida. Con esos tres adjetivos se la puede definir someramente a Maite Lanata (18) en cuanto a su profesión, por la forma concreta con la que encara cada uno de sus trabajos.
Actualmente, la actriz se destaca en 100 días para enamorarse, la ficción de Telefe con la que logró traspasar la pantalla de la mano de Juan, personaje que transita por el cambio de género y pone sobre la mesa familiar el debate sobre la identidad. "No esperaba el reconocimiento que estoy teniendo con el personaje de la tira. Sabía que iba a impactar, por la historia que aborda, pero no imaginé que iba a tener tanta llegada a la gente", le dice Maite a Ciudad Magazine, feliz por su presente laboral y en plena promoción de Yanka y el espíritu del volcán, película fantasiosa que la tiene como protagonista y que llegó a los cines este 6 de septiembre.
Con frescura y una cuota de timidez, la artista habló con este sitio de su crecimiento profesional, su radical cambio de look para la novela, el amor ¡y mucho más!
-Con Yanka debutaste en una película de género fantástico, ¿cómo transitaste esa experiencia? ¿Y cómo fue rodar en Neuquén, en un escenario natural?
-Hacer esta película fue algo distinto, porque la mayoría de mis trabajos fueron dirigidos a un público adulto y este es para chicos, principalmente. El proceso de trabajo fue largo. La película se rodó en 2014, cuando yo tenía 13 años. La preparación física fue la parte más dura, porque yo soy medio mala para los deportes y tuve que correr y hacer natación, para mejorar mi rendimiento. Filmar en Neuquén no es filmar en cualquier exterior, por la cuestión climática y la altura, que hacen que haya más desgaste físico. Por un lado, eso ya era un desafío. Por el otro, tenía que trabajar con un croma y me tenía imaginar cosas que no estaban. Eso era difícil, pero verlo después en la película me sorprendió.
-¿Sos crítica a la hora de ver tus trabajos?
-Soy muy crítica, sobre todo de esta peli. Al haberla rodado hace 4 años, veo muchas diferencias en cuanto a lo actoral y lo emocional. Hoy siento que las escenas me pasan más por el cuerpo. Igual estoy orgullosa de sentir que hubo un crecimiento, un avance en lo profesional.
"Como actriz, encontré el gusto por lo social. Además, me interesa hacer algo que difiera con mi personalidad, que me saque de la zona de confort. Salir de ese lugar te genera una adrenalina, un desafío, que a mí me gusta".
-¿Cómo te llevás con las críticas ajenas?
-Valoro las críticas, ya sean las que me hace mi mamá o las que me hacen mis pares. Intento ver si coincido, para saber qué camino seguir. Creo que uno siempre se va profesionalizando en el trabajo y observarse es bueno. Miro los detalles y pienso cómo podría haber encarado tal escena, para poder progresar. Ahora me miro en 100 días para enamorarse y me critico. Soy bastante exigente. Igual, me gusta mirarme y me gusta lo que hago.
-Basándonos en algo puntual de la película, Yanka tiene un collar que le dejó su madre antes de partir, al que ella le dio un valor especial. En lo personal, ¿vos tenés algún objeto significativo o algo que lleves a todos lados?
-No tengo tanto cariño por un objeto en particular. Sí me pasó en el 2011, cuando hice mi primera película, Mía, que tenía una campera para quedar elegida, que no me la quería sacar. Era como un amuleto. Pero, en la vida en particular, no tengo un objeto para aferrarme.
-En vida la diaria, ¿a qué personas te aferrás cuando te sentís mal o cuando la vorágine laboral es tan fuerte?
-Creo que me aferro a mi mamá. Soy muy apegada a ella y acudo a su contención. También en lo actoral ella me ayuda mucho, es como una coach. Me ayuda a preparar los personajes.
-¿Cómo te llevás con la fama y la popularidad? Imagino que las redes sociales te explotan y que te reconocen más en la calle.
-Sí, en las redes sociales hay mucho ida y vuelta. Además, me aumentaron los seguidores. Pero en la calle no me reconocen tanto. Quizás ahora que tengo el pelo corto me identifican más, antes pasaba más desapercibida.
"Valoro las críticas a mi trabajo, ya sean las que me hace mi mamá o las que me hacen mis pares. Intento ver si coincido, para saber qué camino seguir. Creo que uno siempre se va profesionalizando, y observarse es bueno".
-En lo que va de tu trayectoria, hiciste cosas muy distintas, ¿cuáles son tus búsquedas como actriz? ¿Qué historias te interesa visibilizar?
-Creo que cada actor busca un rol. Yo encontré el gusto por lo social. Además, me interesa hacer algo que difiera mucho con mi personalidad, que me saque de la zona de confort. Creo que cada actor tiene su zona de comodidad y cuando salís, te genera una adrenalina, un miedo y un desafío que a mí me gusta. En cuanto a lo social, el personaje que estoy haciendo en la tira tiene la necesidad de abordar un tema que nunca se tocó en la tele, como la identidad de género. Y esta película también, porque habla un poco de nuestros orígenes, de la diversidad cultural y de los valores mapuches, que también es necesario visibilizarlos.
-En lo cotidiano decís que lo social está muy presente, ¿cuáles son tus luchas? ¿A qué le ponés el foco? ¿Al feminismo, la legalización del aborto, la educación pública?
-Actualmente estoy bastante involucrada con la lucha por la educación pública. Estoy yendo a la universidad, porque estoy estudiando la licenciatura en Actuación, y el recorte presupuestario es grande. Con el tema del aborto también fuimos muchas las actrices que nos empoderamos. Más allá de que hay veces en las que uno prefiere reservarse, y no por evitar el cuestionamiento, pero hay una tendencia a la división, a la rotulación, que no está tan buena.
-Entrando al plano personal, ¿hay algún amor en tu vida?
-No, estoy soltera.
-¿Tanto trabajo hace que no haya tiempo para conocer a alguien o tener una cita?
-No, soy bastante exigente a la hora de buscar una pareja.
-¿Qué tiene que tener una persona para conquistarte?
-Con los chicos con los que salí miraba la personalidad. Cuando busqué una pareja, siempre fue una amistad bien fuerte que se convirtió en un noviazgo. Pero tampoco es que tuve muchos novios.
-¿Estuviste alguna vez enamorada?
-Nunca estuve enamorada. Tampoco estoy buscando desesperadamente el amor, si aparece, ¡aparece!
-¿Si te gusta alguien sos de 'activar' o esperás a que te conquisten?
-Creo que espero a que me conquisten. ¿Cómo se me conquista? No sé, no me gusta mucho el encare de 'te tengo ganas'. Me resulta más interesante que haya una relación de amistad y que, en base a eso, surja algo. Sí, la forma de conquistarme tiene que empezar con una amistad.
-¿Se mezcla el trabajo con el amor o preferís evitarlo?
-No, si hay trabajo y amor… (risas). Creo que en muchos trabajos pasa, por una cuestión de que estás mucho tiempo con las mismas personas. Cuando estaba todo el tiempo con los adolescentes de mi colegio, tal vez decía: 'Me está gustando tal'.
"No estoy de novia. Cuando busqué una pareja, siempre fue una amistad bien fuerte que se convirtió en un noviazgo. Pero nunca estuve enamorada".
-Hablemos del cambio de look, que llegó de la mano de tu personaje Juan. ¿Cuál fue tu reacción cuando te viste por primera vez con el pelo corto?
-(Hace una cara de asombro) Esa fue mi reacción. Me costó verme. Lo máximo que me había cortado el pelo era por la altura del pecho y cortármelo así fue fuerte. Siempre quise cortarme el pelo por un personaje, ¡y Juan lo ameritaba mucho! Entonces, por ese lado estaba contenta. Pero me costó, lloré un poquito cuando llegué a mi casa y la abracé a mi mamá. Igual, siempre quise cambiar el look. Me gusta cómo me quedó y es cómodo.
-¿Le das importancia a la imagen?
-Me gustaría darle más importancia de la que le doy. Yo soy cero dietas y ejercicios. Igual, me gustaría ir al gimnasio, estoy muy fofa. No llego a tocarme la punta de los pies. Tengo cero elasticidad. En eso me está ayudando mucho estudiar en la UNA (Universidad Nacional de las Artes), en donde la parte corporal es un desafío impresionante.
-Y cuando no estás trabajando, ¿en qué aprovechás el tiempo que te queda libre?
-Lo aprovecho estando en mi casa. Me gusta estar sola. Me gusta la soledad, la disfruto. También me gusta mucho ir al cine y tener charlas con mi mejor amiga. Soy muy tranquila.
-Con 18 años ya hiciste cine, TV y teatro, ¿qué otros sueños tenés? ¿Qué cosas querés alcanzar?
-Me gusta mucho el cine, y me gustaría hacer más. Pero no sé qué más quiero alcanzar. Al ser tan indecisa pienso poco en el futuro. Pienso más en el día a día.
"Siempre quise cortarme el pelo por un personaje, ¡y Juan lo ameritaba mucho! Pero me costó, lloré un poquito cuando llegué a mi casa y la abracé a mi mamá".
-Tu personaje en 100 días para enamorarse tiene una personalidad que enfrenta lo que le pasa y va para adelante. ¿Vos cómo te definirías?
-Yo soy todo lo contrario. Soy bastante indecisa, me tomo mucho tiempo para decidir las cosas. Entonces, cuando las decido, al ser tan pensadas, son muy claras. Yo me escucho mucho.
-¿Sos más racional que impulsiva?
-Sí, totalmente. ¡Soy demasiado racional!
-¿Hacés terapia?
-No, nunca hice terapia. Soy más de analizarme a mí misma. Mi mamá estudió psicología y me ayuda en algunas cosas. Pero me gustaría hacer terapia.
-Se te ve una persona con mucho sentido del humor, ¿te gustaría hacer comedia?
-¡Sí, eso sí! Cuando era chiquita yo quería ser actriz de comedia. Pero empecé a trabajar en El Elegido, ¡qué comedia! (risas). Por ahora, esa es mi cuenta pendiente.